*EL BAUTISMO DEL SEÑOR/C. I.- COMO PASTOR APACENTARÁ A SU REBAÑO (Is 40,1-5.9-11).* El llamado “Libro de la Consolación” da un giro opuesto al tema abordado en la primera parte del libro del Profeta Isaías. El cap. 40 comienza con una orden “consuelen, consuelen a mi pueblo” y la razón no es para menos, porque la noticia que hay que comunicar es el fin del cautiverio, la etapa de la servidumbre ha llegado a su término y hay que comenzar los preparativos. Una voz anónima irrumpe con una serie de instrucciones: hay que construir o preparar el camino del Señor; en la antigüedad los dioses o el rey construían una calzada para transitar con los cautivos y el botín de guerra. Aquí se trata de un camino por el que marchará el Dios victorioso con su pueblo, se trata de un nuevo éxodo con destino Jerusalén y nadie debe tropezar: lo bajo debe elevarse, lo alto debe rebajarse , lo torcido enderezarse y lo escabroso allanarse. Cuando todos seamos iguales, entonces contemplaremos la gloria de Dios que se manifiesta. La buena noticia: llega el Señor lleno de poder, llega en calidad de pastor y apacentará a su rebaño, especialmente a las más débiles y frágiles. *II.- CON EL ESPÍRITU SANTO Y EL FUEGO (Lc 3,15-16.21-22).* El relato del bautismo del Señor lo presenta san Lucas en dos escenas, la primera tiene que ver con la relación de Juan el Bautista y el pueblo, que pensaba que Juan era el Mesías, en tanto que él aclara y específica , yo soy “la voz que clama en el desierto” y bautiza con agua. Y anuncia, viene otro con más poder y que bautizará con el Espíritu Santo y con fuego; la escena segunda, muestra a Jesús bautizado y en relación profunda y estrecha con su Padre, el cielo se abrió, el Espíritu Santo bajo sobre Él y se escucha una voz que lo anuncia y presenta oficialmente, como el Hijo de Dios. Aquí se aclara el misterio de la persona anunciada por el Bautista, porque es el dador del Espíritu Santo que nos ilumina este hecho, el bautismo de Jesús se entiende a la luz del diálogo surgido entre los hijos de Zebedeo; ellos piden sentarse uno a la derecha y otro a la izquierda del Señor, cuando esté en su gloria, a lo que Jesús les interroga: ¿Podrán beber la copa que yo he de beber o ser bautizados con el bautismo con que yo voy a ser bautizado?” (MC 10,38). Jesús recibe el bautismo de Juan para anunciar su obra redentora que nos dará el Espíritu Santo y el perdón de nuestros pecados. *III.- EL BAUTISMO QUE NOS REGENERA Y RENUEVA (Tt 2,11-14;3,4-7).* San Pablo presenta la salvación realizada por Cristo, puesto que la gracia se ha manifestado para salvar a todos los hombres y ahora vivimos en espera de la gloriosa venida de Cristo quien se entregó por nosotros para redimirnos de todo pecado, mediante el bautismo, por la acción del Espíritu Santo. *Pbro. Lic. Wílberth Enrique Aké Méndez.*