SENTIDO COMÚN
Gabriel García-Márquez
Cuando Francisco Labastida Ochoa, candidato del PRI a la presidencia de la República en el año 2000, ofreció como promesa de campaña enseñar inglés y computación a los niños de México en las escuelas, fue muy criticado y tachado de loco, porque parecía demasiado pronto hablar de nuevas tecnologías y de computadoras, cuando gran parte del país se encontraba en el atraso, viviendo en medio de una pobreza que alcazaba en ese entonces 30 millones de mexicanos. Sin embargo, analizándolo a la distancia, no resulta tan descabellada la propuesta del candidato priista de entregar una computadora a los estudiantes, aun cuando ni siquiera había Internet o Wi-Fi.
Hoy, a 20 años de distancia, nos damos cuenta de que seguimos en el atraso, sobre todo en las zonas rurales donde no se cuenta con señal de Internet y pocos son los alumnos que tienen acceso a una computadora. Si acaso hay pueblos donde cuentan con un Ciber Café, donde los niños y jóvenes pueden ir a hacer sus tareas en horarios escalonados para no saturar las computadoras existentes.
La pandemia del coronavirus nos ha puesto en aprietos, toda vez que al suspenderse las clases presenciales, algunas escuelas han optado por impartir clases a distancia, pero por desgracia esta alternativa educativa solamente se puede aplicar en las ciudades donde hay señal de Internet y que los estudiantes cuenten con computadoras propias o rentadas, para seguir al pie de la letra las clases a distancia impartidas por sus maestros, de manera que no se pierda el ciclo escolar y poder continuar con el plan de estudios establecido en todos los niveles educativos.
Es una pena que, en el 2020, es decir 20 años después de aquella propuesta de un candidato que por cierto no ganó, estemos todavía viviendo en un atraso tecnológico, que pone en evidencia las condiciones de inequidad y desigualdad entre la niñez y la juventud mexicana, que marca una gran brecha que deja fuera de la competencia como siempre a los más pobres.
La educación debe ser igual para todos, sin embargo, las condiciones de rezago que se viven en la mayoría de las poblaciones del territorio nacional no permiten que esa inclusión social sea universal. La llegada del Covid-19 ha puesto en evidencia una serie de carencias que se padecen en el país, no nada más en el sector salud, sino también en el educativo.
Por esto la estrategia de educación a distancia impulsada por Google for Education y You Tube, llega en un momento más que oportuno que ofrece un diseño adecuado a las circunstancias, con propósitos y alcances, apoyados en estos cuatro ejes: 1) Establecimiento de la plataforma a distancia para la SEP; 2)
Variedad de contenidos con distintos tipos, materias y métodos; 3) Capacitación y acompañamiento a los docentes, padres y alumnos; y 4) métricas de uso.
Tal vez no se solucionen todas las fallas que hay en la educación, pero será una gran aportación para comenzar por este nuevo camino educativo, que refuerce las habilidades de los estudiantes y que se capaciten a los maestros y también a los padres de familia.
Sin duda alguna no es esta una tarea fácil, porque como siempre los sitios de marginación serán los menos beneficiados y las poblaciones que no cuentan con equipos o con la conexión a la red no podrán tener acceso a la educación a distancia. Pero este es el principio de un nuevo proyecto que servirá a las nuevas generaciones de profesionistas del futuro.