SENTIDO COMÚN
Gabriel García-Márquez
Cuando todavía no salíamos del horror causado por el asesinato de Ingrid a manos de su pareja, quien la desolló y descuartizó después de apuñalarla en varias ocasiones, un nuevo feminicidio ha vuelto a enfurecer a la población, que se ha unido nuevamente exigiendo justicia y castigo a los responsables.
Hace unos días en Xochimilco desapareció Fátima, una niña de tan solo 7 años, que luego apareció muerta en la alcaldía de Tláhuac en la Ciudad de México, con aparentes muestras de violencia, tortura y abuso sexual.
La niña fue sustraída de la escuela donde estudiaba y las cámaras muestran que una mujer desconocida se la llevó de la mano, presuntamente para entregarla a quien abusó de ella y luego le dio muerte.
Este hecho atroz ha despertado todo tipo de reacciones y de sospechas, toda vez que en primer lugar fue entregada por los directivos de la escuela a una persona desconocida, desentendiéndose de la menor, puesto que hasta el momento no han sabido decir a quién se la entregaron, siendo que es una obligación entregar a los menores a los familiares que se encuentran autorizados y registrados, a menos que los padres llamen para avisar que algún otro familiar en su lugar irá por ellos.
Si en efecto la madre se encuentra mal de sus facultades mentales, como lo ha declarado la fiscal de la CDMX, con mayor razón la escuela debió haber buscado a algún otro familiar que se hiciera cargo de recoger a Fátima.
Ahora resulta que darán una recompensa de 2 millones de pesos a quien aporte información sobre el posible responsable del atroz asesinato. Como si las corporaciones policiacas no pudieran hacerlo echando mano de los videos y de su labor de inteligencia.
Las declaraciones de las autoridades son verdaderamente sorprendentes por la falta de imaginación: “el crimen de Fátima no quedará impune, seguridad pública y la fiscalía de la CDMX trabajan con todas sus energías para encontrar a los culpables y llevarlos ante la justicia”. Esto ya lo han dicho tantas veces, que nadie les cree.
Ya la fiscal de la CDMX ha declarado que la madre padece de sus facultades mentales ¿Qué pretende decir con esto?
El señor presidente ha declarado tajante que “hay que purificar la vida pública del país para atender los problemas de inseguridad y violencia”, volvió a decir como ya lo ha hecho en otras tantas ocasiones que recibió “un país descompuesto, en decadencia, por lo que hay que atender las causas, predicando con el ejemplo, siendo consecuentes, porque no hay otra salida, porque el neoliberalismo no produjo una crisis, produjo una decadencia”.
No cabe duda que la descomposición social es un lastre, que va más allá de la corrupción y de echar las culpas a los de atrás, este cáncer, especialmente el de los feminicidios requiere un golpe de timón en el esquema de seguridad y vigilancia que está siguiendo el gobierno en todos los sectores.
No se trata nada más de echarle la culpa al gobierno neoliberal del pasado o a la delincuencia organizada. Hay mucho por hacer en materia de responsabilidad en todas las áreas de gobierno, pero para lograr un efecto inmediato es urgente y necesario enfrentar los problemas y las exigencias de la población, no evitarlas y desacreditarlas. Que no les dé flojera atender a los padres agraviados, todos tienen algo valioso que decir y de ahí podrán salir las soluciones.
No hay que olvidar que Fátima acababa de cumplir tan solo 7 años.