*XXVI ORDINARIO/A. I.- EL PROCEDER DEL SEÑOR (Ez 18,25-28).* El texto profético proclamado, hemos de leerlo, escucharlo, reflexionarlo y hacerlo vida a la luz del tema de la responsabilidad personal de nuestras acciones y sus consecuencias. Particularmente los versículos 4 y 20, de este capítulp 18, lo establecen con toda claridad, “El que peque es quien morirá”, contra la añeja tradición judía de echarle la culpa de sus males, a los antepasados. Hoy, Ezequiel nos invita a cambiar de mentalidad para comprender mejor la misericordia de Yahvé, Él no carga injustamente las culpas de los padres a los hijos, sino que llama a todos a la conversión, a romper con el pecado, para tener vida. Dios juzga según las obras de cada uno, de modo que hacer el bien o el mal, practicar la justicia y el derecho o no, lo decide cada quien, pero también queda claro que cada quien será juzgado según sus obras (cfr. 2Cor 5,10; Rm 14,10). *II.- LA VOLUNTAD DEL PADRE (Mt 21,28-32).* El domingo pasado san Mateo nos presentaba la parábola del propietario que salió a contratar viñadores y los envió a su viña, la motivación para ir era “un denario” en el primer caso y “lo que sea justo” para los cuatro casos restantes. Hoy nos presenta la parábola de los dos hijos; ambos reciben de su padre la misma instrucción: “Hijo, vete hoy a trabajar en la viña”. El primero dijo “no quiero” y tenemos aquí un caso de abierta rebeldía, misma que luego será corregida cuando llega el arrepentimiento; el segundo hijo respondió muy acomedido “voy, señor”, pero no fue. Aunque se trata de la misma petición las reacciones son diversas, ya que el primero renunció a su rebeldía y, por amor a su padre, cambió de conducta y decide obedecer; pero el segundo, que parecía muy dispuesto a obedecer, finalmente ignora lo que su padre le ha pedido y cae en la rebeldía. Al final Jesús hace la aplicación con la pregunta y respuesta obtenida: aquellos a quienes los judíos consideraban pecadores, han reaccionado como el primer hijo y los que se tenían por justos, permanecen en su rebeldía. *III.- LOS MISMOS SENTIMIENTOS (Flp 2,1-11).* En el contexto de su arresto y proceso, san Pablo invita a las comunidades a luchar por la fe dando testimonio de vida para cerrar la boca a los adversarios; insiste en la unidad, pero también en la obediencia a imitación de Cristo. *Pbro. Lic. Wílberth Enrique Aké Méndez.*