Esta ñora tuvo desayuno de ñoras que es una de las actividades que más extrañó no poder hacer en la pandemia. Obviamente uno de los temas principales de la conversación son los escuincles, perdón, las bendiciones y sus problemas en la escuela. Esta ñora admite que a veces las ñoras hacemos lo que sea por defender a nuestras bendiciones, con un poco menos de aferre que los adoradores del nomás-no-promuevo-la-reelección-porque-Calderón-tendría-chance. Por eso, esta ñora primero creyó que su ñoramiga estaba inventado cuando dijo que su escuincle tenía “discalculia”.
Pues así muy discretamente esta ñora lo buscó y sí existe, es un problema como la dislexia pero que les impide utilizar bien los números y por eso no pueden con las matemáticas. Para como van las cosas, el escuincle podría solicitar su entrada a Morena… aunque esta ñora espera (y reza) que Morena desaparezca en pocos años.
Es que sus problemas con los cálculos cada día están peor, no sólo no saben contar cuánta gente va a las marchas dependiendo de quién y qué las motive, sino los posibles votos en el Congreso, en este caso para la reforma electoral. Esta ñora desde hace tiempo había cuestionado si en verdad el Verde pensaría unirse a una reforma que justo va en contra de su habilidad chipocluda: calcular cuántos votos directos necesitan para tener suficientes plurinominales y dinero para que siga siendo un gran negocio.
De hecho, los de Morena por su discalculia quizá no han contado bien los votos del Verde. Si este partido se les baja de cualquier tema ni convenciendo al PRI tendrían votos para aprobar nada, vaya ni el presupuesto del siguiente año ni bajarle nada al INE. En este asunto esta ñora nomás tiene la duda de por qué se tardaron tanto en darse cuenta de que a la hora de la verdad el Verde no daría los votos o les van a salir muy pero muy caros, más que los del PRI incluso.
Esta ñora tiene memoria y se acuerda que los verdes no dieron votos para la Ley Eléctrica (la que se supone que está vigente) pero en la anterior legislatura sus votos eran menos. Por eso esta semana cuando el ya-no-sé-ni-organizar-marchas-para-que-sí-salga-la-foto-de-gente-llenando-el-Zócalo se quejó de los conservadores que estaban felices porque no perderían ni su dinero ni los plurinominales, esta ñora no cree que estuviera hablando de los de la oposición sino de los verdes, porque luego se puso a echar pestes de las “alianzas”. Esta ñora no se hace ilusiones, bueno sí, pero nomás poquitas, y por eso no sabe qué saldrá cuando finalmente se presenten los cambios a las leyes con las que quieren ahorcar al INE. Sin embargo, los malos cálculos de gobierno están pasando factura a sus planes.
La discalculia del gobierno es clara en los grandes proyectos del sexenio. A lo mejor por esos problemas para contar nomás tienen tres, porque hacer más los hubieran confundido, contar hasta cuatro o cinco ya es complicado. Claro esos tres nos están saliendo mucho más caros que los varios que se tenían en sexenios anteriores y ninguno de los tres tiene visos de que vaya a servir de algo.
Pero esta ñora nota que el efecto más grave de la discalculia del gobierno del primero-invento-la-economía-moral-y-ahora-me-invento-lo-de-humanismo-mexicano-porque-no-tengo-idea-de-nada está en el tema que lo llevó a la presidencia: la corrupción. Primero hablaba de que lograría ahorros de 500 millones de pesos porque era lo que se robaban por corruptos, según él. El número podría haber sido 800 o 300, da lo mismo. La cosa es que en estos 4 años de gobierno que cumplió ayer no ha mostrado esos ahorros, su austeridad ha recortado en cosas que sí se necesitaban y la única prueba de que no hay corrupción ese repetir que ya no hay. En cambio, los mecanismos que sí se habían inventado para ir más o menos combatiendo ese flagelo han sido eliminados en la práctica desde el Sistema Nacional Anticorrupción que se dejó sin recursos y sin cabezas, hasta el dominio absoluto de las asignaciones directas (¡llegan al 80 por ciento!) en lugar de hacer licitaciones abierta y a los ojos de todos.
Esta ñora no puede contar quién le dijo, pero le contaron que ahora los militares piden hasta 40 por ciento del costo de las obras en “comisión”. Esta persona que le contó que desde antes pues sí había moches (incluyendo los militares) pero que ahora son mucho más elevados. El asunto además es que antes por supuesto sí había moches, pero había servicios, hoy más moches y resultados terribles como en el ISSSTE que los servicios médicos están terribles o el robo en descampado en Segalmex que no sólo es más ya el doble o triple de la famosa estafa maestra y ya dejó sin semillas a gente en Oaxaca.
Para bien o para mal, la marcha del domingo 27 fue otro error de cálculo porque sí reunió mucha gente, su capacidad de movilidad esta ñora no la va a negar. Pero otra vez, les falla la operación, les ganó la ineficacia al no tener la logística para que la marcha fluyera y el amontonamiento fuera en donde querían: el Zócalo donde con drones hubieran mostrado todo rebosante, después de todo fue por lo que pagaron. Y lo peor para ellos es que eso confirma que pagarle a gente por ir, no es pagar por la devoción que esperaban. Venir de viaje a la ciudad con gastos pagados fue una oportunidad que muchos no desperdiciaron, por la oportunidad en sí no por el estoy-a-nada-de-romper-el-TMEC-nomás-por-terco. O sea no son votos tan comprables… quizá sus cálculos también ahí andan fallando.
En fin, pues esta ñora se va a festejar que ya estamos en primer día del penúltimo año de gobierno y serán dos años terribles, pero si seguimos presionando y trabajando juntos quizá sí sean ya sólo dos años.