SENTIDO COMÚN
Gabriel García-Márquez
Nunca como ahora se había extendido tanto la sequía y se habían sentido temperaturas tan altas. En muchos lugares del país no ha llovido desde diciembre y en otros desde marzo. Aun cuando ya ha comenzado a llover esporádicamente en algunos municipios del estado de Veracruz, no ha caído la suficiente lluvia para que se recuperen los potreros o se llenen las represas y corra agua en los arroyos.
Para acabarla de amolar, está por iniciar la temporada más caliente del año y la más seca también que nos generará graves problemas en la agricultura y la ganadería. Aún no nos hemos repuesto del estiaje cuando ya hace su aparición la famosa “canícula”.
Técnicamente este viernes 12 de julio inicia el fenómeno climático conocido como la canícula, cuya duración es de entre 30 y 45 días, por lo que este año podría extenderse hasta el martes 20 de agosto. A este fenómeno climático también se le conoce popularmente como veranillo o sequía intraestival de medio verano.
La canícula es una temporada de intenso calor, que está considerada como la época más caliente del año, cuando la temperatura ambiente llega a rebasar los 45 grados centígrados y las lluvias disminuyen drásticamente.
Según datos de la CONAGUA las zonas más afectadas por la canícula son el sur y el sureste del país y los estados con calor extremo serán Veracruz, Puebla, Tabasco, Chiapas, Oaxaca, Quintana Roo, Yucatán, Hidalgo, Tamaulipas, Nuevo León, Tlaxcala, San Luis Potosí, Colima, Michoacán, Guerrero, Estado de México y Morelos.
Por desgracia este es un evento que no se puede prevenir, ni tampoco pronosticar con exactitud su intensidad y duración, porque depende de cómo se presenten este año las condiciones atmosféricas y meteorológicas.
Además de los daños que provoca este fenómeno en el sector agropecuario, también causa estragos entre la población de zonas rurales y urbanas. Los rayos solares son tan intensos y la temperatura tan elevada que es recomendable para la población mantenerse bien hidratados, usar protector solar y no exponerse mucho al sol; sobre todo hay que proteger a los infantes y a las personas de la tercera edad o a quienes padecen enfermedades crónicas.
Esperemos que este veranillo no dure más de lo previsto y que las temperaturas estimadas no sean tan elevadas por el bien del campo y por supuesto de la población en general o de las personas más vulnerables.
Así que a cuidar el agua y a reparar los ventiladores por si las dudas.