Por.-Carla Martell
- “El Banco Mundial de Semillas no sólo puede salvar al ser humano de desastres climáticos, también de guerras nucleares o conflictos bélicos”, afirmó la ambientalista Angélica Martínez Cantú.
Ante el deterioro que sufre el planeta, la llegada de plagas y desastres naturales, el ser humano ha creado el Banco Mundial de Semillas de Svalbard, también llamado “Arca de Noé”, donde se encuentran resguardadas a metros bajo tierra y en una isla aislada, más de un millón 4 mil semillas de todo tipo, florales, frutales, comestibles, entre muchas otras.
“Las semillas son fundamentales porque guardan la información genética de las especies agrícolas”, afirmó la Organización de las Naciones Unidas para la alimentación y la Agricultura (FAO), acerca de la importancia de las semillas.
De acuerdo con la ambientalista Angélica Martínez Cantú, el Banco Mundial de Semillas, ubicado en Noruega, es un almacén que alberga toda la variedad y diversidad agrícola que la humanidad ha conocido. “En el banco hay semillas de especies de semillas que, por las condiciones del planeta, ya no se cultivan… todas las semillas de la Tierra están en el banco”, comentó Martínez Cantú.
Banco de Semillas, salvación del humano
La FAO indicó que del total de alimentos que ingiere el ser humano, 80% está constituido por plantas; sin embargo, según investigadores, durante el último siglo, el aumento del cambio climático ha ocasionado que la tercera parte de los cultivos que existían en el planeta se pierdan.
Ante la crisis que vive la agricultura, se ha comenzado a hablar de migrantes por el cambio climático, pues existen zonas en las que la tierra, que antes era fértil y proporcionaba alimento y trabajo a decenas de familias agrícolas, se ha secado y se ha vuelto imposible volver a plantar.
Investigadores de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), aseguraron que para 2050 habrá 143 millones de migrantes y refugiados climáticos, que huirán de la falta de alimento y las condiciones extremas de vida causadas por el calentamiento global.
“El Banco Mundial de Semillas no sólo puede salvar al ser humano de los desastres climáticos, pues las amenazas de guerras nucleares o conflictos bélicos cada vez son mayores y tener reservas aseguradas de semillas es una estrategia de supervivencia”, recalcó Angélica Martínez.
Finalmente, la ambientalista explicó que, aunque el ser humano podría sobrevivir con el gigantesco almacén de semillas que hay en el banco, no sirve de nada si las personas no se comienzan a preocupar por cuidar el planeta, “aunque haya semillas, si no tenemos donde plantarlas no nos van a servir, debemos esforzarnos por frenar el cambio climático y evitar que la tierra, el agua y toda la vida de el mundo se acabe”.
A 150 metros bajo tierra, resguardadas las semillas
El Banco Mundial de Semillas de Svalbard fue un proyecto que inició en la década de los 90, promovido por agricultores y el genetista Cary Fowler. En 2008, comenzó a funcionar.
Escoger dónde estaría ubicado el banco fue un trabajo complejo, pues debía ser una zona aislada, para evitar saqueos y protegida contra desastres naturales o bombas nucleares. Luego de años analizando diversas locaciones, ingenieros y especialistas concluyeron que el archipiélago de Svalbard en Noruega, en el Círculo Polar Ártico, sería la mejor opción.
La cámara del Banco Mundial de Semillas, donde se resguardan las semillas, se encuentra a 150 metros debajo de la superficie y está construida para resistir terremotos, explosiones o otros tipos de desastres naturales. Además, aunque la cámara tiene un sistema avanzado de refrigeración, en caso de que este llegara a fallar, las semillas se conservarán pues en ese punto de profundidad la temperatura es de -5 grados centígrados.