*Pbro. Lic. Wílberth Enrique Aké Méndez*
*NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO, REY DEL UNIVERSO/C I.- TU MISMA SANGRE (2Sam 5,1-3).* Saúl, el primer rey de Israel, ha muerto, en tanto que David ha sido ungido y coronado como rey de Judá, ubicada al sur y cuya capital era Hebrón. Las diez tribus del norte se presentan ante él para pedirle que también fuera rey de Israel, con lo cual se lograría la unificación de todo el pueblo de la alianza. Pero, ¿por qué es importante el rey?, ¿cuál es su función? Recordemos que en los albores de Israel Yahvé era su rey y los acompañó en la etapa del desierto hasta la tierra prometida. Una vez instalados, después de la etapa de los jueces, pidieron al profeta Samuel que les diera un rey que fuera al frente del ejército durante las batallas, tal como lo hacían los pueblos vecinos. Mirando el texto de la liturgia de hoy descubrimos la importancia del rey: 1.- nos hace hermanos, pues precisamente la sangre es el lazo que nos une y nos vincula al Señor. 2.- es el pastor, el guía, el que conduce a todo el pueblo (cfr. Sal 22), cuida de él, no solamente en lo político y lo social, sino que también debe cuidar la fidelidad a la alianza. 3.- por voluntad divina, ya que la unción significa elección y pertenencia, es decir, Dios lo eligió y le pertenece solamente a Él; por esta razón el rey, el ungido del Señor, es intocable (cfr. 1Sam 24 y 26). *II.- HOY, EN EL PARAÍSO (Lc 23,35-43).* Jesús es el Rey del universo, es nuestro rey, pero es un rey totalmente distinto a los reyes terrenales y, además, ha sido crucificado. Veamos los tres grupos de personas que están ante Él: 1.- las autoridades, (cuya actitud, en nada se parece a la de los diez ancianos de Israel que llegaron ante David), le hacían muecas, lo despreciaron y le pusieron condiciones para creerle. 2.- los soldados romanos se burlaban de Él y pedían también un milagro, basados en el letrero puesto sobre la cruz. 3.- los malechores. Uno lo insultaba y le exigía ser incluido en el milagro que los dos grupos anteriores habían pedido. Pero todo cambia con el segundo malechor. Éste, en cambio, reconoce a Jesús como Señor, lo proclama Señor, porque ha entendido el sentido de la cruz: Jesús no ha hecho ningún mal -los malechores sí- pero está en la cruz por amor y para darnos su misma vida; por eso su súplica encuentra esta respuesta: “Yo te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso”. ¡Con su muerte en la cruz ha abierto las puertas del cielo para nosotros! Vale la pena preguntarnos ¿con cuál de estos grupos me identifico? (Cfr. Lc 18,9-14). *III.- EL PRIMERO EN TODO (Col 1,12-20).* La Iglesia ha recibido de los apóstoles el mismo Evangelio que ellos recibieron del mismo Señor Jesucristo. Hoy san Pablo nos presenta este hermoso y antiguo himno cristológico que canta la victoria de Cristo a partir de su muerte y resurrección. Dios quiso que en Cristo habitara toda plenitud para reconciliar consigo todas las cosas, darles la paz por medio de su sangre derramada en la cruz. De aquí se deriva toda una serie de gracias para todos los bautizados: 1.- participar en la herencia de los santos, el Reino. 2.- libres del poder de las tinieblas y nos ha trasladado al Reino de su Hijo amado por cuya sangre hemos recibido la redención. 3.- Cristo es imagen de Dios invisible. 4.- es el Primogénito, es el primer resucitado y es el primero en orden a la redención. 5.- todo fue creado por medio de Él y para Él. 6.- existe antes que todas las cosas, es eterno como su Padre. 7.- es cabeza del cuerpo que es la Iglesia, su esposa, a quien amó hasta entregarse por ella para presentarlo ante sí mismo, pura, Santa e inmaculada (cfr. Ef 5,25-27). 8.- es el principio, el primogénito, el primero en todo. ¡Viva Cristo Rey! *Pbro. Lic. Wílberth Enrique Aké Méndez*