Apenas el pasado 1º de julio en el Senado de la República aprobaron por unanimidad la reforma al artículo 4º de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, con 109 votos a favor, quedando establecida la Ley de Muerte Digna y Cuidados Paliativos.
De ser aprobada esta reforma también por la Cámara de Diputados, el texto constitucional quedaría de la siguiente manera: “Toda persona tiene derecho a la protección de su salud en condiciones de dignidad. La ley definirá las bases y modalidades para el acceso a los servicios de salud, Incluyendo los cuidados paliativos multidisciplinarios ante enfermedades en situación terminal, limitantes o amenazantes a la vida, así como la utilización de medicamentos controlados”.
La intención es brindar una mejor calidad de vida a los pacientes en etapa terminal, es decir que constitucionalmente quedará establecido el derecho a contar con los cuidados paliativos durante la etapa terminal de cualquier paciente.
Sin embargo, por desconocimiento o falta de una correcta difusión del sector salud y de los legisladores, surgen confusiones entre la población que piensa que aprobar la “muerte digna” significa aprobar la eutanasia o el suicidio asistido, que son conceptos totalmente distintos.
Con esta reforma no se trata de autorizar a los familiares de los pacientes o a los médicos a terminar anticipadamente con la vida de un paciente en fase terminal, sino otorgar al enfermo el derecho a acceder al uso en su casa de medicamentos controlados como opiáceos o morfina, que le eviten padecer innecesariamente un dolor insoportable, sobre todo a personas que no tienen acceso a ellos.
Queda claro que, a partir de la aprobación de esta reforma constitucional, morir sin dolor se convierte en un derecho humano, que debe ser respetado por médicos e instituciones, de manera que todo el sistema de salud deberá garantizar la muerte con dignidad al paciente terminal. No se permitirá más el sufrimiento de las personas desahuciadas y no más crueldad en el morir.
VUELA ALTO ÉRIKA LÓPEZ
Con sorpresa nos enteramos de que nuestra amiga Érika López Rodríguez deja la gerencia de Grupo Acir en Coatzacoalcos; sin embargo, la buena noticia es que no renuncia a este importante grupo radiofónico, sino que se va promovida a un cargo de mayor rango como subgerente comercial de 4 estaciones a Puebla, su tierra natal. Érika López se marcha dejando grandes amigos que la vamos a extrañar, no por ser la única mujer que ocupa la gerencia en una estación radiofónica, incluso en medios de comunicación, sino por su profesionalismo, dinamismo y entusiasmo; por su voz crítica, pero alentadora y por sus comentarios mordaces entre los colegas. Érika López deja huella en Acir Coatzacoalcos, porque durante el tiempo que estuvo al frente de la estación, dio realce a los eventos organizados por esta importante frecuencia y asistió también a cuanto evento cultural, deportivo o político se organizaba en la ciudad. Le vamos a extrañar, pero estamos seguros de que le espera un futuro promisorio en esta nueva etapa que inicia en Grupo Acir, con un nuevo proyecto de negocios en el que dará de que hablar en la Angelópolis. Sin duda los directivos de Grupo Acir han tomado una decisión acertada, ya que han sabido valorar el trabajo de más de ocho años de Érika López Rodríguez, mujer inquieta y de altos vuelos que seguramente será profeta en su tierra.