Como sucede en los chistes, la semana pasada el presidente Andrés Manuel López Obrador, nos dio una noticia buena y una mala. Primero nos dio la mala cancelando las Zonas Económicas Especialesy posteriormente nos dio la buena de que sí se hará el Corredor Transístmico.
En su conferencia mañanera el presidente explicó que se decidió desaparecer éste y otros programas porque eran «barriles sin fondo» y, en el caso de las zonas económicas especiales, “eran supuestamente para ayudar, pero nunca ayudaron, compraron terrenos y derrocharon recursos, pero nunca se hizo nada para ayudar”.
De esta manera, lo que era la única esperanza que teníamos para reactivar la economía de Coatzacoalcos se esfumó de un plumazo al afirmar el presidente en una de sus mañaneras, que había corrupción en este proyecto y que no estaba beneficiando más que a los corruptos que habían hecho grandes negocios en la compraventa de terrenos, que luego se supo se pagaron en un millón de pesos por hectárea en el Ejido Cinco de Mayo.
Así, la mañana del 25 de abril, murieron prematuramente las esperanzas de Salina Cruz, Puerto Chiapas, Lázaro Cárdenas y por supuesto Coatzacoalcos. Adiós a los beneficios que tanto se cacarearon durante el gobierno de Enrique Peña Nieto. Se fueron a volar beneficios fiscales, laborales, infraestructura de primer nivel, programas de apoyo y condiciones preferenciales que supuestamente iban a atraer capitales a esta región.
Dentro del plan se garantizaba continuidad de programas, acciones y políticas públicas de largo plazo; sin embargo, la voz del presidente fue determinante y la cancelación de las Zonas Económicas Especiales vino a darle al traste a la única esperanza palpable que le quedaba a Coatzacoalcos.
Sin embargo, después vino la buena noticia, el presidente López Obrador enmendó la plana al dar a conocer que luego de hacer una “consulta” entre los pueblos del Istmo de Tehuantepec, la gente estuvo de acuerdo en que se lleve a cabo el proyecto del Tren Transístmico, que unirá al Golfo de México con el Pacífico y que contempla también la ampliación de los puertos de Coatzacoalcos y Salina Cruz, así como la rehabilitación de las refinerías de Salina Cruz y Minatitlán.
Habrá centros de producción en una franja que beneficiará a los municipios de Minatitlán, Coatzacoalcos, Salina Cruz, Juchitán y Matías Romero y algunos puntos intermedios.
Con este importante proyecto transístmico la esperanza vuelve a renacer en la región, pero ojalá se convierta en realidad y no sea otro sueño guajiro de esos que el gobierno acostumbra a prometernos cada sexenio, pues como nunca es urgente reactivar la economía de esta región que hoy se encuentra tan deprimida.
EL LIBRAMIENTO DE ACAYUCAN EN RUINAS
Por cierto, estuvo en Acayucan el gobernador Cuitláhuac García, ojalá lo hayan llevado por el libramiento que une a la autopista con la carretera 180, un cruce que se encuentra en pésimas condiciones, lleno de huecos y prácticamente se ha convertido en un tramo de terracería. No sabemos si su mantenimiento le corresponde al estado o a la federación, el caso es que se encuentra en un estado deplorable, donde los hoyancos son tan grandes que no permiten la circulación fluida. Por esta zona ya están reparando algunos tramos entre Acayucan y Catemaco; sin embargo, en esta vía tan transitada, no se ve para cuando se inicien trabajos de reparación o encarpetado. Mientras tanto hay que seguir circulando por ahí echando mentadas en cada hueco.