Una vez que los hijos crecen y abandonan el hogar para emprender proyectos propios, la familia nuclear cumple su ciclo. La pareja queda sola y el nido queda vacío.
Por.- Jessica Jazmín Martínez
Se le llama síndrome del nido vacío a la etapa en la que los hijos dejan el hogar para independizarse o iniciar otra etapa en su vida. En esta fase, los dos integrantes del matrimonio, esposo y esposa, se quedan solos como pareja otra vez, por lo que pueden atravesar diversos sentimientos por la ausencia de sus vástagos.
También se puede considerar una etapa de duelo para los padres de familia, ya que experimentan tristeza y nostalgia por la ausencia de sus hijos, que en el mejor de los casos, cuidaron aproximadamente 18 años, señaló César Hugo Chaires López, psicólogo por la Universidad Salesiana.
Y si bien todas las familias pasan por esta etapa, en algunas la ausencia se hace más notoria en los casos en que padres e hijos mantuvieron una relación dependiente, o cuando se da la situación de que tuvieron sólo un hijo.
Una vez que todos los hijos han abandonado el hogar, el nido queda vacío, lo que da lugar a la llamada muerte de la familia nuclear, ya que sólo queda la pareja.
El síndrome del nido vacío no es resultado de un diagnóstico médico ni psicológico, es parte del ciclo de la vida familiar,es un proceso normal al que están destinadas todas las familias nucleares, pero sí es necesario que los padres estén preparados para cuando llegue el momento.
Para el psicólogo Chaires López, desde el momento en que los hijos empiezan tener actividades externas al hogar, como salir con sus amigos, es ahí donde los padres se tienen que dar cuenta que los niños van creciendo y llegando a cierta edad emprenderán proyectos independientes lo que a veces significará una separación de ellos.
Por el bien de los niños, recomienda a los padres dar la libertad para que logren la autonomía que necesitarán de adultos, así como evitar la sobreprotección pues no es buena ya que genera codependencia.
Prevenidos para el adiós
Antes de llegar al momento en que los hijos tengan que salir del hogar para emprender proyectos personales, lo ideal es que los padres estén prevenidos, aconsejó el psicólogo por la Universidad Salesiana.
“Si estuvieran preparados sería más fácil que ellos pudieran continuar con sus vidas”, sostuvo Chaires López.
En ese sentido, indicó que el nido vacío es una etapa en la que la pareja concluye con sus responsabilidades con los hijos, por lo que puede ser el momento ideal para también ellos (como matrimonio o de manera independiente) puedan emprender proyectos que siempre quisieron llevar a cabo o que dejaron inconclusos por dar todos sus esfuerzos, tiempo y dinero para sus hijos.
Trazar nuevas metas, emprender proyectos, concluir la carrera o iniciar otra, planear vacaciones con la pareja, son sólo algunos ejemplos.
Porque “mente ocupada no se acuerda de nada”, agregó el psicólogo.
Por su parte, los hijos pueden contribuir a que esta etapa no sea motivo de sufrimiento, al mantener constante contacto con sus padres y no romper el vínculo que los une.
En ambos casos, tanto padres como hijos, es importante mantener la comunicación.
Asimismo, subrayó la importancia de prevenir y sabe cómo afrontar la situación, a lo cual requiere terapia porque le da una estabilidad mental y por consiguiente tiene las bases para salir adelante.
De no tratar adecuadamente la etapa del nido vacío, puede llevar a la depresión o a trastornos de ansiedad, y en casos de padecer alguna enfermedad de diagnóstico clínico puede agravarse por el estado de ánimo de la persona.
El síndrome del nido vacío “es un proceso normal, la pareja, se enamora, se casa, viven juntos, tienen hijos, los niños crecen y luego se van, y es un ciclo todos debemos cumplir”, concluyó.