La violencia y falta de operatividad en la CNDH es un botón de muestra de lo que puede generar la polarización que cada día aumenta en el país.
La falta de atención, respuesta y apoyo a las demandas ciudadanas por el maltrato de mujeres fue la chispa que hizo detonar a la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) evidenciando no solo la ineficacia de su flamante presidenta Rosario Piedra Ibarra, sino exponiendo el mal uso que se ha hecho de los recursos otorgados al organismo.
Muchos grupos feministas pensaron que con la llegada de Piedra Ibarra el camino para que se les hiciera justicia se les iba a allanar, sin embargo consideran que no ha sido así por lo que el pasado fin de semana en respuesta a su hartazgo por considerar que la titular de la CNDH no daba respuestas satisfactorias a sus peticiones, diversos colectivos feministas y de familiares de víctimas de la violencia optaron por una medida radical, la toma las violenta de las instalaciones del organismo autónomo, además de exigir la renuncia de la ombudsperson.
Al quite tuvo que salir la Secretaría de Gobernación (Segob), que ante las manifestaciones violentas envió a una comisión de funcionarios de la subsecretaría de Derechos Humanos, Población y Migración acompañados de funcionarios de la Ciudad de México, para intentar desactivar el conflicto a través de “entablar un diálogo con las manifestantes para escuchar sus demandas y establecer una ruta de atención victimal, así como acceso a la verdad y la justicia para las víctimas”.
A pesar de la propuesta de las autoridades, las manifestantes se negaron a entablar un diálogo por lo que de acuerdo a un comunicado de la Segob “las autoridades reiteraron la apertura, a fin de escuchar y trabajar para y con las mujeres, así como su disposición para establecer una mesa de trabajo, ya que señalaron que es a partir de un diálogo franco, abierto y continuo que se podrá dar cause a las peticiones y concretar una ruta para dar seguimiento a los casos de las víctimas”.
Operación avestruz
Ante esta crisis, la ombudsperson no ha dado la cara, y la CNDH sólo ha atinado a emitir un comunicado de dos párrafos a través del cual hace un “llamado respetuoso a las mujeres de los colectivos que se encuentran dentro de las instalaciones para acordar en breve una mesa de trabajo y establecer el protocolo de resguardo de los mismos, ya que son expedientes que contienen información sensible y base para las investigaciones por presuntas violaciones a derechos humanos, que es el mandato de esta institución, acompañando los procesos de las víctimas, la reparación del daño y en la incidencia de medidas de no repetición” (sic).
Pero más allá de las demandas que dieron origen a la inconformidad de las feministas y familiares víctimas de mujeres violentadas, el escándalo subió de tono cuando en las instalaciones de la CNDH fueron descubiertos refrigeradores con alimentos entre los que destacó una gran cantidad de carne con cortes gourmet así como despensa.
Ante la evidencia, que fue filmada y circulada en redes sociales, la se publicó en redes sociales un comunicado, sin sello y firmado por “mujeres trabajadoras del área de cocina” la explicación del hallazgo de los alimentos.
“Lo que muestran ellas no son cortes finos, son chambaretes (sí carne de res con hueso, para caldo) son las recetas que sabemos hacer, comida para trabajadores.
“Es cierto hay muchos insumos porque es principio de mes y eso que ellas mostraron es una despensa que dura todo el mes, para más de 35 trabajadores”.
El texto que presuntamente escribieron las trabajadoras de cocina de la CNDH dice que “les servimos de comer a muchos defensores de derechos humanos y a muchas víctimas”.
Por otra parte, la presidenta de la comisión de Derechos Humanos del Senado, Kenia López Rabadán dio a conocer que propondrá un punto de acuerdo exigiendo la comparecencia de Rosario Piedra porque urge que informe la situación por la que está atravesando la CNDH.
El conflicto crece y la violencia se exacerba por parte de grupos feministas y de familiares de mujeres víctimas de violencia, la titular de la CNDH no da la cara y el presidente condena las formas en las que estos grupos se han manifestado, al manifestar que entendía “qué hay mucho dolor y que las víctimas de la violencia están muy dolidas y tienen derecho a manifestarse, pero esa no es la mejor forma”.
La imposición, el capricho y la improvisación fue la fórmula para que Rosario Piedra Ibarra se convirtiera en la presidenta de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos en noviembre d 2019, cargo al que llegó gracias a la tutela del presidente Andrés Manuel López Obrador y de un desaseado y controvertido proceso en el Senado.
Ante los acontecimientos sin precedentes en torno a este organismo, la senadora López Rabadán reprochó que el presidente prefiera defender a Piedra Ibarra en lugar de a las víctimas en el país.
Destacó que la titular de la CNDH debe comparecer para explicar lo que está pasando en el organismo autónomo que entre otras cosas no ha emitido ninguna recomendación a propósito de la pandemia, además la conformación y el funcionamiento de la institución deja mucho que desear, mencionó como ejemplo el nombramiento de directores generales que por carecer del perfil profesional requerido por la ley para no podían tener el cargo de visitadores, además de que al poco tiempo los despidió acusándolos de traidores.
Es por ello que senadora señaló que era indispensable y urgente su comparecencia, concluyó.
La violencia y falta de operatividad en la CNDH es un botón de muestra de lo que puede generar la polarización que cada día aumenta en el país.