Gabriel García-Márquez
Desde el comienzo de la actual administración el Seguro Popular estaba desahuciado, por lo que no fue una sorpresa su desaparición el pasado miércoles, por cierto, el Día del Médico, en que fue creado el Instituto Nacional de Salud para el Bienestar (Insabi).
El Seguro Popular fue sepultado por los legisladores de Morena y los partidos afines, luego de haber servido y salvado a millones de mexicanos carentes de seguridad social.
Aun cuando se comprometen a no descuidar a la población que no cuenta con Seguro Social o Issste y a conservar el Fondo de Protección contra Gastos Catastróficos, los panistas y priistas afirman que la salud está en grave riesgo, pues no confían en que el sector salud pueda cumplir con estos compromisos por considerarlo inviable financieramente.
La función del Insabi será brindar de manera gratuita servicios de salud y medicamentos a aquellos mexicanos que no tengan seguridad social, sin que tengan que pagar cuota alguna.
La oposición se manifestó en contra pues consideran que no hay presupuesto asignado para su operación y toda vez que será universal y que cubrirá todas las enfermedades, incluso las catastróficas como el cáncer, la diabetes y el VIH, no se ve de dónde sacarán los recursos para cumplir con este fin.
Sin embargo, los estados serán corresponsables y estarán obligados a aportar recursos financieros al suscribir el convenio con el Insabi y en caso de que algún gobierno estatal se niegue a hacerlo, la federación podrá tomar el recurso de sus participaciones estatales. Es decir que todos los gobernadores tienen que jalar parejo con el Insabi, sin importar a qué partido pertenecen.
Para convertirse en beneficiario del Insabi, solamente tendrán que presentar la Clave Única de Registro de Población (CURP) o el acta de nacimiento y, por supuesto, demostrar que no son derechohabientes ni del IMSS ni del ISSSTE; es decir que no cuentan con seguridad social y en caso de que en el futuro llegaran a afiliarse perderían el derecho al Insabi.
El decreto entrará en vigor a partir de enero del 2020 y el gobierno estará obligado a facilitar el acceso a los servicios médicos de manera gratuita, progresiva, efectiva, oportuna, de calidad y sin discriminación de ningún tipo.
Aunado a esta reforma, deberían de poner más atención a la prestación de los servicios médicos en el IMSS, donde los derechohabientes tienen que cumplir con una larga lista de requisitos para ser atendidos y en su caso ser sometidos a una cirugía de manera oportuna.
Hoy le decimos adiós al Seguro Popular que aun con la mala fama de no ser ni seguro ni popular, cumplió con los desamparados y desempleados que lo extrañarán con todo y sus limitaciones. Ahora el reto será para el Insabi, que tendrá que demostrar que valió la pena la reforma a la Ley General de Salud.