Con rezos, cánticos y tamales, familiares y amigos recordaron los 40 días del fallecimiento de Xóchilt Nayeli Irineo Gómez, unas de las 31 víctimas en la masacre del Bar Caballo Blanco en Coatzacoalcos, Veracruz.
Para su madre, América del Carmen, pareciera que fue ayer y el dolor de su ausencia es cada vez más fuerte.
“Mi hija es mi hija y jamás la voy a olvidar, ella va a estar conmigo, en mi pensamiento porque era mi compañera, vivía conmigo, estaba conmigo, platicaba conmigo mi hija, ahorita no me queda más que echarle ganas, por lo niños de ella más que nada”, expresó la mujer.
Tras la tragedia, los más afectados son sus dos nietos de 3 y 7 años de edad, porque además de extrañar y no entender por qué se fue su madre, a veces solo comen una vez al día o no pueden ir a la escuela por falta de recursos.
De acuerdo con América del Carmen, Xóchilt la apoyaba con la elaboración y venta de antojitos. Ahora que su hija murió, las ganancias son insuficientes, ya que no cuenta con el apoyo económico que la joven le proporcionaba.
Hasta el momento, América solo ha recibido el pago de los gastos funerarios, pero las autoridades le prometieron hacer un pago por parte del ayuntamiento a mediados de este mes y otro por parte del Comité Nacional de Atención a Víctimas en noviembre.
“Dijeron que, a partir del día, a más tardar el 15 de noviembre, no sabemos cuánto tiempo, la cantidad de 4 mil 366 pesos, es lo que nos van a pagar el mes de noviembre, pero nos dijo que antes de octubre nos tenía que pagar el ayuntamiento”.
La misma situación es para el resto de los familiares, quienes saben que recibir una indemnización no les regresará a su ser querido, pero si les ayudará a sacar adelante a los más de 25 huérfanos que dejó esta masacre en Coatzacoalcos, Veracruz.