*XVI ORDINARIO/A. I.- DEBE SER HUMANO (Sab. 12,13.16-19).* El libro de la Sabiduría toca, en el texto de hoy, dos temas fundamentales para la fe veterotestamentaria: la unicidad de Dios y la misericordia divina. Particularmentr el capítulo 12 analiza el conocimiento de Dios por parte del hombre, por medio de la creación; el hombre, en la búsqueda de lo divino para saciar su sed de infinito, divinizó los elementos de la naturaleza y del cosmos; se quedó con la belleza y el orden de la creación y no llegó al autor de la belleza y del orden. Y es aquí donde surge el segundo tema: Dios fue misericordioso con ellos, porque es el dueño de todo; y si Dios fue compasivo con la humanidad, con cuánta mayor razón es misericordioso con su pueblo a quien le muestra su poder gobernándolo con delicadeza; su señorío sobre todo le hace ser compasivo con todos, juzga con moderación y gobierna con gran indulgencia, enseña a su pueblo que el justo debe ser humano, es decir, amigo del ser humano (cfr. Sab 1,6; 7,23) y llena de esperanza a sus hijos ya que al pecador le da tiempo para que se arrepienta. *II.- QUE OIGA (Mt 13,24-43).* Continuando con las catequesis, hoy san Mateo nos presenta tres enseñanzas del Señor; en la primera se resalta el tema planteado por la primera lectura, es mejor esperar hasta el final para separar la cizaña del trigo. El asunto es que los trabajadores se fueron a dormir confiando en la buena semilla y olvidaron al enemigo que actúa para destruir, para dañar, para impedir la implantación del Reino de los cielos (cfr. Jon 1,6; 1Pe 5,8-9). En la segunda parábola se expresa otra característica del Reino de los cielos: el servicio. Recordemos que los sinópticos concuerdan en este detalle en el relato de la curación de la suegra de Pedro; Mt 8,14-15 “y se levantó y se puso a servirle”; Mc 1,29-31 “y ella se puso a servirles”; Lc 4,38-39 “… se puso a servirles”. La espresión mateana está en singular “servirle”, en tanto que Mc y Lc lo expresan en plural “servirles”, con lo que queda claro que el servicio tiene dos destinatarios: Dios y el prójimo. La tercera catequesis destaca otro aspecto: el Reino no llega o comienza de forma aparatosa o estruendosa, sino como algo pequeño, silencioso, eficaz (cfr. Hb 4,12; Mt 11,25;13,26-27) y que contagia. *III.- LO QUE EL ESPÍRITU QUIERE (Rm 8,26-27).* El papel o acción del Espíritu Santo en la vida del bautizado es determinante para entrar al Reino de los cielos: nos ayuda en nuestra debilidad (no sabemos pedir), intercede por nosotros y ruega conforme a la voluntad de Dios. *Pbro. Lic. Wílberth Enrique Aké Méndez.