PSIC. GENOVEVA MUÑOZ ALVAREZ MASTER EN EDUCACION Y TERAPIA FAMILIAR
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La resiliencia es la capacidad que tiene el ser humano de sacar lo mejor de sí cuando hay obstáculos en la vida que le impiden ser feliz. A quien la ha desarrollado se le conoce como resiliente.
La resiliencia basa su existir en la interacción entre el individuo y su entorno, de tal forma que el desarrollo de la misma depende de la concepción primaria de estos dos conceptos.
Comencemos por definir a la persona, ya sea hombre o mujer, y responde: ¿qué significa ser hombre?, ¿qué significa ser mujer?, ¿qué significa ser persona? Son palabras que hacen referencia a la gente una y otra vez, y que determinan en gran medida lo que nos define, por lo tanto, es importante descubrir qué es lo que nuestra mente refiere ante dichos conceptos.
No se trata de ir a un libro, a un diccionario o googlear qué significan, se trata de cuestionarnos lo que significa para nosotros, ya que de esa forma es en la que nos vemos y definimos. Si te visualizas como una persona miedosa, tu interacción con el entorno será con incertidumbre, desconfianza, inseguridad. No obstante, si te defines como un individuo seguro, entonces tu intercambio con el medio que te rodea será con decisión, firmeza y confianza.
Si ya tienes consciente cuál es la definición que tienes sobre ti mismo, el siguiente paso es comprobar si esa definición realmente tiene que ver contigo, es decir, tendrás que hacer un examen de autoconocimiento, no se trata de una prueba de aprendizajes generales de la escuela o de algún grado escolar, sino un test para descubrir si realmente te conoces a ti mismo. Y así valorar si eres en realidad como te defines, pues habrá gente que se considere insegura, temerosa, introvertida, sin habilidades ni capacidades para afrontar la adversidad y cuando la vida les demanda una respuesta son los que salen victoriosos, prueba clara de que no eran como creían ser.
También puede suceder lo contrario, un individuo puede considerarse seguro, optimista, resiliente, perseverante, productivo y cuando se topa con dificultades en su entorno entonces se paralizan, el miedo les invade y no saben cómo reaccionar.
Sin duda, el primer paso a alcanzar para desarrollar la resiliencia es el autoconocimiento, saber quién soy, como soy, qué soy, qué me gusta, qué me disgusta, cuáles son mis valores, cuáles son mis intereses, mis habilidades, mis capacidades, mis limitaciones, mis temores, mis áreas de oportunidad, … e ir en busca de ser mejores personas cada día.
Ahora definamos el entorno, el medio que te rodea con todo lo que ello incluye: personas, familiares, amigos, pareja, hijos, conocidos (sociedad), lugares, animales, plantas, cielo, agua, tierra, mar, lluvia, frio, calor, nevada (la naturaleza), tus valores, creencias, educación, ideología (la cultura), las posibilidades económicas, el trabajo, ingresos, egresos (la economía), nivel de estudios, todo aquello ajeno a ti que directa o indirectamente te afecta o influye en tu desarrollo.
La definición de entorno se ha dado, más la definición más importante es la que tu hagas sobre lo que te rodea, tu propia percepción e interpretación. Por ejemplo, si la lluvia la interpretas como una posibilidad de diversión, cuando veas llover te sentirás alegre. Más si la percibes como una amenaza a la comodidad de tu día, cuando veas llover te sentirás enojado, incómodo, frustrado.
He aquí la importancia de la definición que se da al entorno.
Ahora bien, si te sientes frustrado, enojado, incómodo al ver llover y te das cuenta tras tu frustración que es algo natural que puede ocurrir en cualquier momento del día y de la vida, y que su presencia no tiene por qué afectar lo que te sucede, tan sólo demanda de tu persona una respuesta diferente que permita seguir con tu día, eso será para ti, y habrás sido resiliente.
Otro ejemplo es cuando defines a cierta persona como la criticona, la regañona, la juzgona, y te incomoda su presencia pues piensas que se la pasa criticándote, corrigiéndote, juzgándote, hablando cosas de ti, incluso viendo qué haces para luego andar contando todo. En definitiva, esa es la interpretación que haces sobre su comportamiento o posiblemente el que ejecuta, la resiliencia se pone de manifiesto cuando aprovechas dicha situación para sacar lo mejor de ti, un comportamiento resiliente podría ser un límite sano, una actitud empática, entre otras.
¿De qué manera se puede desarrollar a resiliencia? Hay una serie de actividades a poner en práctica para desarrollar habilidades que faciliten la resiliencia, se mencionan algunas a continuación.
o Conocerse a sí mismo como se mencionó antes.
o Identificar cómo interpreta el entorno.
o Aprender a comprender que cada persona tiene su propia interpretación del entorno y ello genera una gran diversidad de respuestas en los seres humanos.
Una vez avanzados estos tres ítems lo que sigue es enfrentarse al estrés, es decir, a aquello que rompe tu zona de confort, tu estabilidad, tu comodidad. Al hacerlo hay que aprender y practicar:
1. Límites claros y firmes. Tener claro hasta dónde te puedes permitir es un gran parte aguas para evitar ser herido o lastimado, saber qué cosas puedes soportar y cuáles no, qué desconoces y en qué eres experto, facilitará tu toma de decisiones y permitirá que te comprometas a desarrollar lo que te hace falta. Ser firme en tus límites para con otras personas, respetando lo que conoces de ti mismo evitará que te sientas frustrado, boicoteado, humillado, agredido.
Aunque toma en cuenta que la resiliencia lograrás desarrollarla cuando te enfrentes a tu límite y logres avanzar en el mismo o superarlo. Visualiza tus límites firmes y al mismo tiempo flexibles, cuando alcances ésta habilidad habrás desarrollado resiliencia.
Por ejemplo, si te reconoces como una persona que se preocupa y estresa con facilidad y te has visto en la necesidad de comprometerte con trabajo de más, al grado de sentirte abrumado y con ganas de renunciar, haz una pausa y piensa de qué manera puedes sacar lo mejor de ti mismo frente a este momento, piensa, respira, y descubre más de ti. Un logro sería reconocer que tienes el tiempo limitado y a pesar de que te estreses alcanzarás a realizar lo que puedas, que el estresarte y preocuparte de más no resolverá que termines o no el trabajo. Entonces te relajas, te calmas, y te pones a trabajar relajado, enfocado, atento, al
grado que has terminado con todo, estás relajado y has aprendido a permanecer relajado.
La resiliencia va aumentando de nivel, cuando has alcanzado algo como el aprendizaje antes citado, y luego te reinventas desarrollando una forma más rápida de trabajo, pidiendo ayuda, creando algo nuevo, desarrollando una habilidad nueva en ti o mejorando una anterior.
Como puedes valorar la creatividad es parte de las habilidades que se requieren practicar para ser resiliente.
2. La creatividad…
Continuará…