El impacto financiero, los cambios en la cadena de suministro de las empresas y la pérdida de puestos de trabajo, son los principales problemas que perciben las empresas en México y EU como consecuencia de la pandemia.
Una posible recesión global, provocada por la expansión del COVID-19, es la principal preocupación de los directores de finanzas en México, seguida de los impactos financieros que esta pandemia está provocando en las empresas, destaca un estudio de la consultoría internacional PwC.
Mediante un sondeo a directores de finanzas (CFO, por sus siglas en inglés) de empresas en México y Estados Unidos, la firma consultora aseguró que el impacto financiero es su principal preocupación, por lo que se están dando a la tarea de hacer cambios para afrontar la falta de liquidez y la desaceleración.
Debido a que la esperanza de que el brote del virus se disipe pronto está disminuyendo y sólo nueve por ciento de los entrevistados cree que volverá a la normalidad en un mes, una vez que acabe el brote. En contraste, durante la anterior encuesta, cuando se empezaba a aplicar la orden de “quedarse en casa” tanto en la Unión Americana como en México 66 por ciento de los encuestados en ambos países calculaba que sus compañías podrían recuperarse en un mes, pero ahora únicamente uno de cada cinco líderes de finanzas espera que su empresa se recupere un mes después de que termine la crisis.
Por la restricción de los costos en las compañías, 50 por ciento de los encuestados dijeron estar considerando diferir o cancelar inversiones planeadas en la fuerza laboral. Asimismo, más de la mitad espera una baja en la productividad de la empresa, debido a la falta de capacidades de empleo remoto.
El análisis de PwC señala que el rápido cambio de percepción refleja un costo personal y económico cada vez más alto a medida que empeora la crisis. De acuerdo con el análisis, las organizaciones también reconocen que las prioridades establecidas durante el cierre pueden tener un efecto más prolongado en las formas de trabajar y los modelos de negocio.
Por otra parte, han observado que la fuerza laboral se ha dispersado y la interacción con el cliente se ha visto afectada. PwC al encuestar a más de mil 600 consumidores adultos en EU descubrió que la mitad está probando diferentes marcas de productos alimenticios, y muchos esperan que sus nuevos hábitos de salud y bienestar sean perdurables.
Empleo severamente dañado
El estudio de la consultora PwC destaca que por las crecientes presiones en los costos, 39 por ciento de los líderes de finanzas señaló que las empresas prevén despidos durante el siguiente mes mientras que 30 por ciento espera aplicar permisos de ausencia temporal. Generalmente, la separación de la fuerza laboral o despidos se consideran como último recurso.
Los resultados muestran también restricciones en la oferta laboral ya que el 55 por ciento de los CFO prevé que la falta de capacidades para el trabajo remoto provocará la pérdida de productividad, mientras el 27 por ciento espera que la falta de personal impida llevar a cabo actividades esenciales.
Para mitigar los efectos inmediatos de la crisis en sus cadenas de suministro, el 45 por ciento de los CFO mexicanos afirmaron que están evaluándola, en tanto que el 54 por ciento no lo ha hecho o no está seguro de ello. “Las empresas deben mejorar la visibilidad de sus cadenas de suministro, es decir, identificar a los proveedores nivel uno, dos y tres para tener una perspectiva integral de la procedencia de componentes y materias primas de sus productos”, recomienda la consultora.
El análisis destaca que mientras las compañías evalúan sus vulnerabilidades, se están dando cuenta de la necesidad de hacer ajustes a sus modelos operativos para mejorar la flexibilidad y generar datos más detallados desde el principio para sustentar decisiones que ayuden a afrontar o mitiguen los riesgos a corto y largo plazos. Aún es muy pronto para decir si se harán ajustes permanentes a gran escala, debido a la forma en que se han optimizado los costos y los gastos que implican los cambios físicos.
El estudio observa que, probablemente, la diversificación de los riesgos comenzará por generar más conciencia a la hora de seleccionar los lugares donde se fabrican nuevos productos, estableciendo fuentes secundarias de suministro aprobadas y mejorando el proceso de la salud financiera de los proveedores. Además, las nuevas regulaciones gubernamentales y la consideración del impacto en las comunidades también serán factores para hacer modificaciones en los modelos de la cadena de suministro.