Al darle el último adiós al joven Jesús Reyes Torres, familiares y amigos reafirmaron que el chico no contaba con antecedentes nocivos, a sus 20 años no tomaba ni fumaba.
Su única vida era trabajar, estudiar y ir a la iglesia, donde servía como tecladista y siempre estaba pendiente de la palabra de Dios.
El día que lo matan, en calles de Cosoleacaque, se encontraba a una cuadra de la iglesia La Preciosa Sangre de Cristo, donde estuvo momentos antes tocando el teclado para la eucaristía del Miércoles de Ceniza.
La hermana del joven Vianey Araceli Reyes Torres, dijo durante su funeral que su hermano no contaba con antecedentes penales, ni mucho menos, tomaba ni se drogaba.
Era un chico -dijo- que solo se dedicaba al trabajo, al estudio y a la iglesia.
La familia indicó que la noche del miércoles, después de que lo matan, se van a la escena del delito y prohíben a la policía que se acerquen, «no queríamos que le metieran algo entre sus cosas, una droga o algo así para justificar», dijo una de sus tías.
PIDEN JUSTICIA
Exigieron que haya justicia en este caso, pues es imposible seguir con esta situación.
Hasta ahora, la familia insiste en que la víctima tal vez fue confundida por los sicarios que cometieron el homicidio.
El homicidio de Jesús Reyes Torres es el cuarto que se da en la semana en medio de una de las peores crisis por violencia en Cosoleacaque, pues dos días antes entraron a la casa de Los Merlín en y mataron a Gladys Merlín y a su hija Carla Enríquez.
Posteriormente, se agrega el homicidio de un constructor y comerciante frente al fraccionamiento Las Olas, al que le prendieron fuego y dejaron calcinado.
PUDO SER VENGANZA
Reportes extraoficiales de las primeras pesquisas en torno a este caso, puntualizan que el joven Jesús Reyes Torres pudo haber sido blanco de una venganza de las bandas dedicadas al cobro de piso.
Familiares que han dado datos preliminares para esclarecer el caso, indican que en días pasados, han sido blanco de amenazas y peticiones de cobro de piso.
La familia de Jesús Reyes Torres son abarroteros en esa zona de Cosoleacaque, y por lo tanto, están siendo acosados por los grupos que piden la cuota, en su mayoría, protegidos por células delictivas.
Se trata de una familia trabajadora que ha hecho el patrimonio gracias al comercio y el trabajo duro, y como muchas más, ahora están en la mira de la maña porque quieren vivir de ellos.
Se sabe que una de las líneas para entender el caso, se aborda por la negativa del padre del joven a no pagar la cuota de una tienda de abarrotes que posee.
El asesinato del joven habría sido un mensaje para la familia y todos los demás comerciantes de la zona que están siendo presionados por la delincuencia para que paguen rentas criminales.
El pasado dos de diciembre, en la colonia F Gutiérrez, de Cosolea, fue asesinado Filiberto Trinidad Herrera, dueño de una bodega comercial y una abarrotera, aunque le dejaron un cartelón para desvirtuar su asesinato, se supo que había sido visitado por los cobradores de cuota y dijo que no iba a pagar.
En octubre pasado, fue baleada Martha Nidia Reyna de 51, líder de mercados en Cosolea, las líneas de investigación determinaron que fue porque no quiso pagar la cuota, menos, operar como recaudadora entre sus agremiados para recoger ella el dinero que le tenían que dar a la maña para no ser lastimados.
En diciembre de 2020, en el mercado El Tomito, de Cosolea, también fue asesinada una comerciante que presuntamente era el enlace con la delincuencia para recoger el dinero de las cuotas.
Agencias/Cosoleacaque