Escrito por
Jorge López
Abr 12, 2019
El Sínodo de los jóvenes ha dado fruto ya con la publicación de la Exhortación Apostólica Postsinodal “Christus vivit”, “Cristo vive”, del papa Francisco, quien la firmó en el Santuario de Loreto, el pasado 25 de marzo.
“Las primeras palabras que quiero dirigir a cada uno de los jóvenes cristianos son: ¡Él vive y te quiere vivo!”, enfatizó el papa Francisco en el primer párrafo de la Exhortación Apostólica dedicada a los jóvenes y al todo el pueblo de Dios.
El santo padre mencionó que se ha “dejado inspirar por la riqueza de las reflexiones y diálogos del Sínodo del año pasado”, incluso de la aportaciones que los jóvenes no creyentes.
En su reciente documento el papa hace un recorrido por la Sagrada Escritura y la experiencia de jóvenes en el Antiguo Testamento como Samuel, David o Rut, y basado en el Nuevo Testamento destacó cómo el mayor se ha hecho como el más joven, poniendo de manifiesto que para Jesús la edad no hace menos importante a nadie.
El santo padre también reflexiona sobre la persona de Jesús, que entregó su vida siendo un adulto joven para quien su etapa de adolescencia y juventud fueron una preparación. Explicó que no era un solitario, que con la confianza de María y José se movía libremente entre la comunidad.
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Destacó que su confianza en el Padre fue incondicional, que cuidó de la amistad de sus discípulos aun en sus diferencias y se compadeció de todos los necesitados; pero también tuvo la valentía de enfrentarse a las autoridades de su tiempo. Aunque no por eso dejó de sentirse incomprendido y sentir miedo ante el horizonte de su sacrificio.
Además, el obispo de Roma exhortó a los pastores a no temer ante el entusiasmo de los jóvenes puesto que “a través de la santidad de los jóvenes, la Iglesia puede renovar su ardor espiritual y su vigor apostólico”. Recordó además a una serie de jóvenes santos que han dado gran testimonio de su amor a Cristo al mundo.
El papa Francisco afirmó que “la juventud no existe, existen los jóvenes con sus vidas concretas”, lo que está contenido en el capítulo “Ustedes son el ahora de Dios”.
Señaló que los jóvenes viven en muy diferentes contextos y situaciones variadas exponiendo casos como los de la migración o las guerras pero también subraya la importancia del mundo digital.
Destacó la importancia de terminar con todo tipo de abusos y agradeció a los jóvenes que han tenido el valor de denunciar porque han ayudado a que la Iglesia tome conciencia de esta situación y haya tomado decisiones sobre este asunto. Pidió a los jóvenes animarse por la mayoría de los sacerdotes que vive fielmente su ministerio.
El sucesor de Pedro habla directamente a los jóvenes y presentó el anuncio, del cual lo fundamental es que “Dios te ama. Nunca lo dudes, más allá de lo que te suceda en la vida. En cualquier circunstancia, eres infinitamente amado”.
Citó diversos pasajes de la Escritura donde Dios expresa su inagotable amor, “¿Acaso olvida una mujer a su niño de pecho, sin enternecerse con el hijo de sus entrañas? Pues, aunque ella se olvidara, yo no te olvidaré”; “Los montes se correrán y las colinas se moverán, pero mi amor no se apartará de tu lado, mi alianza de paz no vacilará”.
El amor de Dios “no aplasta, es un amor que no margina, que no se calla, un amor que no humilla ni avasalla. Es el amor del Señor, un amor de todos los días, discreto y respetuoso, amor de libertad y para la libertad, amor que cura y que levanta. Es el amor del Señor que sabe más de levantadas que de caídas, de reconciliación que de prohibición, de dar nueva oportunidad que de condenar, de futuro que de pasado”.Subrayó que Jesús se entregó por nuestra salvación y afirmó que “quienes se dejan salvar por Él son liberados del pecado, de la tristeza, del vacío interior, del aislamiento”. No omitió mencionar que la salvación no es algo que podamos adquirir, es gratuita, y que hemos sido rescatados por la sangre de Cristo no tenemos precio, por lo que exhortó a no venderse, ni a dejarse anestesiar.
Anunció que Cristo vive, porque ha resucitado y si está vivo puede intervenir en nuestra vida, “tu Amigo que te ama quiere triunfar en ti. Tu salvador vive”. Manifestó que donde está el Padre y el Hijo está el Espíritu Santo, “Él puede cambiar tu vida, puede iluminarla y darle un rumbo mejor”.
El papa enfatizó que ser joven es una gracia, una fortuna e invita a los chicos a ir hacia delante aunque cometan errores a no conformarse con un sofá, sino a hacer lío a “remar mar adentro”. Invitó a disfrutar los pequeños regalos de cada día.
“Por más que vivas y experimentes no llegarás al fondo de la juventud, no conocerás la verdadera plenitud de ser joven, si no encuentras cada día al gran amigo, si no vives en amistad con Jesús”, señaló.
Un punto importante es su llamado a la fraternidad y a la caridad hoy; no esperar al futuro para poder aportar, porque son el hoy de Dios.
En el capítulo de “Jóvenes con raíces”, invitó a los jóvenes a no dejarse llevar por la apariencia y la superficialidad, a no dejar sus raíces culturales, a tener relación con los ancianos.
Respecto de la pastoral juvenil subrayó que esta solo puede ser sinodal y externó que los jóvenes siempre pueden ser misioneros.
“Lo fundamental es discernir y descubrir que lo que quiere Jesús de cada joven es ante todo su amistad”, señaló el santo padre en el capítulo respectivo a la vocación.
Por supuesto, el papa habló tanto del camino al matrimonio como a la vida consagrada; pero también del mundo de trabajo y las particularidades que reviste la entrada a éste por parte de los jóvenes. “Ruego a los jóvenes que no esperen vivir sin trabajar, dependiendo de la ayuda de otros”, señaló en el párrafo 269.
Para concluir, el santo padre se detuvo en algunos consejos para poder discernir la propia vocación. Expresó la importancia de estar dispuestos a cambiar de puntos de vista pero también a realizar una pregunta trascendente “¿para quién soy yo?”. Y no ahorró sugerencias a los sacerdotes y consagrados para escuchar con fecundidad a los chicos para descubrir su vocación.