En una columna de Mariana Calderón en el periódico Reforma del 11 de junio, nos enteramos del motivo real que llevó hoy a la senadora Xóchitl Gálvez al palacio virreynal en donde un presidente chiquito, chiquito, se escondió detrás del ejército que lo cuida, de sus vallas metálicas y de reporteros a modo para no dejarla entrar. Sí, no la dejó entrar.
Mariana nos explicó que en la conferencia mañanera del 5 de diciembre de 2022 el presidente difundió información falsa e inexacta sobre la actividad de la senadora Xóchitl Gálvez. Ese mismo día la afectada solicitó un espacio para aclarar lo difundido y su solicitud fue negada.
Las conferencias mañaneras llevadas a cabo por el presidente López fueron vendidas desde el inicio de este sexenio como un espacio de transparencia, de rendición de cuentas, de diálogo ciudadano, pero nunca lo fueron, en cambio son claramente hoy mecanismos de presión institucional y amedrentamiento político, en ellas se difunde información falsa e inexacta, mentiras y se presiona a todo aquel que piensa o actúa diferente a los intereses gubernamentales.
Las mañaneras han creado un imperio de comunicación que no democratiza la información, no son un espacio para debatir, son un espacio para difundir una sola idea de nación llena de mentiras probadas diariamente, que como en los viejos tiempos cierra las oportunidades para quienes se ven afectados por el ejercicio del poder.
Xóchitl Gálvez hizo valer su derecho y con el apoyo del Consejo Nacional de Litigio Estratégico presentó un amparo alegando la protección de su derecho de réplica.
La intención era aclarar las ideas falsas y equilibrar e igualar de condiciones impuestas desde la visión en la mañanera, nada más importante en una democracia que garantizar a la ciudadanía un adecuado acceso a la información con el respeto irrestricto a la libertad de expresión.
El juez de distrito que conoció el amparo estableció que las conferencias mañaneras trascienden a lo estrictamente informativo y se han convertido en un verdadero ejercicio de gobernabilidad desde donde se ejercen actos de Estado, se instruye a diversas dependencias a actuar en determinado sentido y se difunde información sobre personajes concretos, esto es crucial, el juez reconoció a la mañanera como un acto de autoridad del que podemos ampararnos quienes seamos afectados en nuestros derechos humanos por este ejercicio.
Por ello, resolvió el juez que el ejecutivo está obligado, sí obligado, por un mandato judicial conforme a la ley de réplica a permitir que Xóchitl Gálvez acuda al mismo espacio, en el mismo horario y en las mismas condiciones a aclarar la información falsa vertidas sobre su persona, negar ese derecho traería como consecuencia que se desinforme a la ciudadanía, contrario al deber de todo gobernante de permitir a la sociedad el acceso permanente a información completa, objetiva y veras.
Ya le negó la entrada, ya incumplió la orden del juez, otra vez, como lo ha hecho incontables veces desde que era jefe de Gobierno, no le importan las resoluciones del poder judicial.
Pero esto apenas empieza, váyase acostumbrando señor López porque el poder judicial se va a convertir en su gran pesadilla.