Descalificar, evadir, negar, rechazar, ofender y denostar son posturas asumidas por AMLO frente a quienes piensan distinto a él, ¿así sería capaz de acatar la revocación de mandato, si el pueblo se lo manda?
Por.-Sonia Domínguez Ramírez
El Senado inició el análisis en comisiones las iniciativas de revocación de mandato y consulta popular, que pasaron un primer filtro al ser aprobadas en el pasado periodo ordinario de sesiones en la Cámara de Diputados, en lo general y lo particular, con 326 votos a favor, 127 en contra y 0 abstenciones, y en la que según Andrés Manuel López Obrador, artífice de la propuesta, tiene la intención de que “el pueblo ponga y el pueblo quite a sus gobernantes”.
Para los legisladores de Morena y sus aliados se trata de fortalecer la democracia y reconocer bajo un ejercicio consultivo, la opinión favorable o desfavorable de la ciudadanía hacia la conducción del país del cual lleva las riendas el presidente de la República, y de estar inconformes tener la opción de que sea removido de su cargo.
La oposición integrada por el PRI, PAN, PRD, MC, así como organizaciones de la sociedad civil, si bien no satanizan esta herramienta, sí han manifestado su desconfianza y rechazo a la propuesta hecha por AMLO, la cual perciben como una maniobra de su parte para perpetuarse en el gobierno.
Además, consideran que este ejercicio se empalmaría con los comicios de 2021, por lo que estaría encaminado a favorecer inapropiadamente a los candidatos que competirán por una curul en la Cámara de Diputados federal, 13 gubernaturas, entre otros puestos que se renovarán en las elecciones intermedias con lo que se eliminaría la posibilidad de que los votantes decidan apoyar una opción diferente a la de Morena.
Pasos del proceso
El proceso para realizar la consulta de revocación de mandato, de acuerdo con la minuta enviada por los diputados al Senado, ésta puede ser convocada por cualquiera de las siguientes tres vías: que lo pida el presidente de la República; que el 33 por ciento de los integrantes de cualquier cámara lo requiriera, o bien que al menos 3 por ciento de los inscritos en la lista nominal, lo que actualmente serían 875 mil personas, lo gestionara.
Asimismo, se señala que los resultados serían vinculatorios si al menos participa el 45 por ciento de los ciudadanos inscritos en la lista nominal de electores, y de éstos el 65 por ciento se expresen a favor de la revocación.
La validez del proceso y el resultado del mismo serán declarados por la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
En caso de que en la consulta la ciudadanía exprese su decisión de que el presidente sea revocado de su cargo, sus funciones cesarán al día siguiente de darse a conocer el resultado, y será temporalmente sustituido por quien ocupe la titularidad de la Secretaría de Gobernación, en tanto el Congreso nombra a un presidente interino.
Papa caliente
Esta semana la comisión de Puntos Constitucionales de la Cámara Alta, se encuentra analizando la iniciativa que el Senado recibió de la Cámara de Diputados, y posteriormente, lo hará también la comisión de Estudios Legislativos Segunda, para después pasar al Pleno.
Desde el momento en que esta iniciativa fue enviada por el Ejecutivo las reacciones no se hicieron esperar. Uno de los sectores más críticos fue la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) la cual calificó como “una jugada tramposa. En términos prácticos, la aparición del presidente en funciones, que ya fue electo, en una elección nacional para el cargo de presidente; ¡es una reelección!”.
La diputada federal de Movimiento Ciudadano, Martha Table, expresó lo que en su consideración está mal planteado en la iniciativa del Ejecutivo. Señaló que el presidente no puede autorevocarse, por eso no debe tener la facultad de activar el mecanismo. Consideró que no es un mecanismo de participación ciudadana, pues se pide 3 por ciento de firmas de la lista nominal, avaladas por el Instituto Nacional Electoral (INE) y en cambio el presidente es el único que puede activar la solicitud de revocación sin trabas.
Alejandro Moreno Cárdenas desde que asumió la dirigencia nacional del PRI, aseguró que su partido no respaldará la revocación de mandato, reforzando lo que su antecesora, la senadora Claudia Ruiz Massieu ya había sostenido al considerar que “no es una revocación de mandato, sino es una ratificación de gobierno”.
Por su parte, el senador panista Damián Zepeda recientemente declaró que su partido no está a favor de la revocación, sin embargo aseguró que la minuta que recibió la Cámara Alta debe contener cambios, como que la consulta ciudadana se realice después de la mitad del gobierno; que sólo la puedan pedir ciudadanos; que organice y regule publicidad el INE, y se regule bien lo que sucederá en el caso de que se decidiera por la revocación del mandato.
El Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) asegura que los senadores “tienen en sus manos la manera en la que los presidentes diseñarán sus planes de gobierno y proyectos, lo cual repercute en el desempeño y eficiencia de sus administraciones. Es por ello que los senadores, antes de votar el proyecto de los diputados, deben pensar en las implicaciones futuras que esta decisión puede tener y modificar las bases del proyecto”.
AMLO responde a desconfianza
Ante la lluvia de críticas y la desconfianza que causó la iniciativa que envió al Congreso de la Unión sobre la revocación de mandato, López Obrador negó que pretendiese perpetrarse de manera indefinida en el poder, y para dar más credibilidad a su dicho firmó el 19 de marzo un documento en la que se comprometió a no reelegirse.
El Instituto Nacional de Transparencia (INAI) solicitó a la Oficina de la Presidencia entregar una copia certificada de dicho documento, lo que se incumplió debido a que a pesar de haber realizado una “búsqueda exhaustiva”, no lo había encontrado.
Frente a este hecho AMLO firmó, otra vez, en julio ante notario público dicho documento, en el cual afirma la promesa de someterse a escrutinio público, con lo que justifica la consulta pública que está impulsando.
En el texto reafirma que no está de acuerdo con la reelección y dirige un mensaje a quienes considera sus adversarios al señalar: “sepan pues, señores conservadores, que abandonaré la Presidencia en el día preciso que marca la máxima ley y que en 2024 me iré allá por Palenque”.
Los senadores tienen en sus manos el definir cuál será la función y aplicación del mecanismo de la consulta pública para la revocación de mandato.
No sólo eso, habrá que ver qué rumbo toma llevar a cabo una consulta de este tipo, el impacto en el ambiente político y las repercusiones en la vida democrática del país, además de los gastos que implica un proceso de esta naturaleza, y más allá de eso, ¿cuál será la reacción de AMLO y sus seguidores de no resultar favorecido? Y si el pueblo decide que se quede, ¿seguro sólo gobernará el sexenio que acaba en 2024?