PSIC. GENOVEVA MUÑOZ ALVAREZ MASTER EN EDUCACION Y TERAPIA FAMILIAR
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La contingencia es una oportunidad para pasar tiempo con uno mismo, tiempo para realizar insight o introspección, esto es un examen al interior de uno para evaluar y valorar lo que se piensa, lo que se siente, lo que se ha hecho, el todo del individuo. El ser humano está constituido por un ser biológico, un ser mental, un ser emocional, un ser espiritual, y el equilibrio de estos es lo que le hace permanecer feliz, en armonía y en paz.
La introspección biológica.- Tiene como finalidad llevar al sujeto a tomar conciencia de su parte física, observarla, atenderla, conocerla, comprenderla, cuidarla y darse cuenta de la responsabilidad que implica poseerla. A este nivel se logra entender lo que el cuerpo comunica.
La introspección mental.- Logra que el ser humano tome conciencia de sí mismo y se transforme día a día. Es comprender que los pensamientos se transforman y de igual manera el individuo tiene la capacidad de dar respuestas diferentes cada día, no tiene por qué estar sometido bajo lo antes vivido o lo futurizado. Es vivir día a día, desintoxicar la mente y experimentar el aquí y el ahora.
La introspección emocional.- Lleva al individuo a darse cuenta de lo que siente, cómo siente, por qué lo siente, para qué lo siente, permitiéndole purificar y resignificar sus sentimientos y experiencias de vida.
La introspección espiritual.- Hablar de espiritualidad no es hablar de lo religioso, hablar de religiosidad es hablar de Dios y de la fe que se profesa, son dos cosas que pueden ir de la mano por su característica de ir más allá de lo palpable, pero no son lo mismo.
Lo espiritual es ir más allá de lo material, de los pensamientos, de los sentimientos, más allá de uno mismo. Si dejara por un momento de lado tu cuerpo, sus pensamientos, sus sentimientos, ¿qué le queda?, posiblemente venga a su mente la respuesta: nada, pero no es así. Si pasa por alto lo antes mencionado, lo que le queda es su espíritu, su ser, su esencia, la parte natural de su existencia.
Para iniciar una introspección espiritual es importante haber pasado por las antes mencionadas, la biológica, la psicológica y la emocional, para entonces ir adentrándose en sí mismo más allá de lo visible, de lo tangible.
Éste ejercicio tiene como finalidad contactar con el verdadero ser, con la pureza de su ser, haciendo a un lado lo aprendido, lo determinado, lo impuesto. Para llegar a ello hay que responderse preguntas como: ¿quién soy?, ¿soy quien quiero ser?, ¿soy quien espera la gente que sea?, ¿soy quien me dijeron que era?, ¿soy lo que me enseñaron a ser?, ¿soy lo que quiero que vean?, ¿soy lo que no quiero ser?, ¿soy quien que me obligan a ser?, ¿soy yo?, ¿para qué existo?, ¿cuál es la razón de mi existencia?, ¿cuál es el sentido de mi vida?, ¿cuál es el sentido de mi día?, ¿cuál es el llamado que la vida me hace?, ¿qué me demanda la vida?, ¿estoy dando la respuesta correcta o la que me enseñaron, me dijeron, me obligaron, me pidieron?, ¿soy realmente libre?, ¿qué es la felicidad?, ¿qué
pasa después de la muerte?, ¿qué es la verdad?, ¿me he quedado a deber en algo de lo que he hecho?, ¿soy honesto conmigo mismo?, ¿busco afuera la seguridad que me falta adentro?, ¿busco fuera lo que me falta dentro?, ¿fluyo con la vida o me resisto a ella viviendo en estrés?, ¿vivo haciendo o siendo?, ¿me amo y soy tolerante conmigo mismo?, ¿soy congruente?, ¿soy responsable de mí mismo?, ¿soy plenamente consciente de mí?, ¿vivo para trabajar o trabajo para vivir?, …
Hay miles de cuestionamientos que pueden favorecer que el hombre contacte con lo más profundo de su ser, una vez que ello es logrado, se espera que recupere la pureza que posee y ello le brinde la paz, el equilibrio y la armonía que por naturaleza le constituye.
Vivir en la espiritualidad se vuelve algo complejo ante la demanda de vida diaria, por lo que es posible alcanzarla por lapsus en diferentes momentos de la existencia. Es alcanzar plena conciencia en el aquí y ahora de uno mismo no de lo que se hace sino desde dónde se hace, desde la esencia. Incluso contradictorio pues la espiritualidad no se piensa, se vive.
Cuando se menciona la conciencia se hace referencia al darse cuenta, al estar viviendo el momento presente, el aquí y el ahora, desde lo profundo del existir y no de manera superficial o material.
Definitivamente leer sobre la espiritualidad es mucho más fácil que alcanzarla, no obstante, forma parte de cada ser humano, sólo que los objetos, las comodidades, los intereses, el poder, el dinero, el deseo, todo lo que subyace fuera del hombre le nubla al grado de olvidarse de quién es, de sí mismo, de su naturaleza misma. Por lo que para regresar a sí mismo, requiere de una gran desintoxicación que muchas veces el individuo no está dispuesto a pasar.
La contingencia le ofrece un momento de vida consigo mismo, encerrado, en su casa, con los suyos, en un lugar seguro, protegido, revestido del amor, un momento para ir más allá de la vana superficialidad del día a día cotidiano.
Es real que la cuestión de la pandemia asalta mucho la razón generando miedos, ansiedad, angustia y demás alteraciones en su sentir, pensar y actuar, no obstante, estos miedos también pueden ser cuestionados. Mediante un insight profundo se puede llegar a dar cuenta que lo esencial para la vida se tiene, vida y salud; lo demás, la complementa y hace más placentera.
Haga de este momento un momento de placer, de satisfacción, de motivación, de alegría, de profundidad, de compasión, de amor, de tolerancia, de benevolencia con usted mismo, aproveche a experiencia que la vida le permite al vivir esto y cuestiónese: ¿cuál es la respuesta que la vida me demanda?
Y disfruta el tiempo en familia, el tiempo en resguardo; y si estás saliendo a trabajar, valora la oportunidad de hacerlo, de mantener tu sustento económico, pero sobre todo recuerda VIVIR, vive, disfruta, ríe, juega, brinca, saborea la vida y ve en busca de ti mismo.
Y si tuviera conflictos qué resolver, si siente que se asfixia, que la vida empieza a perder sentido, que ya lo ha perdido o simplemente le cuesta trabajo sobrellevar el momento de contingencia, pida ayuda, a los tuyos, a los más cercanos, a los amigos, a la familia, y si eso no funciona, busque ayuda profesional, pero recuerde que buscar ayuda a tiempo reduce mucho el sufrimiento, y qué ante el sufrimiento, buscar ayuda es mejor opción.