DIARIO LIBERAL DEL SUR.
En la Abadía San Giovanni in Venere, complejo monástico en la comuna de Fossacesia, en Abruzzo, Italia.
En la Gruta de la Anunciación en Nazaret, a donde acudió en 1994.
Wilberth Enrique junto a sus padres.
Una prueba de que el sacerdocio es sin duda una de las profesiones más complejas que requiere de una verdadera vocación, preparación y entrega.
SUS PADRES
Martín Aké Huchim
Petrona Méndez
SUS HERMANOS
Betty del Rosario
Freddy Raúl
Rita Marlene
7 JULIO
De 1962 nació Wilberth Enrique Aké Méndez en Tizimín, Yucatán.
1983-86
Ingresó al Seminario Diocesano San José de Campeche, donde estudió bachillerato filosófico.
1986-90
Ingresó a la Universidad Pontificia de México a cursar el bachillerato teológico y finalmente en el Instituto Científico Técnico y Educativo de la Ciudad de México obtuvo la licenciatura en Filosofía el 23 de mayo de 2010.
3 NOVIEMBRE
De 1991 se ordenó como diácono en la parroquia de San Felipe de Jesús.
7 JUNIO
De 1992 recibió la Orden Sacerdotal en San José, sede de la Catedral, por imposición de manos de Monseñor Carlos Talavera Ramírez, primer obispo de Coatzacoalcos
“La misión que Cristo confió a su Iglesia, no es de orden político, económico o social. El fin que le asignó es de orden religioso. Pero precisamente de esta misma misión religiosa derivan funciones, luces y energías que pueden servir para establecer y consolidar la comunidad humana según la ley divina”
“Es obligación de todo ciudadano participar en política, entendida ésta como la gestión de los asuntos de la polis, de la ciudad, de buscar el bien común; este principio brota de la dignidad, unidad e igualdad de todas las personas y a él debe referirse todo aspecto de la vida social para encontrar su pleno sentido”
Wilberth Enrique Aké Méndez
SECTAS Y SANTA MUERTE
GGM.- ¿Qué opinión le merece el avance de las sectas satánicas y de los creyentes de la santa muerte?
WILBERTH AKÉ.- Ambas están relacionadas y reflejan básicamente, dos cosas, por una parte, el deseo -a final de cuentas- de lo infinito, la sed de eternidad que hay en toda persona humana y que no ha encontrado en este mundo nada que le satisfaga dicho deseo y está en esa continua búsqueda, pero buscando del lado equivocado. Por otra parte, esto refleja la ignorancia religiosa de las personas, la falta de formación y deseo de conversión, que busca un dios a su medida y que le conceda lo que le pide sin que, en apariencia, éste pida algo a cambio. Representa también la búsqueda de lo fácil, la manera de obtener lo que se desea con el menor esfuerzo posible, es el hedonismo que cabalga a sus anchas en la sociedad de nuestros días destruyendo a la persona y a la comunidad. En Ap 12,17, leemos que el diablo, después de haber sido arrojado del cielo y al no poder hacer daño a la mujer y a su hijo, ahora le hace la guerra a los que permanecen fieles a la doctrina cumpliendo los mandamientos y siendo testigo del Señor Jesucristo, muerto y resucitado.
GGM.- ¿Por qué se le tiene tanto miedo al diablo si también es una criatura de Dios?
WILBERTH AKÉ.- Cierto que es una criatura, pero también hay que decirlo completo, criatura que se rebeló contra Dios (cfr. 1Jn 3,8) y por esta razón fue expulsado de una vez y para siempre, jamás volverá al cielo. Pero ahora su objetivo es impedir que nosotros entremos al Reino de Dios y busca por todos los medios alejarnos del camino de la gracia y llevarnos a la desobediencia a nuestro Padre y Creador y podemos verlo en Ap 12,1-17, cuando san Juan narra el ataque del enemigo al pueblo de Dios y la batalla que se entabla entre san Miguel Arcángel y sus huestes celestiales contra el Dragón, la Serpiente antigua y cómo éste fue arrojado del cielo y cómo va a hacerle la guerra a los que guardan los mandamientos de Dios y mantienen el testimonio de Jesucristo. Se puede completar también con el c. 13 que muestra su influjo en el mundo.
En Ef 6,10-20, San Pablo exhorta a los bautizados a revestirnos de las armas de Dios para resistir las acechanzas del diablo, porque nuestra lucha es contra los espíritus del mal. Por su parte, San Pedro en 1Pe 5,8-9, advierte sobre la necesidad de estar siempre en vela, porque nuestro enemigo, el diablo, ronda como león rugiente buscando a quién devorar y a resistir firmes en la fe. Jesús enseña esta actitud insidiosa del diablo en la parábola de la cizaña, particularmente en la explicación de esta que hace a sus discípulos en privado (Mt 13,24- 30.3643).
Recordemos también que Jesús nos exhorta -al hablar de las persecuciones que sufrirán los discípulos- a tenerle miedo al que puede enviar cuerpo y alma al infierno, es decir, temerle al pecado y éste, es obra del diablo (cfr. Mt 10,28) y como ha dicho el Santo Papa “con el diablo no se dialoga con él se combate”, porque su intención siempre es perversa. Hay un pequeño, pero muy interesante, libro del autor británico C. S. Lewis, llamado “The Screwtape Letters”, en español llamado “Cartas del diablo a su sobrino”, publicado el 1 de febrero de 1942 y en él encontramos 31 cartas por las que el diablo jubilado (Escrutopo) va orientado a su sobrino (Orugario), un diablo novato, sobre cómo sustituir la fe por alguna moda de tonalidad cristiana.
Se puede descargar de internet y ojalá pudieran leerlo. Hoy nos ataca con la ideología de género y el nuevo Orden Mundial.
LOS SACRAMENTOS
GGM.- ¿Por qué se ha vuelto tan burocrático cumplir con los sacramentos?
WILBERTH AKÉ.- Primero que nada, recordemos que la burocracia, es el conjunto de actividades y trámites que hay que seguir para resolver un asunto y la palabra burocrático significa, de la burocracia o relacionado con ella. Luego entonces, queda claro que hemos de seguir un orden para toda actividad como, por ejemplo, para elaborar la comida del día, la señora de la casa ha de seguir unas reglas, un orden -aunque implícitos- para que todo marche bien. También tengamos en cuenta que, para algunos asuntos, se han de seguir ciertas normas y orden, no solamente para resolverlos, sino también para que éstos sean válidos; esto es muy importante y que, lamentablemente, escasamente es tomado en consideración.
Tal vez, en este caso, más bien tendríamos que hablar de la cortesía que, con tristeza lo decimos, no siempre se encuentra en las notarías parroquiales y, por supuesto, esto no es nada agradable ni deja una buena imagen a nadie. Ciertamente que no es esto lo que queremos y que aún hay mucho por hacer y esto es responsabilidad de todos, porque la cortesía debe venir de ambas partes, tanto de los que atienden como de los que solicitan alguna información o servicio, puesto que de ambos lados de la ventanilla encontramos no solamente seres humanos, sino también hijos de Dios y hemos de entender que todos debemos ejercitar nuestra fe en todos los ámbitos de la vida eclesial y social.
REQUISITOS EN LA IGLESIA
GGM.- ¿Por qué exigen tantos requisitos para casarse, bautizar a un niño o confirmarlo?
WILBERTH AKÉ .- Toda la actividad pastoral de la Iglesia está ordenada al anuncio del Evangelio y este es el primer requisito a tomar en cuenta, la Iglesia es evangelizadora, pero también tiene que evangelizarse (Iglesia evangelizada y evangelizadora), los fieles laicos han de conocer la sana doctrina, conocer su fe y no solamente mirar la vida de la gracia como algo externo y ajeno a la vida del cristiano, tenemos el deber de conocer y profundizar las verdades de nuestra fe que profesamos en el Credo, uno de estos modos son las catequesis presacramentales, que nos ayudan a conocer la naturaleza de la fe y su incidencia en la vida cotidiana y nuestra responsabilidad en la misión, en ayudar a los demás a encontrarse con Cristo muerto y Resucitado.
Hablábamos hace un momento de la validez de algunos asuntos, ahora tenemos que retomar este tema con relación a los sacramentos, ya que como sabemos, cada uno de ellos es la acción de Cristo Resucitado, para darnos la gracia por mediación de la Iglesia; pero no solamente se trata de que me los administren y de que yo los reciba, sino también de que la Iglesia ha de velar por la validez de cada uno de ellos, a fin de evitar que la persona viva en situación de pecado o, peor aún, de sacrilegio y para esto hay una serie de condiciones que deben cumplir, tanto el ministro como el fiel que los recibe, porque de lo contrario, esta persona no recibiría el fruto propio del sacramento, aunque se haya realizado todo el rito litúrgico. También hay que tener en consideración los impedimentos para recibir los sacramentos toda vez que éstos hacen nulo o inválido el sacramento; otro aspecto que no hemos de olvidar es el tema de la prueba y anotación del sacramento y esto se hace a través de documentos que prueben la identidad de la persona y den fe de la recepción del sacramento. Por esas tres razones, son necesarios los requisitos.
EL BAUTISMO
GGM.- ¿Por qué es tan importante el bautismo?
WILBERTH AKÉ .- El Bautismo es el primer sacramento, es la puerta de entrada a la vida de la gracia, por medio de él nos hacemos hijos de Dios y miembros de la Iglesia, la “fe de bautismo” -como se le conoce comúnmente- es el documento eje del bautizado ya que en él se anotan los datos de la confirmación, del matrimonio, la profesión de los votos en un Instituto de Vida Consagrada y la Ordenación diaconal y sacerdotal. Después de que el fiel ha recibido uno de estos sacramentos, ha de anotarse su celebración al margen del Acta de Bautismo y si la recepción fue en una parroquia distinta a la de su bautismo, el párroco del lugar de la celebración debe notificar a la parroquia de bautismo para que se realice dicha anotación. Por estas razones se solicita el Acta de Bautismo actualizada, aunque presenten el Acta original y, en algunos casos, esto representa una “molestia” para el fiel especialmente cuando está tramitando un sacramento en una parroquia distinta a la de su bautizo y ésta es lejana o muy difícil de llegar a ella.
Otro caso que podríamos citar es cuando el Acta de bautizo no concuerda con el Acta de nacimiento, que puede ser por error o por cambio voluntario y lo que ocurre en estos casos, es que la persona que está registrada civilmente, no está -documentalmente- bautizada y la que está bautizada, no está registrada civilmente; en este caso tenemos a dos personas distintas, según los documentos que presentan y hay que probar que se trata de la misma persona. Esto requiere de una serie de trámites para ayudar a la persona para poder acceder al sacramento en trámite.
Pero, también ocurre que hace algunos años, las comunidades eran más pequeñas y todo mundo se conocía, ahora los grandes centros urbanos han hecho a la persona caer en el anonimato, ya nadie o muy pocos te conocen; por esto ahora necesitamos el documento de identidad para verificar los datos que aportan, como también los domicilios, por ejemplo, de los pretendientes. Otro fenómeno muy arraigado en la actualidad es la facilidad con la que se miente, ya sea aportando datos falsos, aunque hayan jurado decir la verdad, o haciéndose pasar por otra persona, por lo que concluimos que muchas de las exigencias actuales las ha propiciado la misma gente.
GGM.- ¿No piensa usted que los sacerdotes tan exigentes hacen que los fieles se alejen de la iglesia?
WILBERTH AKÉ .- Si alguien se aleja de la Iglesia, debe hacerlo con convicción, no por berrinche ni por enojo, no por la falta de voluntad para hacer bien las cosas, sino como fruto de una seria y profunda reflexión y con coherencia. Pero si exijo a otro lo que ni yo mismo estoy dispuesto a hacer (actuar correctamente), eso es una actitud visceral que es fruto de la inmadurez. El que educa tiene el deber de exigir y el que exige no nos hace un mal, sino por el contrario, nos ayuda a crecer, a ser mejores personas y cristianos, a enfrentarnos a la vida mejor preparados. Por un lado, distinguimos entre lo que tengo que hacer y el modo como debo hacerlo, y, por el otro, la voluntad para cumplir con lo establecido por la ley y la naturaleza del asunto; de ambos lados hemos de hacer observaciones, pues los que tienen la responsabilidad de hacer que las cosas se realicen correcta y válidamente, no deben olvidar que son pastores y -por ende- responsables del rebaño que Dios les ha confiado, lo cual conlleva una seria responsabilidad que no está peleada con la amabilidad, la educación, la paciencia, los buenos modales, etc. y, los que solicitan, deben ser conscientes de la obligación que todos tenemos -mínimo desde la ética- de hacer las cosas correctamente aunque representen cierta dificultad.
SACERDOTES Y POLÍTICA
GGM.- ¿Qué piensa usted acerca de que los sacerdotes se metan a la política?
WILBERTH AKÉ.- La misión que Cristo confió a su Iglesia, no es de orden político, económico o social. El fin que le asignó es de orden religioso. Pero precisamente de esta misma misión religiosa derivan funciones, luces y energías que pueden servir para establecer y consolidar la comunidad humana según la ley divina. Más aún, donde sea necesario, según las circunstancias de tiempo y de lugar, la misión de la Iglesia debe crear obras al servicio de todos, particularmente de las necesidades, como son, las obras de misericordia. (cfr. Gaudium et Spes 42; Mt 25,35-36).
Es obligación de todo ciudadano participar en política, entendida ésta como la gestión de los asuntos de la polis, de la ciudad, de buscar el bien común; este principio brota de la dignidad, unidad e igualdad de todas las personas y a él debe referirse todo aspecto de la vida social para encontrar su pleno sentido. Por bien común se entiende “el conjunto de condiciones de
la vida social que hacen posible a las asociaciones y a cada uno de sus miembros el logro más pleno y fácil de la propia perfección” (cfr. GS 26).
Las exigencias del bien común derivan de las condiciones sociales de cada época y están estrechamente vinculadas al respeto y a la promoción integral de la persona y de sus derechos fundamentales. Dichas exigencias atañen al compromiso por la paz, a la correcta organización de los poderes del Estado, a un sólido ordenamiento jurídico, a la salvaguarda del ambiente, a la prestación de los servicios esenciales para las personas, algunos de los cuales son, al mismo tiempo, derechos del hombre: alimentación, habitación, trabajo, educación y acceso a la cultura, transporte, salud, libre circulación de las informaciones y tutela de la libertad religiosa (ibid.). El bien común es un deber de todos los miembros de la sociedad, según las propias capacidades, exige ser servido plenamente en base a una lógica que asume en toda su amplitud la correlativa responsabilidad (cfr. Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, 167). En este sentido todos, por ser bautizados y ciudadanos de la polis, por tener derechos y obligaciones universales, estamos comprometidos con la política y la búsqueda del bien común y con actitudes totalmente ajenas a intereses personales o particulares.
Ahora bien, si miramos el Código de Derecho Canónico en el c. 287 § 1, dice textualmente:
“Fomenten los clérigos, siempre lo más posible, que se conserve entre los hombres la paz y la concordia fundada en la justicia”, lo cual va de acuerdo con lo dicho en el párrafo anterior, lo mismo que con la tarea de educar y formar a los fieles para que actúen siempre conforme a su propia conciencia. Y en consonancia con lo establecido en el parágrafo 1, en el § 2 expresa la siguiente prohibición: “No han de participar activamente en los partidos políticos ni en la dirección de asociaciones sindicales, a no ser que, según el juicio de la autoridad eclesiástica competente, lo exijan la defensa de los derechos de la Iglesia o la promoción del bien común”.
Todos estamos llamados a construir la comunidad humana, basados en la justicia y la paz, somos promotores de unidad y para esto, es necesario formar a la persona humana para la vida social conforme al proyecto divino y esto se hace mediante la función de enseñar desde la Doctrina Social de la Iglesia. La política partidista, en cambio, divide a la sociedad y – lamentablemente- en ocasiones la lleva a confrontaciones que atentan contra la fraternidad,
porque lleva a asumir posturas que no son comunes a todos los ciudadanos y, con frecuencia, a buscar intereses particulares. Es en esta política, en la que no deben estar los sacerdotes.
CAMBIOS EN LA IGLESIA
GGM.- ¿Piensa usted que ya es momento de que se hagan cambios radicales en la iglesia católica o que se modernice? ¿Cómo hacer para que la gente regrese a los templos?
WILBERTH AKÉ.- Lo que se quiere decir es qué y cómo hacer para que la Iglesia se “modernice”, se adapte a los tiempos actuales y, por ende, resulte más atractiva, tendríamos que irnos con cautela, pues el planteamiento resulta engañoso. El dogma, la doctrina revelada, no cambia ni se puede cambiar, lo que cambia es la comprensión de esta, la profundizamos cada vez más, mediante la ayuda de las ciencias auxiliares; en otras palabras, lo que ha ido cambiando a lo largo de los siglos son las cosas secundarias, la parte disciplinar.
Y por disciplina entendemos la capacidad de las personas, para poner en práctica una serie de principios relativos al orden y la constancia, tanto para la ejecución de tareas y actividades cotidianas, como en sus vidas en general. Como tal, la palabra proviene del latín disciplīna.
Somos conscientes de que vivimos tiempos muy difíciles, pero no olvidemos que la Iglesia nació y ha vivido siempre en medio de persecuciones, desde el Israel del Nuevo Testamento hasta el Imperio romano. Tan sólo aquí en México, el Estado ha perseguido a la Iglesia, particularmente en los años de 1926 a 1929 con la llamada “Ley Calles” que llevó a las protestas del pueblo mexicano por la aplicación de dicha ley, al conflicto armado (cristiada) que esto implicó y la matanza de miles de mexicanos que murieron tan sólo por ser católicos y cuyos cadáveres eran colgados a las entradas de los pueblos, en los árboles e, incluso, en los
postes de la red de telégrafos. La sociedad internacional fue testigo de la quema y profanación de templos a lo largo y ancho del territorio nacional por parte del gobierno; el mismo Estado se ha encargado del intento de que este episodio de nuestra historia nacional se borrara de la memoria de México, al omitirla intencionadamente de los libros de texto de la historia nacional, pero gracias a Dios, de estos acontecimientos, nacieron muchos mártires que hoy por hoy interceden por nuestra patria y nos siguen animando a ser fieles a Dios y no a las corrientes de pensamiento que imperan, que tienen como objetivo perder a la humanidad
quitándole toda referencia e intentando acostumbrarla al mal desde muy temprana edad (lo vemos, por ejemplo, en Walt Disney, Televisa, etc., en sus actuales caricaturas, series y películas; lo mismo en la hoy llamada “Escuela Mexicana” que busca frenéticamente implantar la ideología de género en las escuelas), mediante leyes injustas que atentan contra la dignidad de la persona humana imponiendo un estilo de vida de una minoría y quitando todo derecho a los padres para educar a sus hijos; trabajan denodadamente por desaparecer la centralidad de la persona humana y enaltecer, en cambio, el mal en sus diversas manifestaciones. Ahora, por ejemplo, es un delito muy grave el maltrato a un animal y, en cambio, la ley permite que una mamá asesine a su hijo indefenso en su vientre y ante ese asesinato, nadie se escandaliza, ni los medios de comunicación levantan la voz, sino que, en complicidad, callan ante un Estado que mata a sus ciudadanos desde el vientre materno. San Pío X afirma “El que conociendo el mal no lo combate, es cómplice”.
NADIE ES SACERDOTE POR QUERER, EL SEÑOR LLAMA
GGM.- ¿Cuál es su mayor sueño en el ejercicio del sacerdocio?
WILBERTH AKÉ.- Nadie es sacerdote porque quiere, sino porque el Señor le llama y en el proceso del ejercicio del ministerio, lo que más deseo es permanecer fiel a ese llamado, encarnando al Buen Pastor, consciente de mis flaquezas, debilidades y carencias, pero con la certeza de que Él me asiste y asistirá con la luz de Santo Espíritu. En ocasiones hay que estar en medio del rebaño, en otros momentos delante o detrás del mismo, el detalle está en saber discernir cuál es el lugar que te corresponde vivir en los momentos actuales y ocuparlo como lo que eres, el pastor del rebaño. Al final poder decir juntamente con san Pablo que he llegado al final de la carrera, que he conservado y aguardo la corona de la justicia (cfr. 2Tm 4,7).
GGM.- ¿Realiza usted algún tipo de labor social en que se le pueda apoyar?
WILBERTH AKÉ.- Las Asociaciones Civiles, por orden y por leyes fiscales, deben llevar una contabilidad y la pastoral social que, como sacerdote realizo de modo personal, en la mayoría de los casos no entra en la esfera de las AC, justamente porque son gastos que no se pueden comprobar. Algunas personas de buen corazón me han apoyado en este servicio al prójimo sin pedir comprobante alguno. Se trata de acompañamiento y apoyo a familias o personas que por una u otra razón han vivido o viven en situaciones difíciles y de necesidad, cuyo acompañamiento se hace, más que institucional, de manera personalizada y tratando de mantener por respeto y hasta donde es posible, el anonimato de estas personas. En su momento podría presentarles el o los casos y ustedes verían la viabilidad o no de brindar el apoyo.
GGM.- ¿Algo que desee agregar para concluir esta conversación?
WILBERTH AKÉ.- Muchas gracias y que el Señor le siga llenando de abundantes bendiciones.