*XVIII ORDINARIO/A. I.- ALIANZA ETERNA (Is 55,1-3).* El texto de Isaías que hemos escuchado, tiene como antecedentes el anuncio de la liberación de Jerusalén, el anuncio de la salvación (cap. 53) y el cuarto canto del Siervo, quien salvará a su pueblo mediante sus sufrimientos (cap. 54). Como podemos ver, nos movemos totalmente en un ambiente salvífico, todo está hablando de la salvación que Dios realizará en favor de su pueblo. El texto que hoy nos ocupa es una invitación o exhortación final a participar en los bienes de la nueva alianza (cfr. Is 59,21; 61,8 y Jer 31,31) y que tendremos que leer a la luz de Proverbios 9,1-6. Este texto presenta a la Sabiduría que ha edificado una casa y ha preparado un banquete, ¿a quién invita?, a los inexpertos y a los insensatos; ¿para qué los invita?, para que vayan a comer y a beber y, también, para dejarse de simplezas para tener vida y seguir el camino de la inteligencia. Isaías, por su parte, invita a hacerle caso para no gastar plata en lo que no es pan y nuestro salario en lo que no sacia; por lo tanto, es necesario dejar atrás la idolatría, todo pecado y, en consecuencia, volver a Yahvé, para participar de la alianza eterna. *II.- DENLES USTEDES DE COMER (Mt 14,13-21).* En la primera parte del texto, vv. 13-14, san Mateo nos pone en contexto, la muerte de Juan el Bautista y esto motiva el viaje de Jesús que termina en un encuentro con mucha gente. Esta primera parte da la sensación de que es Jesús a solas con la gente, el Salvador y los pecadores; escena que nos recuerda el episodio de Mt 9,36 “Y al ver a la muchedumbre, sintió compasión de ella, …” y nos muestra a Jesús como el Buen Pastor que conoce a sus ovejas y las salva. La segunda parte, vv. 15-21, presenta a un tercer personaje que es el grupo de los discípulos que, al parecer, aún no acaban de entender al Maestro, pues contrario a las actitudes del Señor, al inicio del texto, parece ser que ellos pretenden deshacerse de la situación que han percibido. Razón por la cual le dicen al Señór “despide a la gente… y se compren comida”; parece que es más fácil seguir la lógica humana que aprender las actitudes del Maestro, el problema es de la gente, que lo resuelva la gente y todos en paz. Pero Jesús es un Dios que sabe introducir suavemente al discípulo en su Misterio: se mueve en dos tiempos v. 16 “denles ustedes de comer”; la invitación a preguntarnos ¿por qué y para qué me he enterado?. En el segundo momento v. 17 “solamente tenemos…” es la ocasión para ahora mirarnos a nosotros mismos y entendernos desde la luz divina, no estamos con las manos vacías, tenemos algo que ofrecer y sólamente tenemos que aprender a hacerlo; primero tenemos que desprendernos, ponerlo en las manos del Señor, recibirlo del Señor y, entonces, ya está listo para entregarlo al otro. *III.- QUE SE NOS HA MANIFESTADO (Rm 8,35.37-39).* Este capítulo 8 comienza afirmando que ninguna condenación pesa ya sobre los que están en Cristo Jesús y refuerza esta idea en el v. 9 afirmando que el Espíritu de Dios habita en nosotros y aquí podemos traer a colación la expresión de Rm 5,5 “el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado”. Razón por la cual cierra este capítulo con la gran pregunta del v. 15 “¿Quién podrá separarnos del amor de Cristo?” y la respuesta: Nada. *Pbro. Lic. Wílberth Enrique Aké Méndez.*