POR.-FERNANDO MARTINEZ PLASCENCIA
Miserable, porque no hay otra forma de describirlo, Amado Cruz Malpica, alcalde de Coatzacoalcos, pese a ser abogado y conocer las carencias qué se viven en los juzgados, no ha sido capaz de escuchar y mucho menos levantar la voz en nombre del gremio de las Barras y colegios de abogados ante la presidenta del Tribunal Superior de Justicia de Veracruz, Lizbeth Aurelia Jimenez Aguirre.
Este sujeto que no ha hecho nada por esta noble ciudad que hoy lo ha hecho millonario y que disfruta de las mieles del Poder a costa de nuestros impuestos, sabe que por aquí “pasa” el Corredor Interoceánico, y que si quisiera podría decirle a doña Aurelia que el ayuntamiento puede entregar un terreno para construir la Ciudad Judicial qué tanta falta hace.
Insensible, pasará a la historia como un alcalde que teniéndolo todo no deja nada digno que trascienda con su nombre, un hombre que ignora a los abogados que justamente el próximo 12 habrán de celebrar el Día del Abogado, y ni siquiera los recibe para recibir la invitación para evitar tener que pagar su propio desayuno.
Nunca en la historia de Coatzacoalcos había llegado a la silla municipal un gañan tan mezquino y tan valemadrista como Amado Cruz Malpica.
En eso de la ineptitud y la corrupción superó a Víctor Manuel Carranza Rosaldo, ni duda cabe, lo bueno es que pronto habrá de irse a inflar burros por la quinta pata.