Millones de personas pierden la vida alrededor del mundo y otras más resultan seriamente lesionadas a consecuencia de los accidentes de tránsito, tan sólo en México el año pasado murieron 15 mil personas tanto en autopistas, carreteras federales, estatales y ciudades, mientras que otras 40 mil más quedan con alguna discapacidad debido a las lesiones sufridas en los siniestros, de acuerdo a datos de la Guardia Nacional (GN).
En lo que respecta a América Latina y el Caribe, la cifra de los decesos al año por los accidentes viales asciende a 110 mil, en tanto que más de cinco millones resultan heridas, según reveló el enviado especial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para la Seguridad Vial, Jean Todt.
En el caso de México, según el director general de Seguridad en Carreteras e Instalaciones de la GN, Cruz Isaac Muñoz Navarro, indicó que la primera causa de los accidentes el 48.2 por ciento son ocasionados por los conductores, ya sea por la falta de capacitación, por jornadas de manejo de hasta 18 horas al día y en algunos casos por el uso de drogas, estupefacientes y metanfetaminas, las cuales utilizan muchas veces para mantenerse despiertos, considerando que es algo normal su consumo.
Señaló que en 2023 en el transporte de carga y pasajeros se registraron dos mil 307 accidentes en las carreteras del país.
La segunda causa, abundó, es el estado de los vehículos, ya que el 35.81 por ciento de los automóviles siniestrados presentaron fallas mecánicas debido a que son unidades antiguas, carecen de mantenimiento o llevaban sobrepeso.
Mientras que la tercera causa de accidentes viales, el 15.99 por ciento y que acontece principalmente en carreteras, son las condiciones meteorológicas y el estado en que se encuentran las vialidades.
Grave problema en la región
Con respecto a América Latina y el Caribe, el enviado especial de la ONU para la Seguridad Vial, Jean Todt, dijo que los accidentes de tráfico son la principal causa de muerte en niños de entre cinco y 14 años y la segunda causa en adultos jóvenes en la región, lo que significa que, además de la tragedia humana que significan estos decesos, los países pierden a muchas personas en sus años más productivos, en este sentido mencionó que de acuerdo al Banco Mundial ha cifrado el costo de los accidentes de tráfico entre dos y seis por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) regional.
Para destacar la importancia de la seguridad vial en las estrategias de desarrollo de las ciudades, el enviado especial de la ONU ha emprendido esta semana una misión que incluye visitas a Ecuador, Perú y Chile, países en los que destacará cómo un sistema vial eficiente y seguro con buenas instalaciones de transporte público y privado mejora el acceso a la educación, la atención médica y la alimentación de manera equitativa.
América Latina es una de las regiones más urbanizadas del mundo, por lo que la seguridad vial debería estar en el centro de las estrategias de desarrollo de las ciudades, con un mayor énfasis en las líneas y los itinerarios para bicicletas y peatones, en particular en las inmediaciones de las escuelas, y en el acceso a un transporte público seguro y limpio para todos.
Jean Todt explicó que un sistema vial eficiente y seguro también contribuye a construir vínculos económicos, sociales y ambientales entre las zonas urbanas, periurbanas y rurales.
Apuntó que “en América Latina es clave invertir en seguridad vial si queremos alcanzar el objetivo de reducir a la mitad el número de víctimas en las carreteras para 2030”, al mismo tiempo dijo que ese tipo de inversión también ayudará a la región a descongestionar las ciudades con calles diseñadas para peatones y bicicletas y un transporte público eficiente y accesible para todos.
Entre la inversión que alentará, Todt planteará fortalecer el l Fondo de las Naciones Unidas para la Seguridad Vial, que está ejecutando varios proyectos en la región.
De acuerdo con el enviado especial, para reducir los accidentes de tránsito es necesario aplicar las leyes, invertir en educación vial, mejorar los servicios posteriores a los accidentes, mejorar la infraestructura vial y los vehículos, e integrar tecnologías de seguridad avanzadas.
Del mismo modo, se precisa la movilización del liderazgo político para aumentar la acción y el financiamiento, y llevar a cabo campañas de concienciación que promuevan un comportamiento responsable entre todos los usuarios de las carreteras.