SENTIDO COMÚN
El reciente sismo que sacudió a los estados de Oaxaca, Veracruz y la Ciudad de México, cuya magnitud fue de 7.5 grados y que tuvo una duración de más de un minuto, provocó la muerte de 10 personas, pero los daños causados no justifican la activación del Seguro Catastrófico contratado por el gobierno federal para atender este tipo de daños.
El fuerte sismo puso a “temblar” a las familias que recordaron el terremoto del 19 de septiembre del 2017, del cual todavía no se reponen, toda vez que no han sido reparados los inmuebles que resultaron dañados y que el gobierno se comprometió a apoyar económicamente.
En Oaxaca hubo algunos inmuebles afectados que podrían ser cubiertos por el seguro catastrófico, sin embargo, el gobierno aún no lo decide y la Secretaría de Hacienda declaró improcedente activar el Bono Catastrófico.
Por cierto, esta póliza tiene una vigencia de un año y está por vencer el próximo 5 de julio, por lo que sería un error no echar mano de esta protección por la que se ha pagado una prima de 1,088 millones de pesos.
En el caso del bono catastrófico, éste es por un monto de 9,500 millones de pesos aproximadamente y vence en el 2024. Este bono cubre daños por sismos de diferentes magnitudes y huracanes.
Aun cuando dicen que “el mejor seguro es el que no se usa”, como que resulta paradójico que no se eche mano de estos instrumentos que podrían ayudar a las familias que han caído en desgracia por este y otros terremotos o desastres naturales por los que ha atravesado el país.
Todo indica que la política del gobierno actual es irse por el camino de la austeridad, aunque esto represente no tenderle la mano a quien más lo necesita en sus bienes o patrimonio.
Hasta el momento siguen evaluando la procedencia de la declaratoria de emergencia, aun cuando ya han recibido 50 solicitudes de municipios oaxaqueños afectados.
Lo que más le preocupa al presidente de la República es que no haya corrupción, según él, para que de emitir alguna declaratoria, los recursos lleguen directamente
a los afectados y no se quede en las manos de los intermediarios como ha sucedido en el pasado.
Sería bueno que el fuerte sismo del martes sirva de recordatorio al gobierno federal para que se destraben los recursos y se realicen las reparaciones o reubicaciones de quienes resultaron afectados por el terremoto del 2017 y que hoy a 3 años de haber ocurrido, siguen esperando los apoyos y el tiempo se ha ido en elaborar dictámenes periciales. Es tiempo ya de entrar en acción y echar manos a la obra