El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) indicó que el número de mujeres y adolescentes embarazadas y lactantes en desnutrición ha aumentado desde 2020, pasando de 5.5 millones a 6.9 millones. Los países con más casos reportados son aquellos que son más golpeados por la actual crisis alimentaria y nutricional.
Unicef destacó que las 12 naciones más afectadas son Afganistán, Burkina Faso, Chad, Etiopía, Kenia, Malí, Níger, Nigeria, Somalia, Sudán del Sur, Sudán y Yemen, que “representan el epicentro de una crisis mundial de la nutrición que ha empeorado debido a la guerra en Ucrania y la sequía, los conflictos y la inestabilidad”.
Dichos datos fueron arrojados en el informe “Desnutridas y olvidadas: Una crisis mundial de la nutrición de las adolescentes y las mujeres”, que se publicó en el marco del Día Internacional de la Mujer, 8 de marzo, y en el que se expone la tremenda realidad de desnutrición y falta de atención que viven embarazadas, madres y recién nacidos.
“La crisis mundial del hambre está provocando que millones de madres y sus hijos sufran hambruna y desnutrición grave“, comentó Catherine Russell, directora ejecutiva de Unicef, y detalló que sin acciones urgentes de la comunidad internacional, las consecuencias de la crisis alimentaria podrían impactar en varias generaciones.
Actualmente, más de mil millones de niñas, adolescentes y mujeres en el mundo sufren de desnutrición, deficiencias de micronutrientes esenciales, anemia, entre otras consecuencias de la mala alimentación; lo que puede aumentar los riesgos de complicaciones mortales en el embarazo o parto y problemas en el crecimiento o desarrollo.
La mujeres de los países más pobres son las más afectadas
“Para prevenir la desnutrición infantil, debemos abordar también la desnutrición de las adolescentes y las mujeres”, aseguró Russell y subrayó que Asia Meridional y África Subsahariana continúan siendo el epicentro de la crisis nutricional de mujeres y las crisis mundiales contribuyen y dañan a esa parte de la población.
Datos arrojan que en Asia Meridional y África Subsahariana viven dos de cada tres mujeres con insuficiencia ponderal en el mundo y tres de cada cinco con anemia. “Las adolescentes y las mujeres de los hogares más pobres tienen el doble de probabilidades de sufrir insuficiencia ponderal que las de los hogares más ricos”, subrayó Unicef.
La Unicef llamó a gobiernos, aliados, donantes y organizaciones de la sociedad civil a transformar los sistemas alimentarios, de salud y de protección social de las mujeres y adolescentes. Algunas medidas que se deben tomar en cuenta son las siguientes:
· Dar prioridad al acceso de las adolescentes y las mujeres a una alimentación nutritiva, segura y asequible, y evitar que consuman comida ultraprocesada.
· Crear y poner en vigor políticas jurídicas obligatorias para que se amplié el consumo de alimentos como la harina, aceite y sal, para reducir carencias de micronutrientes y anemia.
· Garantizar el acceso gratuito de adolescentes y mujeres de países con ingresos medios y bajos a servicios de nutrición esenciales.
· Ampliar el acceso a programas de protección social para las adolescentes y mujeres más vulnerables.
· Eliminar normas sociales discriminatorias como el matrimonio infantil, o el reparto desigual de alimentos.
Finalmente, Catherine Russell aseguró que cuando niñas o mujeres no tienen una nutrición adecuada, se afecta su desarrollo, crecimiento y aprendizaje, y aumenta la posibilidad de que haya bebés desnutridos. “Solo tenemos que movilizar la voluntad política y los recursos para actuar. No hay tiempo que perder”, concluyó.