La reapertura o cierre de los negocios de Disney depende de los requisitos gubernamentales aplicables que varían según su ubicación, están sujetos a cambios continuos que podrían resultar del aumento de casos de COVID-19.
La onda expansiva del desempleo en el mundo generada por el COVID-19 no ha dejado títere con cabeza, pues lo mismo ha afectado a empresas pequeñas que a grandes consorcios, situación que hasta hace muy poco era inimaginable en compañías como Walt Disney, la cual tiene previsto despedir a 32 mil empleados de ahora hasta mediados del año 2021.
Así lo dio a conocer la propia compañía en su informe anual reportado a la Security and Exchange Comission (SEC, por sus siglas en inglés), ente regulador de las bolsas en Estados Unidos, en el que menciona que entre las situaciones que actualmente le han impactado negativamente es que “con aproximadamente 203 mil empleados, nuestra rentabilidad se ve sustancialmente afectada por los costos de pensión y beneficios médicos actuales y posteriores a la jubilación. Es posible que experimentemos aumentos significativos en estos costos como resultado de factores macroeconómicos, que están fuera de nuestro control, incluidos aumentos en el costo de la atención médica. Los impactos de COVID-19 pueden conducir a un aumento en el costo del seguro médico y los gastos”.
Asimismo, el reporte señala que tanto “factores macroeconómicos como una disminución en el valor razonable de los activos del plan médico de pensión y posjubilación pueden presionar al alza el costo de proporcionar beneficios médicos de pensión y posjubilación y pueden aumentar los requisitos de financiamiento futuros. No hay garantía de que logremos limitar los aumentos de costos, y si la presión continúa al alza, podría reducir la rentabilidad de nuestros negocios”.
Walt Disney es una empresa que da trabajo a cerca de 203 mil personas, de los que cerca de 155 mil están conectadas con actividades relacionadas con los parques temáticos que se ubican en Orlando, Los Ángeles, París, Tokio, Shanghai y Hong Kong.
Durante el año fiscal 2020 y hasta el año fiscal 2021, debido a la presencia del COVID-19 y las medidas para prevenir su propagación impactaron a la compañía en varios segmentos y de diversas maneras, pero la más significativa fue en los parques, experiencias y productos, ya que los parques temáticos tuvieron que cerrarse en algunos casos y en otros operaron a una capacidad significativamente reducida durante una parte significativa del año.
Asimismo, los cruceros y las visitas guiadas se suspendieron desde finales del segundo trimestre y las tiendas minoristas estuvieron cerradas durante mucho tiempo. Además, en su informe la empresa indica que también tuvieron un impacto adverso en su negocio de licencias de mercancías.
Por otra parte, en lo que corresponde al segmento Studio Entertainment este se ha retrasado o en algunos casos se ha acortado o cancelado, los estrenos teatrales y las representaciones teatrales se han suspendido desde finales del segundo trimestre y las ventas de publicidad en Media Networks y Direct-to-Consumer & International no escaparon de los efectos negativos de la pandemia.
Desde marzo de 2020, Disney dijo que experimentó importantes interrupciones en la producción y disponibilidad de contenido, incluido el cambio de programación clave de deportes en vivo del tercer trimestre al cuarto trimestre y al año fiscal 2021, así como la suspensión de la producción de la mayoría del contenido de cine y televisión desde finales del segundo trimestre, aunque parte de la producción de cine y televisión se reanudó en el cuarto trimestre.
“El impacto de estas interrupciones y el alcance de su impacto adverso en nuestros resultados financieros y operativos dependerá del período que continúen dichas interrupciones, lo que, a su vez, dependerá de la duración y la gravedad actualmente desconocidas de los impactos de COVID-19, y entre otras cosas el impacto de las acciones gubernamentales impuestas en respuesta al COVID-19 y la tolerancia al riesgo de personas y empresas en materia de salud en el futuro”.
“A medida que algunos de nuestros negocios han reabierto, hemos incurrido en costos adicionales para abordar las regulaciones gubernamentales y la seguridad de nuestros empleados, talentos e invitados”, resaltó la compañía en su informe.
Disney advirtió que la reapertura o el cierre de sus negocios dependen de los requisitos gubernamentales aplicables, que varían según la ubicación, están sujetos a cambios continuos que podrían resultar del aumento de casos de COVID-19.