Estamos a casi un año del gran cambio de Mexico. Por primera vez un Presidente juega un doble papel haciendo creer a los Mexicanos que es gente del pueblo. Bajo esa premisa sigue en campaña adjudicándose los logros y evadiendo las culpas.
Sembrar el odio entre los mexicanos es de lo más ruin y despreciable. López les dijo a los pueblos indígenas que hay “fifis” que se sienten de sangre azul, que son racistas y que desprecian a las culturas indígenas y este desprecio lo han llevado a cabo desde hace mucho tiempo.
Ha dividido al país haciendo creer a la gente que solo se puede ser “fifi o chairo”, y que el chairo debe odiar al fifi. Le ha funcionado muy bien esta estrategia para dividir al país, cuando su labor principal debería ser la conciliación y la unión de los mismos para luchar por una misma causa: el desarrollo del país.