El aumento del brillo en el cielo se origina por el reflejo de luz artificial en las partículas que están presentes en la atmósfera.
La contaminación lumínica, que se define como el exceso de luz artificial, tiene diversas consecuencias, pues no sólo afecta la salud de los seres humanos, causando dolores de cabeza, fatiga, ansiedad o estrés, también daña la naturaleza, la biodiversidad y tiene una incidencia en los cuerpos astronómicos.
De acuerdo con el Instituto de Astronomía, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la contaminación lumínica es el uso ineficiente, innecesario y extremo de luz artificial, que aumenta el brillo del cielo nocturno y reduce la visibilidad de los cuerpos celestes. El aumento del brillo en el cielo se origina por el reflejo de luz artificial en las partículas que están presentes en la atmósfera.
Según el mapa de contaminación lumínica, creado por Jurij Stare con datos del Earth Observation Group (EOG), las zonas del planeta con mayor contaminación lumínica se encuentran en Estados Unidos y en Europa. En EU, la zona que registra mayor contaminación es la mitad del país, donde se ubican ciudades como Nueva York y Miami; mientras que en Europa los países con mayor uso de luz artificial son Reino Unido, Italia, Alemania, Francia y España.
En México la contaminación lumínica se concentra principalmente en la zona centro, donde está Ciudad de México, Estado de México, Querétaro, Guanajuato, Michoacán y parte de Guadalajara.
Daño astronómico causado por la contaminación lumínica
Según investigadores de la UNAM el más preocupante daño de la contaminación lumínica se da en la astronomía, pues el exceso de luz artificial oculta 90% de las estrellas. Esa situación ocurre cuando la luz llega al cielo y se dispersa en la atmósfera terrestre, aumentando la oscuridad durante la noche.
Además, la luz artificial limita la capacidad de observación de los telescopios profesionales, reduciendo alrededor de 37% su capacidad de efectividad. “El alumbrado público contamina con diferentes colores el brillo celeste de la atmósfera”, indicaron expertos de la UNAM y recalcaron que la luz natural de los objetos celestes es vital para la astronomía, pues es en lo que se basa la astronomía observacional.
Los expertos aseguraron que la contaminación lumínica puede ser causada por no usar temporizadores para apagar la luz cuando no es necesaria; uso injustificado de luz en situaciones que no lo necesitan; un incorrecto manejo de luces en áreas que no necesitan iluminación; falta de mantenimiento al equipo de iluminación, que ocasiona mayor gasto energético y uso de iluminación artificial cuando basta con luz natural.
Pérdida de insectos por la contaminación lumínica
Alejandro Sánchez de Miguel, astrofísico en el departamento de Calidad del Cielo del Instituto de Astrofísica de Andalucía, aseguró al portal informativo español República de Ias ideas, que la contaminación lumínica es como un pesticida, pues es una de las causas más importantes del “apocalipsis de los insectos”.
El investigador explicó que, durante los últimos 25 años, cerca de 75% de los insectos en el planeta se han perdido y comentó que la contaminación lumínica ha causado que muchas especies de insectos migren y lleguen a lugares donde pueden ocasionar plagas agrícolas o enfermedades.
Además, según estudios, el crecimiento de las urbanidades y el aumento de luz artificial en las locaciones ha provocado que los animales de diversas especies se mantengan alejados de las ciudades y, en ocasiones, la luz excesiva desorienta, deslumbra y daña los sentidos de esos seres vivos.
Responsabilidad, la clave para reducir la luz artificial
La ambientalista Angélica Martínez Cantú explicó que la clave para que la luz artificial se reduzca y con ella se disminuya la contaminación lumínica está en que las personas sean responsables y entiendan que deben limitar el uso de la luz artificial.
“Cuando las personas entiendan que sólo se debe usar lo necesario, arquitectos e ingenieros desarrollarán casas, establecimientos y todo tipo de construcciones que utilicen la luz necesaria”, recalcó Martínez Cantú.
Angélica Martínez subrayó que además de la contaminación lumínica, el exceso de uso de luz artificial también contamina el medio ambiente, pues en muchos países, especialmente subdesarrollados, los medios para obtener energía son muy contaminantes, ya que no utilizan energías renovables.
Finalmente, la ambientalista invitó a la sociedad a consumir la energía lumínica necesaria, evitando dejar prendidas luces e implementando en los hogares sensores o mecanismos que ayuden a ahorrar energía y evitar que se use luz de más.