Por Mussio Cárdenas ArellanoEn Informe Rojo
Mutilados, destrozados, apilados en neveras, los 13 o 34 cuerpos de Poza Rica —la cifra qué más da— son la estampa del horror que se vive Veracruz. Y es la factura que paga Cuitláhuac por simular que combate a los cárteles.
Cercenados, yacían en 29 bolsas de plástico, embalados y congelados en los aparatos de refrigeración, hallados tras un operativo policíaco en cinco casas de seguridad en las colonias Guadalupe Victoria, Oscar Torres Pancardo, Jardines, Las Vegas y Laredo.
Un enfrentamiento entre grupos criminales, durante la madrugada del domingo 13, y el intento de una de las facciones de refugiarse en el vivienda ubicada en la calle Gutiérrez Zamora, en la colonia Guadalupe Victoria, permitió hallar los primeros cuerpos.
Eran 14, todos mutilados. Los embalaron dentro de la bolsas de plástico y los depositaron en neveras, refrigeradores y contenedores.
Los primeros detenidos aportaron información. Otro sitio con 20 cadáveres mutilados, se encontraba en la calle Azalea, en el fraccionamiento Jardines. Pero ese lo niega el gobierno.
En la vivienda de la colonia Guadalupe Victoria aprehendieron a tres delincuentes. Otros dos cayeron durante el cateo a una casa de la colonia Las Vegas; una más en la colonia Laredo.
Oficialmente, sólo fueron 13. Quizá más, según el gobernador Cuitláhuac García.
En la conferencia de prensa del lunes 14, la fiscal de Veracruz, Verónica Hernández Giádans, secundó la versión original y pretendió marcarle la ruta a la prensa: dejar de manejar cifras no oficiales. O sea, 13 cuerpos y nada más.
Cuitláhuac se atrincheró en esa cifra y expresó que por el nivel de congelamiento había que esperar a que hubieran condiciones para proceder a la reconstrucción de los cuerpos.
Cuitláhuac García permaneció más de 24 sin emitir palabra, evadiendo el impacto del macabro hallazgo.
Petrificado, serio, el rostro descompuesto exhibía a un sujeto incapaz de explicar el nivel de violencia que estremece a Veracruz.
Profirió incoherencias, como siempre. “Se están dando”, dijo, haciendo recordar al priista Javier Duarte de Ochoa cuando vociferó “se están matando entre ellos”.
Sí, pero porque no hay gobierno. No hay autoridad. Se perdió control. Lo rebasó el crimen organizado, los narcos, los traficantes de migrantes, las bandas dedicadas a la extorsión, los traficantes de órganos, los tratantes de mujeres.
No hay gobierno y no hay gobernador. Cuitláhuac García, la estampa de Morena, el inútil de palacio, el títere del secretario de Gobierno, Eric Patrocinio Cisneros Burgos, que paga la factura de haber pactado con el crimen organizado, cedido territorio, haber simulado que combatía a los cárteles.
Cuitláhuac, el que se replegó cuando el Cártel Jalisco Nueva Generación incendió traileres y bloque autopistas, y lanzó ráfagas contra las fachadas de las sedes de la Fuerza Civil. Y al día siguiente, la Fuerza Civil se retiró.
Especialistas en temas de seguridad, como Raymundo Riva Palacio y Héctor de Mauleón, advierten que los niveles de violencia en Poza Rica y municipios aledaños, obedecen a enfrentamientos por el control de las plazas y el tráfico de migrantes entre el Grupo Sombra y el Cártel Jalisco Nueva Generación.
Sobre la información de inteligencia de que dispone el gobierno, en su columna Estrictamente Personal, Riva Palacio es escéptico:
“Es el trabajo de inteligencia y la toma de decisiones a partir de esa información lo que debe hacer para resolver la conflictividad criminal, pero no se hace. Las autoridades tienen el mapa de cárteles, de sus brazos armados y sus sicarios, así como la identificación de sus líderes y jefes de plaza, pero el gobierno opta por mantenerlo como trabajo de gabinete, sin darle utilidad sobre el campo de operaciones. Dar abrazos está resultando muy costoso en vidas, y la descomposición del tejido social tiene impacto sobre la economía familiar. El gobernador prometió el lunes que las cosas no quedarían impunes, pero por el camino escogido, eso no sucederá”.
De Mauleón, en su columna En Tercera Persona, aborda los antecedentes de violencia en Poza Rica y municipios vecinos:
“Desde el año 2017 un brazo criminal conocido como el Grupo Sombra arribó al norte veracruzano. Según reportes de inteligencia está formado por desertores y antiguos integrantes del Cártel del Golfo que quedaron en libertad, se reagruparon, y llegaron a la zona de Tuxpan y Poza Rica para combatir al Cártel del Noreste”.
Otros medios, como Infobae, señalan que la violencia se da por la disputa entre el Cártel Jalisco Nueva Generación y un grupo criminal local. Según Cuitláhuac García, su líder sería el ex diputado perredista Gregorio Gómez, al que detuvieron imputándole portación de armas, droga y vehículo robado. Cuando obtuvo un amparo, le atribuyeron la autoría intelectual del asesinato del ex diputado federal, Nicanor Martínez Olguín. O sea, es su preso político.
Hay otro ingrediente: Morena y los narcos. A Eric Cisneros, el Ejército le atribuye protección a grupos criminales, según comunicados hackeados por el colectivo Guacamaya.
Y hay razones válidas para categorizarlo así. Reveriano Pérez Vega, alias “El Pelón”, líder de la banda de “Los Pelones”, fue candidato de Morena a la alcaldía de Coxquihui, municipio cercano a Poza Rica. Perdió la elección pero la protección política está intacta.
Aprehendido en los tiempos en que Jorge Winckler Ortiz era fiscal de Veracruz, Cuitláhuac García movió el aparato judicial para liberarlo. Y lo logró.
Su hermano, Fernando Pérez Vega, alias “El Pino”, fue ultimado el 22 de enero pasado junto con su familia en Las Bajadas, a unos metros del aeropuerto Heriberto Jara y de la base naval, en la carretera que va de Veracruz a Xalapa, luego de asistir a un evento político del partido Fuerza por México, del que había sido candidato a la alcaldía en Coxquihui.
“El Pino” se percató que los seguían. Dejó al camioneta. Tomó un taxi e intentó alejar a su familia del peligro. Los sicarios fueron por él, matando también al taxista, y a su esposa, hijos, sobrina y el maestro que conducía su camioneta. Con “El Pino”, Cuitláhuac tenía una cuenta que saldar.
Poza Rica sacude al país. Los cuerpos desmembrados, congelados, dan la cuenta del nivel de violencia brutal que prevalece en el norte de Veracruz.
Y, en consecuencia, Cuitláhuac paga la factura por simular que combate a los cárteles.
Archivo muerto
Una buena, otra mala, otra peor. Xóchitl Gálvez, candidata de la marea rosa, ganó el conversatorio del Frente Amplio por México, pero los dinosaurios echaron a Enrique de la Madrid y siguen inflando a Beatriz Paredes Rangel. Los porcentajes obtenidos por Xóchitl Gálvez en el sondeo en casa (32 por ciento) y telefónico (51 por ciento) le favorecen. Beatriz Paredes creció y se acercó a la senadora hidalguense. La encuesta en casa le da a Paredes 29 por ciento y en el sondeo telefónico, 17. En la ponderación, Xóchitl reafirma su liderazgo: 38.3 contra 26 de Paredes y 20.1 por ciento del panista Santiago Creel. El PRI viene operando con sus mejores mapacherías. Al ver que Paredes no alcanzaba las 150 mil firmas de apoyo, reescribió las reglas del juego y forzó a que se alterara la forma de recolección. De tener pocas firmas, Beatriz Paredes creció a hasta alcanzar más de 450 mil. Y tras el debate-conversatorio, se proyecta al segundo lugar, aunque la encuesta del periódico El Financiero la sitúe en último lugar, por debajo incluso de De la Madrid. En el PRI sigue la marrullería. No entienden que la única posibilidad de triunfo para el Frente Amplio es que Xóchitl Gálvez sea su candidata. Es la única que se va acercando a Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard en los sondeos cara a cara y los puede rebasar. Beatriz Paredes está en el sótano en el careo. Las firmas de apoyo a Xóchitl Gálvez provienen mayoritariamente de la sociedad; es la candidata del pueblo. Las firmas de Xóchitl son de casi medio millón de ciudadanos sin partido y se multiplicarán en millones de votos; las de Beatriz Paredes son casi medio millón de firmas de priistas pero hasta ahí; el PRI no tiene el apoyo de la sociedad y esa es la razón de que perdieran tantas gubernaturas. Si de lo que se trata es de perder, que el PRI se abra del Frente Amplio y postule a Beatriz Paredes. Será destrozado en la elección. Perderá la Presidencia, gubernaturas, senadurías, diputaciones federales y locales y alcaldías. Y con toda seguridad el registro ante el Instituto Nacional Electoral. Lo mismo que le ocurrirá al PRD si decidiera irse solo. Beatriz Paredes posee experiencia y tiene un bagaje político impresionante, pero no conecta con la sociedad, mucho menos con los jóvenes, como sí ocurre con Xóchitl Gálvez. Y sobre Paredes caen toneladas de repudio cuando se activa aquella entrevista que le hiciera la periodista Carmen Aristegui a propósito de la muerte del ex presidente de Cuba, Fidel Castro. Los elogios al dictador, la exaltación de la dictadura, provocó una condena brutal. Con eso le basta a López Obrador para asegurar el triunfo de sus marionetas y la instauración del maximato. El PRI está jugando al rival más débil… A ras de piso, detonando reclamos, activando colonos, el FAC está de regreso. Se reedita, con viejos y nuevos actores, aquel grupo político que sacudió al sistema, que le dio dos alcaldías de oposición a Coatzacoalcos en los días de PRI hegemónico, cuando vencer al PRI era, tácitamente, jugarse la vida. Lidera al Frente de Acción Cívica el mítico Héctor Barreda Aguayo y lo secunda Joaquín Montillo, su secretario general, con el coacheo de Marco Antonio Castellanos Díaz, quien fuera regidor, dirigente del Partido Auténtico de la Revolución Mexicana, iniciador del movimiento cardenista en Coatzacoalcos, activista del zapatismo y preso político cuando una protesta contra el transporte urbano derivó en la quema de una unidad a manos de un infiltrado del gobierno chirinista y lo remitieron al penal donde se negó a claudicar. Al Frente de Acción Cívica se debe el trabajo social y político que llevó a Francisco “Pancho” King Hernández a la presidencia municipal de Coatzacoalcos, en 1973, contendiendo contra el PRI, el partido de toda su vida. Y cuando dio el chaquetazo y regresó al tricolor, fue el FAC el que recicló todo el malestar y la repulsa, la ira por la traición, e impulsó la candidatura del doctor Marco Antonio Castellanos López, bajo las siglas del PARM, para derrotar por segunda ocasión al PRI, en 1976. Desde entonces prevalece la vocación opositora del pueblo de Coatzacoalcos. Aquí, en el distrito 21, arrasaron Cuauhtémoc Cárdenas y el doctor Castellanos López, quien contendió por la diputación federal, en 1988, y luego vendrían las cuatro diputaciones federales del PRD con Amado Cruz Malpica, en 1994; Luis Rojas Chávez, en 1997; Pedro Miguel Rosaldo Salazar, en 2000, y Gloria Rasgado Corsi, en 2006. Gloria ya había sido diputada local en 1998 y fue el dolor de cabeza de Marcelo Montiel y ni se diga la de Iván Hillman Chapoy y su maquinaria de papel, o sea Diario del Istmo, el periodiquito de colores de la pandilla Robles, el nefasto Clan de la Succión. En 1998, Armando Rotter Maldonado se convirtió en el primer y único presidente municipal de Coatzacoalcos de extracción perredista. Fue el FAC la levadura en que se gestó el movimiento opositor. Y hoy está de regreso. En breve iniciará la protesta social y el debate de las ideas… Puñalada trapera al gremio de los empleados municipales, y se las asestó Gersaín. Convocó el SUEM —Sindicato Único de Empleados Municipales— a sus miembros, los de base y los fijos, y les dio a conocer el pago del retroactivo del incremento salarial y el quinquenio. Acudieron a su sede sindical el 30 de julio. Habló el líder, Francisco Díaz, pero habló más el dueño del SUEM, el auténtico dueño, Gersaín Hidalgo Cruz. Los acuerdos con el ayuntamiento de Coatzacoalcos rindieron fruto. Francisco Díaz es hombre de valor, decía Gersaín con tono empalagoso. Se aventó como ocho pláticas con el alcalde Amado Cruz Malpica y sacó el acuerdo. “Es de cojones “Pancho Caguamas”, bromeaban los agremiados. No les dijo, sin embargo, lo que el acuerdo tenía en letras chiquitas, como los contratos leoninos. Llegó el 15 de agosto y del retroactivo del incremento salarial sólo se reflejó una décima parte. Y como es lógico, preguntaron. Se acordó que el retroactivo se pagará en 10 cómodas parcialidades. Algo así como los paguitos de Electra. Para el 30 de agosto está programado el pago del quinquenio. Si se las vuelven a aplicar se va a sacudir el SUE. Amado Cruz Malpica es abogado laboral pero se comporta como el más deplorable patrón, conculcando los derechos de los trabajadores. No hay dinero para el gremio sindical pero sí para los salarios de la cúpula —alcalde, síndica, regidores y la runfla de empleados de confianza— los inútiles que tienen a Coatzacoalcos en el abandono total. Pagar el retroactivo del incremento salarial en 10 parcialidades es un insulto. Eso ocurre cuando el liderazgo se usa para darse vida de pachá, coleccionar viviendas, vestir con Ferragamo y enviar a la novia a Europa porque el psiquiatra le recomendó combatir el estrés… Ya respingaron en la Policía Municipal de Coatzacoalcos. La comida que les suministran a diario deja qué desear. Es la respuesta a la columna INFORME ROJO (http://bitly.ws/S73S) en que se evidencia el contrato de 18 millones de pesos otorgados por el alcalde Amado Cruz Malpica a chef Alam González Seda. Envían fotos y comentarios. Los epítetos son alzados de tono…
Fotos: Diario de Xalapa, Tribuna de Los Cabos, Infobae