¿Has necesitado en cierta ocasión ubicar un comedor comunitario, un albergue para personas mayores o saber alguna información de alguna de las 95 diócesis en que existen en el país?
Para responder estas cuestiones es muy útil acudir al Mapa Digital, una nueva herramienta que ha presentado la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), elaborado, a su vez, por su Observatorio Nacional.
Este mapa ofrece dos tipos de información, por un lado la relativa a las diócesis, su estructura territorial, el obispo que la preside, la población que alberga así como el número de fieles que la habitan, el número de parroquias al interior de la diócesis así como la cantidad de sacerdotes consagrados que ejercen su ministerio en la Iglesia particular y el número de nuevos bautizados en el año, entre otros datos. En el mapa, cada diócesis se encuentra delimitada para su mejor ubicación.
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Asimismo, ofrece datos sobre la obra social de la Iglesia, se puede identificar el tipo de atención que se brinda y el lugar preciso donde se ofrece.
En un mapa de la República Mexicana se encuentran iluminadas cada una de diócesis y al dar clic en cualquiera de ellas se despliega la información correspondiente en la parte derecha de la pantalla.
Respecto de las obras de solidaridad, es decir, de caridad social, se encuentra una lista de categorías bastante larga. Se puede visualizar en el mapa todas las ubicaciones de estas obras sociales o bien seleccionar varias o sólo una categoría.
Las obras que realiza la Iglesia en México se han clasificado en la herramienta como: casas de migrantes; casas para ancianos; hospitales; orfanatos, internados y casas hogar; dispensarios médicos; centros de recuperación de adicciones; atención a la casa común; albergues para enfermos de VIH; casas de atención a indigentes; cáritas diocesanas y parroquiales; atención a reclusos; comedores comunitarios; centros de atención a mujeres; centros sicológicos.
Y además albergues para enfermos terminales; equipos jurídicos diocesanos; centros de escucha a víctimas; casas de atención a personas homosexuales; casas de atención a niños de la calle; centros de doctrina social; centros de derechos humanos; centro de atención a atención al abuso infantil; pastoral del mundo del trabajo; pastoral funeraria; atención a familiares de personas desaparecidas y leproserías.
La Iglesia desde siempre ha tendido la mano al necesitado y este alud de obras que muchas veces pasan desapercibidas son una continuidad de la labor caritativa de la comunidad cristiana.
Desde prácticamente su fundación, la atención a las necesidades humanas de la comunidad, dio lugar a la ordenación de los diáconos, dedicados a la caridad. Uno de los cuales fue san Esteban quien es también el primer mártir después de la Resurrección de Jesús. También destaca san Lorenzo quien afirmó que el tesoro de la Iglesia son los pobres, y que fue martirizado siendo asado vivo en una parrilla al fuego. En la historia más cercana, se tiene el testimonio de la labor del beato Miguel Agustín Pro, mártir de la Cristiada, cuya obra social sigue viva después de casi 100 años. Se puede afirmar que la caridad de la Iglesia se ha desarrollado de manera ininterrumpida en todo el orbe.
Cabe apuntar que esta herramienta no busca la autopromoción, como podría pensarse, sino permitir que las personas que tienen alguna necesidad especifica tengan la oportunidad de conocer adónde acudir, así como poder desarrollar alianzas estratégicas con otras personas e instituciones para crear sinergias para llevar a cabo proyectos conjuntos.
La información fue recabada mediante una encuesta enviada a cada diócesis y los datos a su vez serán actualizados cada año.