*VI PASCUA/A. I.- EN USTEDES (Jn14,15-21).* La vida nueva gira en torno al Amor (cfr. 1Jn 4,8) que Dios ha puesto en nuestros corazones (cfr. Rm 5,5), de tal modo que con nuestra vida diaria manifestemos ese amor, mediante el ejercicio o vivencia de la Palabra. Sabemos que el amor humano es imperfecto y que con ese amor no podemos amar a Dios ni al hermano, puesto que sucumbe fácilmente ante la ira, el olvido, la fatiga, etc. Jesús dice que “Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos. Ustedes son mis amigos, si hacen lo que yo les mando” (Jn 15,13-14) y, también, amarnos los unos a los otros (cfr. Jn 15,12). San Pablo, en 1Cor 13,4-7, nos ayuda para entender mejor el mensaje de Jesús al presentarnos las quince características del Amor y entonces comprendemos que, para amar a Dios y cumplir su Palabra, solamente es posible con ese amor que ha descrito Pablo. Jesús promete rogar al Padre para que nos envíe otro Paráclito (abogado) que está con nosotros y habita entre nosotros. Es importante detenernos en la expresión del Señor: ” *otro Paráclito* “, porque esto quiere decir que no es el único, sino que ya hay otro que está abogando ante el Padre, por nosotros y el que será enviado, estará en nosotros para darnos la gracia necesaria para amar al Señor, cumpliendo su Palabra, con la certeza de que estamos en Jesús y Él en nosotros y en el Padre y que volverá por nosotros. *II.- ELLOS RECIBIERON (Hch 8,5-8.14-17).* Recordemos que con la dispersión, debido a la persecución desatada contra los cristianos, vino providencialmente la misión y ahora encontramos a Felipe en Samaría, una región que estaba fascinada con Simón, el mago (cfr. Hch 8,9-13). Pero cuando empiezan a escuchar al Apóstol de Cristo, el Salvador y el Mesías esperado por Israel y viendo los milagros y curaciones que realizaba, entonces aceptaron la fe , reciben el Evangelio y dejan atrás al mago. Y estas conversiones son tan importantes que ameritan la presencia de Pedro, el Vicario de Cristo, acompañado de Juan, para administrar el sacramento de la Confirmación. Entonces concluimos que los samaritanos, recibieron dos grandes dones: la Palabra y el Espíritu Santo. *III.- LLEVARNOS A DIOS (1Pe 3,15-18).* Las comunidases nacidas por la actividad misionera, continúan su proceso de evangelización y catequesis, para profundizar en las verdades de la fe de la Iglesia, recibida de los Apóstoles. Hoy, san Pedro nos dice lo que tenemos que hacer de manera permanente, es decir, saber dar siempre razón de nuestra esperanza. Cómo hacerlo, con sencillez, respeto y en paz. La razón de nuestra esperanza está en el acontecimiento de la cruz, porque Cristo murió y resucitó, para llevarnos a Dios. Amén. *Pbro. Lic. Wílberth Enrique Aké Méndez.*