Resulta difícil de comprender por qué la inversión privada se encuentra contraída y se ha registrado un estancamiento en la economía de México, con una caída del 5.49 por ciento a tasa anual, si por otro lado el Índice Nacional de Precios al Consumidor registró un índice inflacionario de 2.63 por ciento anual durante la primera quincena de diciembre y la inflación acumulada llegó a 2.69%, un dato aparentemente alentador toda vez que es el menor nivel en los últimos cuatro años.
Asimismo, la inversión del sector público registró una contracción del 11.1 por ciento y ha ido a la baja durante los últimos cuatro trimestres.
Es un círculo vicioso entre la caída de la inversión privada y el estancamiento de la economía, una lleva a la otra sin entender qué es primero si el huevo o la gallina.
Evidentemente las dudas generadas por los proyectos de inversión del actual gobierno no ayudan mucho y la inversión tanto privada como pública van a la baja desde el pasado sexenio.
Es inexplicable que se hable de una baja en la inflación cuando los precios de los producto y servicios se encarecen más cada día, y si no hay que preguntarle los consumidores la baja que han sufrido en el poder adquisitivo que nos tiene viviendo en el filo del precipicio de la economía familiar.
Mientras el gobierno siga empecinado en llevar una política de austeridad, la economía seguirá contraída y con todo y que se incrementó el salario mínimo, la contracción continuará porque las empresas tienen que apretarse el cinturón y los despidos estarán a la orden del día para poder pagar a los empleados los aumentos de los salarios.
La reactivación de la inversión pública lleva consigo la reactivación de la inversión privada, por lo que no es suficiente mantener una inflación baja y unas finanzas sanas, sino también brindar seguridad para que haya más inversiones.
El gobierno debe hacer un alto en el camino y revisar el Plan Nacional de Infraestructura, para que los proyectos regionales ayuden a reactivar la economía con obra pública y den un impulso a los distintos sectores económicos.
El Banco de México está preparado para tomar medidas emergentes en su política monetaria en caso de que la inflación y los riesgos internos y externos continúen bajando y las finanzas no mejoren.
Lo cierto es que el tener una baja inflación, no siempre es una señal de que las cosas vayan bien en las finanzas, porque también el poder adquisitivo se ha visto afectado y los comercios no hay registrado buenas ventas aun cuando implementan cuanta promoción se les ocurre para mejorar sus ventas.
En resumen, los productos que tuvieron un mayor aumento en los precios durante la segunda quincena de diciembre son: transporte aéreo y servicios turísticos; el gas doméstico, la cebolla, las loncherías, las fondas, las torterías y las taquerías. Y los productos esenciales que disminuyeron son: jitomate, naranja, pollo, aguacate, el limón y curiosamente las computadoras.
El 2020 representa un gran reto y la población tendrá que cuidar el gasto, para sobrevivir a esta cuesta de enero que nos costará a todos y que nos obligará a ahorrar, no para tener más dinero, sino para que nos alcance sin tener que pedir prestado.