Por: Fernando Martínez Plascencia.Saúl Reyes Rodriguez/Ciro Gómez Leyva. Hace unos días, el gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García Jiménez fue al congreso a rendir un informe más de su “gestión”, donde habló de su lucha contra la delincuencia organizada y de que todo estaba en orden, que los índices delictivos van a la baja.Datos, números, bondades y aciertos que, con el asesinato del ex alcalde de texistepec, Saúl Reyes Rodríguez, se desmoronan.La ejecución demuestra que nada de eso es verdad. La muerte de este personaje como la de cualquier otro es lamentable.Anoche, Ciro Gómez Leyva, periodista ampliamente conocido en el país, también sufrió un atentado a balazos, su vehículo blindado le salvo la vida.Así, el país se sigue sumergiendo en esa espiral de violencia sin fin, alentada por su omisión y complacencia desde Palacio Nacional por un personaje que nunca tuvo la visión ni la estrategia para devolverle al pueblo, como prometió, la paz y la tranquilidad.La polarización del país, a falta de una visión de Estado para gobernar, tiene consecuencias graves. El cinismo de López Obrador fue tanto que llegó a decir que a su llegada los narcotraficantes agarrarían el tractor para arar el campo. De ese tamaño.