Excelente inicio de semana.
A propósito de extorsiones y moches que piden los funcionarios a los ayuntamiento y a los gobiernos estatales.
¡Al piso! ¡Tirense todos al piso! Ordenó uno de los agresores tan pronto accedieron a la casa.
Con los rostros ocultos tras unos cubrebocas, los cuatro hombres llegaron al fraccionamiento a plena luz del día.
No forzaron cerraduras ni amenazaron a nadie.
Solo entraron. Sacaron las pistolas. Y empezaron a matar.
El primero en caer fue Isacc Gamboa Lozano, un importante funcionario de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público de Luis Videgaray, que estuvo implicado en la Operación Zafiro, uno de los casos de corrupción más importante del sexenio de Enrique Peña Nieto.
Los asesinos le dieron un disparo limpio, en la sien, en el área del estacionamiento de una casona de lujo en Temixco, Morelos. Ahí había ido a refugiarse de la incipiente Pandemia con su madre y hermanos, y con su esposa Bethzabee Álvarez Brito, con quien tenía dos hijos que estaban en la casa al momento del asesinato.
El cadáver de Gamboa, que vestía bermudas veraniegas y sandalias quedó tirado boca arriba en un charco de sangre, a unos metros de la alberca. Tenía los ojos entreabiertos apuntando al cielo soleado del jueves 21 de mayo del 2020.
¡ Al piso! – volvieron a bramar los agresores.
En la casa, donde en total había 22 “entre empleados de servicio, familiares y niños, todos obedecieron.
Algunos abrazaron a sus hijos para tratar de protegerlos. Otros lograron escabullirse arrastrándose detrás de mesas, sillones y camastros.
-Pam! ¡ Pam! Sonaron más disparos. Luego el griterío. Los llantos. ¿Qué es lo que quieren? Al instante recibió un cachazo seco en la nuca como respuesta.
Eliminado Isacc, los homicidas caminaban con precisión robótica entre los rehenes agazapados en el suelo.
Es éste. Éste también.
Eran los hermanos de Isacc; los ejecutaron, luego localizaron a la hermana y a la mamá, a ambas las asesinaron. Quedaron abrazadas.