PSIC. GENOVEVA MUÑOZ ALVAREZ MASTER EN EDUCACION Y TERAPIA FAMILIAR
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El Tecnoestrés es una alteración provocada por el uso de la tecnología, en donde se ven afectados los pensamientos, la conducta, los sentimientos (psicoemocional) y el funcionamiento del organismo, como resultado de un desequilibrio en el uso desmedido de las TIC (Tecnología de Información y Comunicación) que da como respuesta el desarrollo de actitudes negativas hacía éstas.
El uso de la tecnología es ya obligado en el día a día, se recurre a su utilidad desde que el día comienza: alarma para despertarse, uso de agenda y recordatorios, para leer o ver las noticias, en una llamada, en un mensaje en tiempo real, para un aviso urgente, para ver la hora, para escuchar música, para recibir correos, para investigar información, para elaborar un documento, para sacar cuentas, para jugar y pasar tiempo de ocio, para hacer la comida, para hacer ejercicio, para bailar, para cantar, para estudiar, en fin, casi en todo momento.
El uso obligado de las TIC ha ocasionado tensión en los seres humanos como consecuencia del excesivo tiempo invertido para las mismas, aunque en el caso de los trabajos que las involucran su uso es excesivo, desmedido y fundamental, el individuo se ve obligado a continuar su uso de manera personal y ya no laboral al finalizar la jornada de trabajo o durante la misma. Es tanta la demanda de los mensajes, la información, las llamadas, la comunicación a través de éstas que se han desarrollado alteraciones físicas y psicoemocionales.
La presión al respecto con el uso de las TIC, es de una exigencia social muy aparte del boom tecnológico, y es que ver a una persona sin celular, sin computadora, sin i-pad, sin correo electrónico, sin redes sociales es como ver a un alienígena, los mismos grupos sociales, familiares, amigos y conocidos ejercen presión para hacer uso de ellos cuando expresan: ¡no tienes celular!, ¡urge que te arreglen tu celular!, ¡no es posible, sigues incomunicado!; no me llames, mándame un mensaje; requiero el trabajo en computadora y no a mano, requiero el trabajo sólo digital y no en papel; haremos el trabajo en equipo con una video llamada, la clase serán on-line, la tarea se subirá a la plataforma digital, sólo compras por internet, entre otros.
Los Baby Boomers, nacidos entre los años 1946 y 1964 y que a la fecha tienen alrededor de 74 años, también se han visto obligados a todo esto, no es como lanzar una moda de ropa y tener la opción de decidir si usarla o no, y tener otras opciones; la tecnología como se describió anteriormente es tan usual que la única opción que te queda para estar al día es hacer uso de ella.
Y si fuera sencillo como aprender a usar el aparato y ya, más no lo es, ya que eso es tan sólo el inicio, los avances tecnológicos son gigantescos, las aplicaciones muchas, el uso extenso que una persona no especializada en el uso de las TIC, puede no terminar en su vida de estar a la vanguardia en su utilización y funcionamiento.
Ante todo lo subrayado queda precisar que la generación X,Y,Z y T no es la excepción ante el tecnoestrés, la alteración por el uso de las TIC alcanza a todas las personas sin excluir sexo, edad, profesión, cultura, educación, ubicación, economía. Todos coinciden en un desajuste entre la demanda y los recursos disponibles, es decir, lo que se desea y lo que se puede, lo que se debe y lo que se tiene, variando en cada caso.
Un chico que estudia la secundaria y le han dejado grabar un video con el cual será calificado, no tiene un celular con el que pueda llevar a cabo su tarea eficientemente y se estresa porque su tecnología no es suficiente. El mismo chico a quien le han prestado un celular sumamente sofisticado no tiene el conocimiento, ni la experiencia para manejarlo y ello le lleva a atrasarse en su tarea y no poderla realizar eficientemente, por lo cual se estresa. El mismo personaje en su deseo de realizar su tarea lo mejor posible con una aplicación que permitirá que ésta sea más elegante y sofisticada, se pone a descargar la app y no le da tiempo de realizar su tarea por aprender a usar la app, porque el internet estaba lento. El mismo protagonista que cansado de que no le salga su tarea, se enoja y avienta el celular maldiciéndolo, con dolor de cabeza y todo ello le impide dormir por la noche.
Todos los ejemplos antes citados hablan de tecnoestrés, y también pueden suceder en el trabajo. Por ejemplo: un empleado a quien se le asignan diversas actividades con las TIC y no le es posible concluirlas, podrá llegar a pensar que requiere de mayores conocimientos, que no es lo suficientemente bueno, que es tanta la demanda que le será imposible concluir, posiblemente reniegue del tiempo, de sus capacidades, de los aparatos que posee, de lo absorbente que percibe su trabajo tecnológico.
Quienes desarrollan alteraciones en el funcionamiento de su organismo también desarrollan tecnoestrés, quienes comienzan teniendo dolor en la muñeca de la mano (dolor del túnel carpiano) por el excesivo uso del “mouse” es un ejemplo de esto. Obviamente quien se ve dañado por el uso de las TIC lo que menos deseará es seguir utilizándolas. Entre otros.
El tecnoestrés puede manifestarse de tres maneras diferentes:
1. Tecnoansiedad: es la alteración en el buen funcionamiento de los órganos del cuerpo y su relación con los pensamientos y sentimientos. El sistema nervioso se ve afectado haciendo perder al sujeto su tranquilidad y armonía, comienza a sentirse intranquilo, puede haber reacciones físicas ante esto como la sudoración, la inquietud, la tristeza, el enojo, temblor corporal, dificultades de sueño.
2. La tecnofatiga: se caracteriza por sentimientos de cansancio físico y mental debido al uso excesivo de las TIC. Quien la experimenta se rehusa a creer que se siente de esa manera por el uso de ellas, por lo que se resiste a dejar de utilizarlas u en lugar de ello puede desarrollar el pensamiento de que no es lo suficientemente capaz para utilizarlas.
3. La tecnoadicción: es el uso incontrolable de las TIC, la persona que lo experimenta se siente sumamente atraída hacía ello y no puede evitar terminar ocupando su tiempo en su uso durante largos períodos de tiempo, en cualquier lugar y bajo cualquier circunstancia. Quien es tecnoadicto puede creer que lo que en realidad le interesa es estar informado, estar al día con los pendientes y requerimientos sociales. Al grado de llegar a sentirse tristes, preocupados, ansiosos, enojados, si no tienen acceso a las TIC.
Si ha detectado algunos de estos indicadores en su persona o en alguien que conoce, posiblemente esté viviendo tecnoestrés, puede intentar de manera personal contrarrestar el uso de las tic con otras actividades, más si es el caso de que no reconoce que tiene una dificultad con el uso de las TIC y le es difícil resistirse a utilizarlas, lo más indicado es que busque ayuda profesional.
Recuerde que buscar ayuda a tiempo reduce mucho el sufrimiento y que ante el sufrimiento, buscar ayuda es mejor opción.