SENTIDO COMÚN
Gabriel García-Márquez
Como es costumbre año con año las rentas de inmuebles sufren algún leve incremento basado en el índice inflacionario que no debe excederse del 10 por ciento que es el aumento natural, a menos que en el contrato esté pactado un incremento mayor o menor.
Desde la firma del contrato de arrendamiento queda establecido el porcentaje de incremento que se aplicará al año de haberse firmado, así que no por concluir el año calendario deben aumentarse las rentas de los inmuebles.
Aun cuando no hay una regla para el incremento de las rentas, éstas se determinan de acuerdo con la oferta y la demanda, pues no hay una fórmula o un tabulador que las regule.
Debido a la recesión que se está viviendo en el país, el mercado inmobiliario, en especial el de la renta de inmuebles, se encuentra deprimido; por lo que aun cuando los arrendadores se dejan pedir enormes cantidades de dinero por una renta, los inquilinos buscan la mejor opción en precio y calidad del inmueble para hacer rendir su dinero, lo que ha propiciado que muchos departamentos o casas estén desocupadas y con el letrero permanente de SE RENTA en la fachada.
Por esta razón es muy importante firmar un contrato que contenga las condiciones de plazo y monto de la renta, así como los incrementos fijos que se acuerde pagar al término de cada año.
También es importante tomar en cuenta que, de no establecerse un incremento específico, no podrá aplicarse aumento alguno, aun cuando en el mercado se haya registrado un incremento en las rentas.
En el contrato se debe especificar claramente por cuenta de quién correrán los gastos de remodelación o reparaciones mayores que se tengan que hacer al inmueble o las amenidades que se construyan durante la vigencia del contrato.
Por cierto, es de destacar que el mercado de bienes raíces ha registrado una recesión, tanto en las ventas como en las rentas de inmuebles. Por doquier se ven letreros de “se renta” o “se vende” en inmuebles que llevan años desocupados, sin embargo, los propietarios se niegan a reducir sus pretensiones y prefieren mantenerlos vacíos a bajarles el precio.
En Coatzacoalcos hay mucha oferta de casas, departamentos, despachos o locales comerciales, esperando el repunte tan esperado que se ha anunciado una y otra
vez. Hoy de nueva cuenta renace la esperanza de que con la realización del corredor interoceánico se reactive le economía de la zona y los edificios vacíos se ocupen, pues son cuantiosas las inversiones que se encuentran congeladas. Tal vez estas construcciones estén ganando en plusvalía, pero mientras se logran vender o rentar es una pena que permanezcan desocupadas, esperando a que llegue el tan anunciado boom económico que hará que el mercado inmobiliario de Coatzacoalcos repunte.
Mientras prevalece este estancamiento los dueños de inmuebles deben valorar la posibilidad de bajar sus precios, para reactivar el mercado de los bienes raices, de lo contrario éstos seguirán vacios, deteriorándose por la falta de mantenimiento y sufriendo los embates de la corrosion y el abandono.