PSIC. GENOVEVA MUÑOZ ALVAREZ MASTER EN EDUCACION Y TERAPIA FAMILIAR
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La resiliencia es mantener la capacidad de amar, de luchar, de resistir a pesar del dolor vivido, es descubrir en paz y armonía espiritual qué la experiencia dolosa estuvo y se ha ido, no continua y si continúa es porque así lo he decidido, lo decido. Mantener la capacidad de amar implica continuar con la disposición y apertura a conocer, a vivir, a sentir; encerrarse en sí mismo sería una forma de protección que no implicaría resiliencia sino evasión.
Es una capacidad del ser humano, todos la poseen más no todos la han desarrollado y siempre existe oportunidad para hacerlo. Según Michel Manciaux, existen personas que al enfrentarse a un trauma o una desgracia permiten que éstas los superen, pero hay otras que no lo permiten y que consiguen continuar con su vida sin problemas. Explica que muchas llevan esta actitud a un nivel superior y transforman ese trauma en algo positivo; es decir que ese problema les ayuda a desarrollar recursos para sobrevivir que creían no poseer. Vulgarmente se puede resumir la resiliencia como encontrar lo positivo en lo negativo o desagradable, pero ello implica una sana idea del evento y del todo que permita amar y ser amado en plenitud.
Y tu, ¿estás viviendo ésta contingencia con resiliencia?
El COVID-19 ha sido para muchos una oportunidad de desempleo, oportunidad pues han podido ver de otra forma sus vidas y se han aventurado a emprender algo laboralmente que bien o mal les ha permitido ir saliendo a adelante. Para ellos ésta etapa se ha convertido en la oportunidad de ser independiente en su trabajo, de ser sus propios jefes y de autoreconocimiento al verse capaces de emprender y destacar. Eso es resiliencia.
Quiénes han continuado en su sufrimiento por haber sido desempleados y continúan tratando de entender, de comprender, de adaptarse, de buscar nuevos empleos o lamentarse porque no lo encuentran, muy probablemente no están siendo resilientes.
Quiénes han tenido la precaución y cuidados para no contagiarse y continúan sus vidas, disfrutando en la medida de lo posible; quiénes han reinventado sus vidas a través del uso de lo digital; quiénes han actualizado su trabajo y adaptado para poder continuar activos en el mismo; los niños al estar tomando clases y aprendiendo a través de la computadora o celular y demás, son muestras claras de la resiliencia.
Para algunos será más fácil ponerla en práctica, para otros posiblemente no cuenten con la herramienta de vida y se verán en la necesidad de desarrollarla. Gente resiliente hay, muchas ocasiones distinguidas como despreocupadas, ligeras, inestresables, relajadas, indiferentes, apáticas, liberales…
La resiliencia es la capacidad de encontrar en paz con uno mismo y el medio, la maravilla que hay en el sufrimiento. No implica convencerse de que se puede o debe encontrarse lo positivo en él, ni aceptar el sufrimiento como un deber, sino es la capacidad de encontrarlo
en armonía con uno mismo, es decir, estar en el sufrimiento y ya no sufrir, pues se encuentra un sentido en él, no un sentido pensado sino un sentido de vida y ya no se vive en el dolor sino en la paz y aceptación. Como capacidad la poseen todos los seres humanos y es tarea de cada uno desarrollarla.
La resiliencia comprende dos aspectos: la resistencia frente a la destrucción, es decir, la capacidad de proteger la propia integridad, bajo presión y, la capacidad de forjar un comportamiento vital positivo pese a las circunstancias difíciles.
Para desarrollar la resiliencia es importante conocerse a sí mismo, identificar y hacer conciencia de los miedos, temores y sufrimientos pasados que pueden estar determinando la forma de actuar, sentir y pensar en el presente. Requiere de transparencia consigo mismo para auto comprenderse, aceptarse y entonces así revalorar la situación presente y ser resiliente.
La plena conciencia sobre las capacidades y necesidades reales personales, permiten comprender la resiliencia como un reajuste de lo verdaderamente más importante en una situación de crisis (primeramente la persona misma y no el problema en sí).
Las personas resilientes tienen las siguientes características:
● Alta autoestima: confían en sí mismos, se reconocen a sí mismos, identifican lo que son o no capaces de hacer, reconocen sus limitaciones y son flexibles consigo mismos y quiénes les rodean.
● Individualidad: Independencia de pensamiento y de acción.
● Compartido: Habilidad para dar y recibir en las relaciones con los demás.
● Responsable: Alto grado de disciplina y de sentido de la responsabilidad. Más logra identificar la línea entre la responsabilidad y la obsesión por cumplir.
● Auto conocimiento: Reconocimiento y desarrollo de sus propias capacidades.
● Flexibilidad: Una mente abierta y receptiva a nuevas ideas, a nuevos momentos, al cambio inesperado.
● Imaginación: Una disposición para soñar, para fantasear, para crear ideas que le ayuden a construir y ser creativo.
● Variedad de intereses: visualiza el todo y no una particularidad del mismo. Si no el todo varias posibilidades. ● Sentido del humor: Capacidad para reírse incluso de sí mismo
● Empatía: Capacidad para percibir sus propios sentimientos y los de los demás.
● Expresivo: Capacidad para comunicar sus sentimientos de manera adecuada.
● Tolerancia a la frustración: Una gran tolerancia al sufrimiento.
● Capacidad de concentración: poner atención y analizar sin distractores.
● Capacidad de afrontamiento, afrontamiento y no enfrentamiento. Intenta resolver y no pelear. ● Apoyo social: integración y espíritu de cooperación.
● Sentido de vida: La existencia de un propósito significativo en la vida.
● Compromiso social: La creencia de que uno puede influir en lo que sucede a su alrededor y en quienes le rodean.
● Sabiduría y disposición: La creencia de que uno puede aprender con sus experiencias, sean éstas positivas o negativas
Identificar si somos o no resilientes beneficia en percatarse de las habilidades que hacen falta y requieren ser desarrolladas. Tome en cuenta la lista anterior y califique su actuar, su pensar, valore si ha sido o no resiliente, si lo ha sido, enhorabuena continúe por el mismo
camino, y si no, puede intentarlo, lo peor sería que se quedara justo como antes de intentarlo.
Si lo ha intentado y no ha tenido éxito, o si desea desarrollar dichas habilidades y no sabe cómo o ha observado algo que le impide lograrlo, será mejor buscar ayuda que pueda orientarle para hacerlo con éxito.
CONTINUARA…
Recuerde que buscar ayuda a tiempo reduce mucho el sufrimiento, y que ante el sufrimiento buscar ayuda es mejor opción.