Cultura legal, conocimiento jurídico para todos
———
Gabriel Alberto Ramírez Nazariego
———
En esta ocasión hablaremos de una modalidad de la violencia más común que existe.
Violencia en el ámbito familiar: Esta es considerada el acto abusivo de poder u omisión intencional, dirigida a dominar, someter, controlar o agresiones de forma:
Física; lesiones físicas (golpes) que pueden incluir moretones, fractura de huesos, sangrado interno e incluso llegar a la muerte. A menudo, el maltrato comienza con contactos leves y con el tiempo empeora para convertirse en acciones más violentas.,
Verbal; como insultos, palabras hirientes o amenazas.
Psicológica; hostigamiento, posesión extrema, aislamiento forzado y destrucción de pertenencias, intentar controlar el tiempo, las actividades y el contacto con otras personas de la víctima, interferir con las relaciones de apoyo de la víctima, crear barreras para las actividades normales, sustraer las llaves del coche o encerrar a la víctima en la casa, mentir y distorsionar la realidad para obtener el control.
Patrimonial y económica; ocasionar un daño a los bienes muebles o inmuebles en menoscabo del patrimonio de la víctima, controlar el acceso a todos los recursos de la víctima, como el tiempo, el transporte, el alimento, la vestimenta, el refugio, el seguro y el dinero. Por ejemplo, puede interferir con la capacidad de la víctima de autoabastecerse e insistir en controlar todas las finanzas de la víctima, puede recurrir al aspecto económico como una manera de mantener el control u obligar a la víctima a regresar.
Sexual; comentarios o insinuaciones sexuales no deseados tiene como consecuencia una violación u otra actividad sexual forzada.
Todas estas dentro o fuera del domicilio familiar, cuyo agresor tenga o haya tenido relación de parentesco por consanguinidad o afinidad, de matrimonio, concubinato o mantengan o hayan mantenido una relación.
Esto quiere decir que la violencia en el ámbito familiar incluye: La agresión entre cónyuges, de padres a hijos, de hijos a padres o cualquier otra persona integrada en el seno familiar que conviva con el agresor, incluso aunque no sean hijos biológicos.
Dicho de otra forma, para la violencia doméstica cualquiera puede ser agresor o víctima mientras sea integrante del mismo núcleo familiar aunque no haya vínculo de sangre.
¿Esto quiere decir que no existen mujeres que agredan a hombres?
No, pero son muchos más los casos en que las mujeres son las víctimas.
Cuando se da el asesinato de un hombre por parte de una mujer la mayoría de los casos, según el Observatorio para la Violencia de Género, tiene que ver con un largo historial de violencia de género previo, siendo, por tanto, en defensa propia o de sus hijos.
¿Es lo mismo violencia de género que violencia en el ámbito familiar?
¿En qué se diferencia la violencia doméstica de la violencia de género si es un hombre el que agrede a una mujer?
La diferencia radica en el por qué. Para ser violencia de género la causa tiene que ser la relación de poder entre los sexos, es decir, el sometimiento de la mujer por parte de la dominación violenta del hombre. Por eso solo las mujeres pueden ser víctimas de la violencia de género.
La violencia en el ámbito familiar puede adoptar muchas formas, pero involucra el uso de la intimidación y amenazas o conductas violentas para ejercer poder y control sobre otra persona. En general las mujeres a menudo son las víctimas; alrededor de 4.8 millones de mujeres son víctimas de maltrato de sus parejas íntimas cada año.
Sin embargo, la violencia familiar también se produce contra los hombres. El maltrato infantil, de personas mayores y de hermanos también se considera violencia familiar.
La mayor frecuencia de violencia hacia un cónyuge está asociada con un mayor riesgo de que el cónyuge violento también maltrate a los hijos.
Existe una estrecha vinculación entre el acoso y otras formas de violencia: El 81% de las mujeres acosadas por el esposo o la pareja actual o anterior, también sufrieron agresión física por parte de esa pareja, y el 31% también sufrió maltrato sexual.
Las consecuencias psicológicas de las víctimas de violencia de parejas íntimas pueden incluir depresión, pensamientos e intentos suicidas, baja autoestima, abuso de alcohol y otras drogas, y trastorno de estrés postraumático.
“La violencia no es solo matar a otro. Hay violencia cuando usamos una palabra denigrante, cuando hacemos gestos para despreciar a otra persona, cuando obedecemos porque hay miedo. La violencia es mucho más sutil, mucho más profunda”. Continuará…
¡Ahora que lo sabes, haz valer tus derechos!