Mil 600 millones de personas que representan casi la mitad de la población activa mundial, dentro de la cual el 76 por ciento laboran en la economía informal, “corren peligro inminente de ver desaparecer sus fuentes de sustento” durante el segundo trimestre del año como consecuencia de la caída de las horas de trabajo, alertó la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
“Para millones de trabajadores, la ausencia de ingresos equivale a ausencia de alimentos, de seguridad y de futuro”, advirtió Guy Ryder, director general del organismo y señaló que “medida que la pandemia y la crisis del empleo evolucionan, más acuciante se vuelve la necesidad de proteger a la población más vulnerable”.
Debido a la gravedad de esta situación, la OIT urgió a implementar “medidas específicas y flexibles para ayudar a los trabajadores y las empresas, en particular a las más pequeñas, así como de quienes laboran en la economía informal y demás personas en situación de vulnerabilidad”.
De acuerdo a la segunda edición del Observatorio de la OIT, más de dos mil millones de personas en el mundo trabajan en la economía informal en empleos caracterizados por la falta de protección básica, incluida la cobertura de protección social. Muchos de ellos no tienen la posibilidad de trabajar a distancia desde sus hogares. Permanecer en casa significa perder su empleo y, sin ingresos, no pueden comer.
“Si no cuentan con una fuente de ingresos alternativa, estos trabajadores y sus familias no tendrán medios de supervivencia”, subrayó.
El documento destaca que la pérdida de empleo obedece a las medidas de confinamiento para evitar contraer COVID-19, así como que muchas personas laboran en alguno de los sectores más afectados por la pandemia como el comercio, industrias manufactureras, actividades de hostelería, inmobiliarias y administrativas.
La OIT destacó que quienes han perdido su fuente de sustento ha sido por las medidas de confinamiento o porque trabajan en alguno de los sectores más golpeados.
Los más golpeados
El Observatorio destaca que entre los trabajadores de la economía informal gravemente afectados por la crisis, las mujeres están sobrerrepresentadas en los sectores de alto riesgo: el 42 por ciento de los trabajadores en estos sectores son mujeres, frente al 32 por ciento de hombres.
Es probable que la pérdida de ingresos para los trabajadores de la economía informal sea masiva. Las estimaciones de la OIT muestran que el ingreso mensual de los trabajadores informales debería disminuir durante el primer mes de la crisis del 60 por ciento a nivel mundial, el 28 por ciento en los países de ingresos medios-altos, el 82 por ciento en los países de ingresos medios-bajos y bajos, y el 76 por ciento en los países de ingresos altos. Cabe destacar que las cifras previstas para las grandes economías son muy elevadas debido a que la informalidad es considerable y que han adoptado políticas de confinamiento total.
Apoyos urgentes
La Organización Internacional del Trabajo reitera que para enfrentar la inédita crisis laboral se requieren políticas eficaces dirigidas a proteger tanto a las empresas, en particular las pequeñas, como a los trabajadores, sobre todo los que operan y trabajan en la economía informal.
El organismo recomienda que “los gobiernos deberían explorar todas las opciones que permitan financiar medidas de apoyo a las empresas y a sus trabajadores y proporcionar una protección social adecuada”.
Asimismo, considera indispensable priorizar el apoyo a los ingresos, tanto para las empresas como para los trabajadores, a fin de mantener la actividad económica, con atención especial a las empresas que corren mayores riesgos de quiebra comercial, así como a los trabajadores independientes y a los trabajadores que tienen más probabilidades de caer en el subempleo o en el desempleo de larga duración.
Otro de los aspectos que considera fundamentales para aplicar medidas de apoyo ante la emergencia económica, es la exención temporal o la reprogramación de los impuestos u otros pagos deberían ser introducidas para preservar los medios de subsistencia y prevenir bancarrotas.
El documento de la OIT también recomienda que se consideren los subsidios temporales a las empresas para cubrir los costos del trabajo y la extensión de las líneas de crédito y las garantías de préstamo a condiciones favorables para apoyar la retención del empleo.
Por otra parte, señala que las inversiones públicas de gran escala a largo plazo son necesarias para impulsar el empleo y atraer la inversión privada. “Los gobiernos podrían acelerar el crecimiento económico e impulsar el empleo con medidas tales como inversiones públicas intensivas en empleo, la contratación pública que otorga preferencia a las pequeñas empresas e incentivos fiscales para estimular el aprovisionamiento local a las grandes empresas”.
En lo que respecta al apoyo a los ingresos para los trabajadores y las empresas que operan en la economía informal, la OIT destaca que es esencial prevenir que se hundan aún más en la pobreza, y debido que en el plazo inmediato es difícil elaborar nuevos proyectos, debe priorizarse a los programas exitosos y ampliarlos, como las transferencias en efectivo y los programas de ayuda alimentaria y de alojamiento.