*XIV ORDINARIO/C. I.- SUS HUESOS FLORECERÁN (Is 66,10-14).* En el cap. 65, el profeta presenta un juicio futuro del que saldrá una simiente que herederá su tierra, mientras que los que abandonaron a Yahvé morirán a espada; para sus siervos, en cambio, habrá un nombre nuevo. Ahora el cap. 60, el último, cierra el libro con el anuncio de un juicio sobre Jerusalén que abre con una invitación para hacer lo que siempre han hecho, oír la Palabra de Yahvé (v. 5), para de ahí pasar al gozo y la alegría por causa de la ciudad de Jerusalén (v. 10) para que reciban alimento, consuelo y gloria. La solemne invitación para aprender a descubrir los signos de la presencia y acción salvadora, emerge para disfrutar la era de paz que ahora inicia con la intervención divina utilizando las figuras de un río que recorre la ciudad y de un torrente desbordado, con sus consiguientes beneficios, como lo es la riqueza de las naciones que llegarán en peregrinación a la ciudad trayendo sus ofrendas a Yahvé. El turno ahora es para el consuelo que este resto fiel recibirá de parte de su Dios, serán acariciados, alimentados y llevados en brazos, porque el tiempo del castigo ya es parte del pasado, es pretérito, es tiempo de regocijo, de florecer, de dar paso a la salvación del Señor que muestra su poder salvando. *II.- EL REINO DE DIOS ESTÁ CERCA (Lc 10,1-12.17-20* ). Recordemos que estamos ante el inicio del viaje a Jerusalén, recién iniciado y en esta primera etapa encontramos dos momentos cumbres: 1.- El envío de los 72 discípulos con la específica misión de anunciar que el Reino de Dios está cerca, sin importar las circunstancias y a pesar de las resistencias. Para los enviados lo esencial es hacer palpable a todos la cercanía de Dios, su presencia salvadora, especialmente para los que sufren, para los atormentados por el mal y la enfermedad ya que ellos son los primeros destinatarios del mensaje de salvación; con la conciencia de la abundancia de la mies contra la escasez de obreros no deben entretenerse con nada, sino ponerse en camino a los sitios donde Jesús pensaba ir. 2.- El retorno de los 72 misioneros se caracteriza por una desbordante alegría por la experiencia recién vivida, “Señor, hasta los demonios se nos sometían en tu nombre” y esto es verdad, pero finalmente es obra del Señor y el misionero sólo es el vehículo por el cual Dios manifiesta su amor. Jesús ayuda a poner la mirada en lo que realmente es importante: con la llegada del Reino de Dios, Satanás ha sido vencido (v. 10), ya no tiene poder y Dios tiene poder sobre Él y, por otra parte, lo que es verdaderamente motivo de gozo es que sus nombres están escritos en el cielo. *III.- NUEVA CREATURA (Ga 6,14-18).* Para concluir está carta, san Pablo retoma el tema de la salvación por la fe en Jesucristo y no por las obras de la ley; Cristo crucificado es el autor de nuestra salvación y, por su muerte en la cruz y su resurrección, nos ha hecho una nueva creación al darnos el Espíritu Santo y hacernos hijos de Dios por el Bautismo. *Pbro. Lic. Wílberth Enrique Aké Méndez.*