Por Eduardo España.
Yo voté por AMLO esperando ingenuamente un cambio, arropado por honestidad, atención a los problemas de inseguridad, inclusión, respeto, apertura, apoyo a la educación y la cultura y muchos “etcéteras”. Hoy en día nos hemos enfrentado a reacciones y actitudes que dan mucho de qué hablar, que incluso muestran un dejo de intolerancia, prepotencia y hasta amenaza a quien se salga del huacal, llamémosle: “presidencialismo”; conductas que dejan todo por desear. ¿Apoyo a la cultura? En este momento me pregunto si alguna vez AMLO ha asistido a una obra de teatro, si se ha tomado la molestia de entrar a un museo, a una exposición de pintura, si conoce las obras de nuestros principales escultores, cineastas, escritores. En este momento aberrante en que no podemos perder la capacidad de asombro ante tantos asesinatos, en un entorno donde ya no hay distinción entre bebés, adolescentes,adultos, gente honrada, narcos o políticos incómodos.Yo me pregunto: ¿De verdad merece borrón y cuenta nueva, por ejemplo, un Peña Nieto? ¿De verdad es así de fácil? ¿Borrón y cuenta nueva para la peor escoria que ha dañado indescriptiblemente a nuestro país? ¿De verdad los problemas migratorios ante monstruos como Trump, tan serios y preocupantes, merecen ser tratados populacheramente como payaso de feria preguntándole a la gente: “¿Le contejjjto o no le contejjjto?” Frase equivalente a: “¿Quién echa más desmadre, los hombres o las mujeres?” ¿Es en serio que las mujeres trabajadoras y honradas deban pagar los platos rotos por las cabezas de la corrupción? ¿Son merecedoras de ser desempleadas mientras los multimillonarios corruptos viven como magnates, príncipes y padrotes gozando de lujos magistrales bajo la bendición y el “perdón” de un presidente al que los fanáticos han llegado a ver como el mesías que Tabasco nos mandó? ¿De verdad la solidaridad del pueblo mexicano debe verse “neutral” ante lo que ha hecho un Nicolás Maduro con Venezuela? Hoy estoy muy triste y preocupado anhelando de lejos un México donde siendo niños andábamos en bicicletas sin temores, donde no abrían intermitentemente los oxxos de ciertas comunidades por pavor ante los numerosos asaltos, donde no predominaban los nuevos.mecanismos para anestesiar, asaltar, golpear, traficar con bebés, vender órganos, cobrar plazas, chingar al que se deje. Cuantificar los asesinatos no es un concurso irónico para sembrarnos la duda acerca del sexenio en que hemos estado peor. Hoy estoy muy triste y desilusionado por las cosas terribles y aberrantes que
pasan en nuestro país, por este concurso de ambiciones y ego político que sabrá Dios o el diablo en qué va a parar y hacia dónde llevará a las nuevas generaciones. Seguramente mi carta será contestada con insultos espeluznantes de Amlovers fanáticos, ciegos, pseudo politólogos con una ortografía severamente vergonzosa, pero con la firme idea de que si AMLO mañana dice: “Matemos a los perros” con certeza apoyarán incuestionablemente diciendo: “A huevo, hay demasiados perros en el mundo, tiene razón”. Yo voté por AMLO y hoy siento mucha tristeza e incertidumbre, sobre todo por ese
terrible olor a pacto que deja la frase: “Borrón y cuenta nueva”. Mi solidaridad con la gente de Minatitlán y de tantos y tantos lugares golpeados injustamente en nuestro México.
#Minatitlán, #Coatzacoalcos, exigen que los políticos de 4a. se pongan a trabajar, que dejen de quejarse y echarla culpa a las administraciones pasadas. Para quejarnos nosotros, el pueblo, que ya estamos hasta la madre de los mismos políticos de mierda.