SENTIDO COMÚN
Gabriel García-Márquez
La crisis provocada por la epidemia de coronavirus mantiene en coma a la industria restaurantera, que ya venía arrastrando un déficit por culpa de la inseguridad y la recesión económica.
Es una pena ver como los restaurantes grandes, medianos y pequeños se encuentran vacíos y han tenido que implementar un servicio a domicilio o de comida para llevar para atender a su clientela y seguir operando, bajando incluso los precios de sus platillos o paquetes.
La mayoría de los restaurantes tienen a sus empleados dados de alta en el seguro social y están obligados a pagar sus cuotas al IMSS y al Infonavit aun cuando no tengan ingresos. De igual manera han tenido que apoyar a sus trabajadores con los traslados, toda vez que han dejado de recibir propinas por culpa de las bajas ventas.
Los gastos de operación continúan siendo una carga importante, sobre todo la energía eléctrica, servicio de agua, el pago de la nómina y el pago de la renta en caso de que el inmueble no sea propio.
Los restauranteros de Coatzacoalcos hacen un gran esfuerzo, para evitar despedir a su personal, manteniendo ocupada a su plantilla laboral en actividades como limpieza y mejoramiento de las instalaciones, aun cuando no haya comensales.
Por la falta de costumbre de pedir comida a domicilio, este tipo de servicio no ha sido tan exitoso como en las grandes ciudades, donde la clientela está acostumbrada a pedir comida por medio de Uber Eats o alguna otra aplicación que opere en la localidad.
Es recomendable que los restauranteros implementen este tipo de servicio a domicilio y que lo divulguen a través de las redes sociales o de portales que tienen una amplia cobertura, para hacer llegar sus ofertas de alimentos a un mayor número de clientes potenciales.
Aun cuando el gobierno federal no ha implementado exenciones o postergaciones en el pago de impuestos, el gobierno del estado ha dado a conocer este lunes un paquete de estímulos fiscales dirigido a micros, pequeñas y medianas empresas, como son el pago del impuesto a la nómina durante marzo y abril, siempre y cuando mantengan completa su plantilla laboral y que no tengan más de 50 trabajadores. Este impuesto será diferido para pagarse entre julio y diciembre del 2020.
Mientras pasa la contingencia es momento de apoyar a los restauranteros locales, que están haciendo un gran esfuerzo por mantener viva una fuente de empleo que da de comer a cientos de familias en Coatzacoalcos.