*XVI ORDINARIO/B. I.- ASÍ HABLÓ EL SEÑOR, DIOS DE ISRAEL (Jer 23,1-6).* Después de algunos oráculos contra varios reyes al final del cap. 22, Jeremías abre el capítulo 23 con un oráculo que consta de dos elementos, una contra los malos pastores (cfr. Ez 34) y otro que anuncia un rey futuro. De los pastores se denuncia sus malas acciones: dispersaron a las ovejas, las rechazaron y no las han cuidado; por haber hecho todo lo contrario a sus responsabilidases (cfr. Sal 22), recibirán su castigo (vv. 1-2). Como consecuencia de aquello, se desencadena una serie de intervenciones divinas; Dios mismo se hará cargo de su rebaño: 1.- Reunirá el resto de sus ovejas, a las que habían sobrevivido (v. 3). 2.- Él las traerá de nuevo a sus pastos originales (v. 3). 3.- Les pondrá nuevos pastores para que las apacienten (v. 4). 4.- hará surgir un renuevo en el tronco de David, un rey justo y prudente que hará que se observen la ley y la justicia; su reinado traerá paz y seguridad a todo Israel y le llamarán ” El Señor es nuestra justicia” (vv. 5-6). Por su parte, como respuesta, las ovejas deberán crecer y no se extraviarán. *II.- “VENGAN CONMIGO” (Mc 6,30-34).* Los misioneros han retornado y se reúnen con Jesús, no solamente para informar, sino también para compartir juntos, como comunidad, la experiencia de hablar o predicar la conversión y realizar las mismas obras del Maestro. Cada uno tenía algo que aportar para hacer crecer y consolidar la comunidad en torno a Jesús, cada experiencia, cada testimonio es útil para acrecentar la fe y de ahí la invitación “Vengan conmigo”, se trata de ir, pero no en solitario, sino con Él y con los hermanos. El objetivo era descansar, pero la mies es mucha y los obreros pocos (cfr. Mt 9,37) y no se trataba precisamente de “no hacer”, sino de hacer todo lo necesario para profundizar el Misterio y el Ministerio apostólico recién anunciado y ejercido y es el momento de seguir aprendiendo del Maestro, quien, al ver a la muchedumbre como ovejas sin pastor, sintió compasión y se puso a enseñarles muchas cosas (cfr. Mt 9,36) como el Buen Pastor que es. *III.- UN SOLO HOMBRE NUEVO (Ef 2,13-18).* Considerando el antes de los gentiles “sin esperanza y sin Dios, lejos de Cristo”, san Pablo retoma el presente, unidos a Cristo, ahora estamos cerca en virtud de su sacrificio en la cruz. Él derribó el muro que dividía a judíos y gentiles y ha hecho un solo pueblo y un solo hombre nuevo para reconciliarnos con Dios, reconciliarnos entre nosotros mismos y para acercarnos a Dios en un mismo Espíritu. *Pbro. Lic. Wílberth Enrique Aké Méndez.*