*XX ORDINARIO/A. I.- A PUNTO DE LLEGAR (Is 56,1.6-7).* La segunda parte del libro de Isaías concluye con la reafirmación del fin del cautiverio y el retorno de los desterrados y, por supuesto, esa es una buena noticia, pero hay algo más, algo inaudito, porque la tercera parte de dicho libro (que hoy comenzamos) anuncia una serie de promesas con las que quedan abolidas las restricciones establecidas en Dt 23,2-9. En efecto, ahora escuchamos una exhortación que invita a mirar más allá de las murallas de Jerusalén, la salvación está a punto de llegar y la justicia por manifestarse, pero para que esto ocurra el pueblo debe aprender a vivir la fraternidad velando por los derechos de los demás y practicando la justicia. Ahora Isaías anuncia que esa fraternidad incluye a los paganos, pues Dios los admitirá en las asambleas del templo, a todo aquel que se adhiera al Señor para servirlo, amarlo y darle culto; sus ofrendas serán agradables al Señor y el templo será conocido como casa de oración para todos los pueblos. *II.- SE ACERCARON Y LE ROGABAN (Mt 15,21-28).* Jesús abandona Galilea y atraviesa la frontera, lo encontramos en tierra pagana, Tiro y Sidón y aquí tiene lugar una gran catequesis para todos, incluyendo a los discípulos. Una mujer cananea, pagana, pide compasión y ayuda, su hija está terriblemente endemoniada, pero se encuentra con la aparente indiferencia del hijo de David, pero esto provoca dos cosas: primero, que los discípulos, judíos, se involucraran e intercedieran por una mujer pagana, con los cual queda de manifiesto la conciencia, al menos inicial, de la universalidad de la salvación y el compromiso para anunciarla; en segundo lugar la pedagogía de Jesús hace que la mujer cananea sea protagonista en su proceso de salvación, toma conciencia de lo que pide, a quién y por qué lo pide, a tal grado que es capaz de argumentar y fundamentar su petición, con lo que termina por ser alabada y recibiendo lo que había pedido. *III.- DIOS NO SE ARREPIENTE ( Rm 11,13-15.29-32).* San Pablo ha expresado su dolor por la situación actual de los judíos quienes, por su rebeldía, han quedado fuera de la Nueva Alianza, pero a este dolor se contrapone la certeza de que Dios no borra ni olvida sus promesas. Tomando como referencia 1Re 19,18 que dice “Dejaré un resto de siete mil en Israel: todas las rodillas que no se doblaron ante Baal y todas las bocas que no le besaron”, habla ahora de un “resto” del pueblo judío reservado por Dios para hacerlos partícipes de la Nueva Alianza, de modo que Pablo busca provocarlos con la intención de que acepten el Evangelio y explica que si su rebeldía significó reconciliación para el mundo, su reintegración será resurrección de entre los muertos. La rebeldía lleva como finalidad, la manifestación de la misericordia de Dios. *Pbro. Lic. Wílberth Enrique Aké Méndez* .