SENTIDO COMÚN
Gabriel García-Márquez
Mientras afuera de Palacio Nacional un nutrido grupo de mujeres protestaban por segundo día en contra de los feminicidios, con pintas en las puertas que decían “AMLO encubridor”, “Fuera AMLO”, “Nos están matando”, el presidente Andrés Manuel López Obrador era duramente cuestionado por los reporteros durante la conferencia mañanera.
Aun cuando no quiso pronunciarse claramente sobre este tipo de protestas en que participan mujeres encapuchadas con actitud violenta, incluso tratando de prenderle fuego a las puertas de palacio, el presidente quiso dar carpetazo al tema enunciando un decálogo improvisado sobre la violencia de género, específicamente contra las mujeres.
Como si lo trajera perfectamente memorizado el presidente López Obrador, sin ocultar su molestia dijo “a ver si así me entienden”:
1. Estoy en contra de la violencia en cualquiera de sus manifestaciones;
2. Se debe proteger la vida de hombres y mujeres;
3. Es una cobardía agredir a la mujer;
4. Es un anacronismo, un acto de brutalidad el machismo;
5. Se tiene que respetar a las mujeres;
6. No agresiones a mujeres;
7. No a crímenes de odio contra mujeres;
8. Castigo a los responsables de violencia contra mujeres;
9. El gobierno que represento se va a ocupar siempre a garantizar la seguridad de las mujeres; y
10. Vamos a garantizar la paz y tranquilidad en México.
Con este decálogo nos queda muy clara la postura del presidente de la república ante el grave problema de los feminicidios en México, sin embargo, hace falta que haya congruencia entre el decir y el hacer, para que las reformas al código penal vayan en este sentido, no nada más para tratar de evitar que sigan matando mujeres, sino también para que las penas sean tan severas que nadie se atreva más a agredir, lesionar o asesinar a una mujer.
Y aun cuando el presidente trató de evadir el tema de las protestas, finalmente tuvo que pronunciarse afirmando que celebra que las mujeres defiendan su derecho a la seguridad… se pronunció en favor de las mujeres, en contra del
feminicidio y finalmente dejó muy claro que no se modificarán las leyes para aminorar los castigos a los delincuentes.
Los crímenes más recientes cometidos en contra de mujeres, la forma tan violenta en que se cometieron, no deja lugar a dudas de que las autoridades deben actuar con mano dura y que estos feminicidios no deberán quedar impunes.
México no debe convertirse en un estado feminicida, las mujeres merecen justicia, ni una muerta más a manos de los machos sin corazón.