Los últimos días tanto López como sus pobretólogos favoritos se han llenado la boca presumiendo el dato que dio el Inegi respecto del aumento de los ingresos brutos de algunos deciles de la población. La explicación es muy sencilla, aumentaron sus ingresos brutos porque el gobierno convirtió todos los programas sociales en transferencias de efectivo que llegan directo a las familias y qué bueno, qué bueno que tienen más ingresos las familias que más lo necesitan, lo celebro de verdad. Otro día analizaremos cómo deberían mejorar esos programas y rendir cuentas de verdad para hacerlos más eficaces y que el dinero llegue bien y rinda bien y que llegue donde tiene que llegar. De lo que no hablan López y los pobretólogos que dejaron la ciencia a un lado para ser propagando oficial es del duro golpe económico que ha representado para las familias pobres la destrucción del seguro popular y el sistema de salud pública. En una nota del periódico Reforma de hoy nos enteramos de que el número de familias que realizó gastos catastróficos y empobrecedores en salud, es decir, aquellos que llevan a la ruina tal cual ante la falta de protección financiera casi se duplicó al pasar de 2.7 millones de hogares en 2018 a 4.7 millones de hogares en 2020. Eso advierte el reporte, cito: “Contratiempos en la búsqueda de la cobertura Universal de salud en México política polarizada perturbación en las políticas públicas y disrupción pandémica”. Eso publicó The Lancet, una revista especializada en el tema de salud. Sigo la cita: “Un gasto catastrófico para una familia significa quedarse en la ruina y no tener cómo financiar otras necesidades básicas como la vivienda, la comida, la escuela o ver a sus seres queridos sufrir y a veces morirse por su situación de salud”. Lamentó Felicia Knaul, directora del Instituto de Estudios Avanzados para las Américas de la Universidad de Miami, una de las investigadoras de este estudio.
Los indicadores evaluados en el estudio muestran que en el sexenio actual en lugar de avanzar hacia la universalización de la salud, México va en retroceso, eso alertaron los expertos, según la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares recién presentada.
Los indicadores continúan a la baja, pues el número de mexicanos sin seguridad social pasó de 34 millones en 2020 a 50 millones en 2022. Jaime Sepúlveda, director del Instituto de Ciencias de Salud Global de la Universidad de California en San Francisco afirmó que la cobertura en salud que llegó a alcanzarse en 2016 era del 90%. Hoy 50 millones de mexicanos no tiene ningún tipo de red de seguridad social, es decir, lo que va de este gobierno aumentó en dos millones el número de familias que incurrieron en gastos catastróficos que los llevaron a la quiebra, a la ruina porque el presidente dejó sin seguridad social a 50 millones de mexicanos. Te pregunto: Qué hubiera hecho un buen presidente: convocar a las y los mejores expertos en salud pública, finanzas públicas y Derechos Humanos para fortalecer el seguro popular, para corregir sus defectos, para combatir la corrección del sector salud, para crear el mejor sistema de abasto y administración de medicinas y equipo, para escoger a las personas más capacitadas y con más experiencia a dirigir y administrar el sistema de salud pública. Un buen presidente se hubiera ocupado de los más pobres si hubiera ocupado del derecho a la salud. No solo de que recibieran más recursos en efectivo, sino que uno de los derechos más importantes y el que tiene la capacidad de arruinar, de quebrar a una familia completa, se mantuviera y se mejorara, llegara de manera universal a todos, incluyera a todos y los hiciera efectivos, eso hubiera hecho un buen presidente.