Alejandro Moreno Cárdenas, mejor conocido como Alito, arrasó el pasado domingo en la contienda interna para convertirse en presidente del Comité Ejecutivo Nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Aun cuando el resultado ya se veía venir, hubo descontento de parte de la candidata Ivone Ortega Pacheco, quien ha declarado que hubo urnas embarazadas, falta de equidad y que hubo muchas trampas en el proceso.
Ivone Ortega esperará el resultado oficial que se dará a conocer el próximo miércoles, sin embargo, los votos conseguidos por Alejandro Moreno suman más del 80 por ciento, Ortega Pacheco solamente alcanzó un 9% y Lorena Piñón Rivera el 3%
Ivone Ortega está lista para impugnar la elección, asegurando que cuenta con los elementos suficientes para conseguir la anulación, afirmando que el resultado carece de toda legitimidad y que es tiempo de que se erradique la corrupción del PRI.
Con todo y lo molesta que se muestra Ivone Ortega con su derrota, ha declarado que no se irá del PRI y que seguirá luchando por la democracia y con los miles de pruebas que dice tener echará abajo el amañado triunfo de Alejandro Moreno.
Lo cierto es que el PRI hizo lo que siempre ha hecho durante los procesos electorales cuando era el partido hegemónico: tuvo fallas en el sistema de cómputo, obstaculizó a los representantes de los candidatos contrarios al favorito, impidieron la intervención de los representantes, se permitió el voto a quienes no estaban en el padrón electoral y hubo compra de votos. Nada novedoso, esto es lo que siempre han hecho.
Llama la atención que Ivone Ortega se sorprenda con algo que ella misma hizo cuando era gobernadora de Yucatán, donde por cierto hubo corrupción, que es de lo que ahora se queja la yucateca.
Era un buen momento para que el PRI demostrara que ha cambiado, que es un partido distinto que merece un voto de confianza, pero todo indica que no fue así y que sigue siendo el mismo con sus defectos y virtudes, con la diferencia que ahora están totalmente desunidos y que no saben ser oposición, por lo que seguirán perdiendo terreno si no aplican la fórmula infalible de “renovarse o morir”.
Solamente resta esperar los resultados oficiales que se darán a conocer el próximo miércoles, pero todo indica que nada cambiará y que el PRI ya tiene nuevo presidente, con todo lo que se pueda decir de que Alito es muy cercano al presidente López Obrador y que será su aliado.
Ya veremos si hay madurez y modernidad en el PRI, dando oportunidad a Lorena Piñón y a Ivone Ortega de que ocupen una cartera importante en el CEN con el ánimo de sumar no de restar.